Tinta y papel #2

Antes y después

Un artículo y sorpresas de Eduardo Pérez (@Cristianfaraday)

Estar o no estar preparado, un claro reflejo del antes y el después. En el mundo de la literatura, todo es un mar de tiburones. Claro, siempre habrá alguno que destaque.

En wattpad, muchos sueñan con subir una historia, conseguir muchas lecturas y votos, ganar algún concurso. Por supuesto, el sueño máximo: publicar en físico con una editorial. Todo este pensamiento suele estar acompañado de la idea de ser un fenómeno literario, un bestseller (Obra literaria de gran éxito de ventas). Algunos quizá lo logren. Otros como yo, seguirán en el camino. El mercado literario cambia constantemente. Lejos ha quedado la época donde libros que hablaban de conspiraciones (como El código da Vinci) mandaban. Ahora, las novelas juveniles son las reinas. De seguir la tendencia, algunas de estas podrían pasar a formar parte de los clásicos y, en un futuro, de lograr despuntar, la novela erótica podría acaparar las miradas.

En cada caso, la antelación es importante, por mínima que esta sea. La escritura previamente planeada, la redacción, la corrección; todo es importante. Por ejemplo, esta nota la pensé mientras estaba en la universidad, la redacté entre clases, la dejé reposar unos días y la corregí para tener una versión más pulida. Esta debería ser la secuencia de pasos para todos aquellos que quieran escribir. Si los realizas, se garantizará un escrito de mayor calidad. Cada vez que se redacta, se forma una gema en bruto. Siguiendo unos pasos creativos la harán brillar. Verás una clara diferencia entre el antes y el después.

Mencioné el bestseller. Escribir uno es sencillo (sólo hay que ver la gran cantidad de libros con esta descripción), pero escribir uno de calidad es difícil, y aún más difícil es crear un longseller (Libros que trascienden a la promoción del marketing). Este último debería ser el objetivo de todo escritor. La mayoría de los primeros sólo causan furor un tiempo, luego tienden a desaparecer. El longseller, por su parte, mantiene ventas estables aún después de varios años, que se consigue gracias a la calidad que poseen. Aquí se evidencia lo que mencionaba sobre la preparación a la hora de escribir.

Ese es mi consejo, preparar antes lo que publicaremos y no dejarse guiar por ese instinto de creer que todo lo que escribimos a la primera es precisamente un diamante.

***

Abasolo se encontraba mirando un río, teniendo la mirada perdida en un espacio remoto. Estando en semejante condición, se acercó un niño, quien con la inocencia de su edad, preguntó.

- ¿Qué está viendo señor?

Abasolo, sin despegar la vista de ese punto etéreo, respondió con gran calma:

- Veo el tiempo.

El niño se quedó perplejo.

-¿El tiempo? -preguntó con curiosidad.

-Así es, veo el tiempo -contestó Abasolo-. Allá está el después y aquí el antes.

El niño entornó los ojos para captar el antes y el después que Abasolo decía.

- No veo nada, replicó él.

- Mira con atención. Dime qué hay allá - le instó Abasolo.

- Solo veo a un hombre gordo y triste con una mujer y unos niños - dijo el crío dudando.

Abasolo le dio una palmada en el hombro.

- Exacto, ese es el después. Por suerte niño, yo aún sigo soltero.

***

Cuando llegó no sabía qué hacer o decir. Todo le resultaba raro, como si nadie lo esperase. «Pero no he hecho nada malo», pensaba. Los jóvenes renegaron, incluso algunos maldijeron. En definitiva, nadie lo quería. Se sintió mal, comprendió que no era bienvenido.

Reprimiendo el llanto se volvió duro. «De ahora en adelante, seré difícil con ustedes», pensó. Al terminar ese día, pocos fueron los que aprobaron el examen sorpresa.