38 | Narrado |

619 57 74
                                    

Sé que he tenido un buen sueño, no pienso demasiado en el por qué, solamente lo sé; siento que abrazo algo suave y cálido, con un aroma tan inigualable como hipnótico. Me tiene tan bobo que no quiero moverme, quisiera quedarme así para siempre, pero tengo que estirarme un poco para desperezar mis sentidos.

-¿Charlie?- su voz, tan conocida y suave es una melodía para mis oídos, escucharle nada más al despertar es como compararlo con estar en el mismo paraíso -¿Ya estás despierto?-

-Un rato más- digo medio flojo, aun cansado y con ganas de seguir durmiendo, abrazo la cómoda almohada que tengo entre mis brazos y pego mi nariz a ella, inhalando aquel dulce aroma tan irresistible que tanto me produce un placer incorregible en sueños.

Escucho a Leo reír desde algún lado, bastante cerca diría yo –Jaja amigo para, me estás haciendo cosquillas-

De golpe, abro los parpados, efectivamente es Leo a quien estoy abrazando, mi compañero está de espaldas a mí con el teléfono en mano, y es cuando noto que lo que tanto me vuelve loco es el aroma de su pelo, justo entre el cuello y su hombro, donde golpea mi respiración y mis labios por poco dejan marca...

Entre risas, removiéndose un poco entre mis brazos Leo comenta suave y simple -Si sigues así, me vas a confundir con otra cosa jaja..- y de inmediato lo suelto, sin apartarme del todo, ya que si me alejo demasiado terminaría cayendo al suelo.

-P-perdón- tartamudeo, mis dientes castañean apenas y recobrando conciencia de lo que estaba soñando, estoy seguro que mi cara arde en vergüenza.

-Tranquilo Charlito- veo que estira los brazos y piernas, girándose para al fin verme cara a cara –Yo igual dormí bien, pero caray.. No me has soltado en toda la mañana, estuve esperando a que despertaras para al fin ser libre- me sonríe, no veo ni el más mínimo rastro de molestia en su expresión.

No está ni siquiera incomodado con nada, a Leo parecieran nunca hacerle efecto estas cosas.. Estas situaciones.. Conmigo. No creo que se la pase así con más gente, pero entonces.. ¿Será que solo pensara que puede ser completamente libre cuando estamos juntos?

De ser así, que me tenga tanta confianza solo genera en mí un sentido extraño, mezclado entre la culpa y felicidad, que no hace más que abrazar por dentro cada pieza de mi alma, de mi ser.. de todo lo mío.

-Me hubieras despertado, no quería incomodarte- expreso con pena acostándome en el borde de la cama.

Leo se sienta con las piernas cruzadas, viéndome tranquilo –No importa. Sé que estabas más cansado que yo, digo, tuviste que cargarme hasta aquí- dice en una corta risa –Lo siento por eso-

-Tranquilo, por ti Leo, lo haría todas las veces que haga falta-

Es apenas que me doy cuenta que he dicho eso en voz alta, ni siquiera lo pensé, sentí una extraña libertad al hablar que no me importó expresarlo. Volteo y tengo a Leo de todo menos preocupado, en serio, que me saca de onda que pueda estar todo el tiempo tan calmado.

Silba, medio burlándose de mi cara, encogiendo los hombros -Gracias, en serio que no sé que haría sin ti-

Y no ha surtido ningún efecto. ¿Leo realmente es inocente? ¿O de verdad que no capta nada?

-Hoy también tenemos función..- veo como suspira, volviendo a estirarse –En serio, que amo todo esto, pero estoy hecho polvo, quiero lanzarme en una piscina y relajarme un rato-

-Ey Leo-

Se rasca por detrás del cuello, medio perezoso antes de ojear mi expresión –¿Mm?-

Verlo tan tranquilo, sin duda es algo que me hace sentir seguro –Creo estar seguro, cuando digo que nada pareciera preocuparte-

Leo alza una ceja viéndome, creo que no me ha entendido, aunque siendo franco ni yo mismo lo he hecho –¿Por qué debería preocuparme?- inquiere desinteresado del asunto, me da una sonrisa que solo me genera mariposas en el estomago –Son los mejores días de mi vida, ¿Sabes por qué?-

Whatsapp | Chardre |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora