Es que no es sólo su rostro, sino...
Su buen gusto por la música, el ánimo que siempre trae, es su muy raro gusto por cosas abstractas, es su voz y la manera en que puede cambiarle el ánimo a cualquiera. Eso, precisamente eso, es lo que me tiene perdídamente loca por la noche, loca por el café...