Ayer puse mi música especial, no digo canción favorita porque soy de las personas que no tienen canción favorita porque ama tantas que elegir una sería una elección insensata e injusta
, puse mis canciones, las mismas que me han acompañado desde el primer día en que empezó a apagarse la llama entre él y yo, comencé a cantar a gritos mientras hacía un intento inútil por distraer mi mente haciendo un trabajo para el colegio, una lámina que usé de escape, comencé a cantar con la mente en blanco y el corazón en pausa pero la voz saliendo desvocada de mi pecho, no derrame ni una lágrima porque estaba paralizada aunque seguía tan rota que era inútil intentar unir mis pedazos y ponerlos en su puesto, preferí hacer aparte los restos del corazón roto y poner en su lugar uno aún más fuerte, con armadura de hierro, todo iba así desahogandome cantando hasta que la voz de mi hermana me hizo volver a la realidad y bajarle a mis gritos, terminé la lámina y me acosté. Dormí tan poco y tan mal que 5 minutos de descanso hubiesen hecho más efecto que esas horas de insomnio y sueños grises y sin sentido. Desperté y el vacío seguía allí, un poco más agudo y amenazador, desperté en el primer día sin él y me limpié la armadura puesta el día anterior, salí a enfrentarme al mundo, llegué al colegio y me encontré con aquello de lo que buscaba esconderme, su nombre aparecía en las conversaciones, mi agria manera de anunciar la ruptura y las caras de sorpresa de mis amigas que parecían más espantadas y dolidas que yo misma, tuve que contestar algunas preguntas muy vagamente porque la voz me salía con dificultad, ese día aprendí a permanecer callada, más callada que nunca... No quería hablar, lo contrario a lo que soy, me molestaba cualquier ruido, quería estar sola, yo que no dejo de hablar nunca y que siempre tengo algo que decir. No puedo explicarlo, simplemente permanezco en silencio, muy quieta, observando al vacío y pensando tantas cosas que me hubiese gustado tener un botón de apagado y parar los recuerdos y todas las emociones, quedé en pausa y tan sola...
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Mi vida sin él...
Short StoryLa chica bajo el árbol de cerezo acaba de ser abandonada por la persona con la que creía que iba a pasar el resto de su vida y ahora debe aprender como vivir sin él. Es más un diario que un libro pero sé que podrán sentirse identificados con facilid...