Mis más oscuros pensamientos

El favoritismo

Es algo que me caga.

Que tengan favoritos. Siempre hay un favorito en la casa, en la escuela, en el curso, en el trabajo... Siempre hay una persona que tratan mejor que a ti. O si a ti te tratan mejor que a los demás, no mames, se justo. Si se llega a dar el caso, da el crédito a la persona que lo merece, o si eres el favorito o consentido pide justicia. Que tratan a todos igual. Que todos tengan el mismo trato. Pero hay muchas personas que no piden justicia y se aprovechan de todos.

Ese tipo de gente me tiene hasta la madre.

Aborrezco que haya un consentido en todos lados. No me gustaría ser la consentida, ya que te hacen una persona inútil. Te vuelven una persona que no eres. Yo no pido que me consientan, solamente pido que las cosas sean iguales, que los tratos sean iguales.
Yo nada mas pido que me entiendan.

Sólo quiero que mis padres entiendan que en la casa no sólamente existen ellos y mi hermana. También existimos mi hermano y yo. Quiero que entiendan que tienen tres hijos, no uno. Quiero que mis padres me entiendan cuando les digo que al consentir tanto a mi hermana, no le hacen un bien. Al contrario, la hacen inútil, injusta, chantajista y más floja que un oso perezoso.

Recuerdo que una vez mi madre me dijo: “Karla está muy flaquita, me recuerda a mi cuando era niña, por eso me enojo mucho cuando la regañas. A mi flaca no le digas nada, es mi niña la flaquita.” O sea, si la quire más porque está flaca y le recuerda a ella misma no me importa.

Pero eso no se hace.

Por más que un no de tus hijos te traiga múchos recuerdos, no debes de decir esas cosas, ¡y menos delante de tus otros hijos!

Recuerdo que otro día mi padre dijo: “Mi flaca está bien chula, verdad?”

A mí me vale madres lo que están provocando en mi hermana. El mal es para ellos. Pero lo que me revienta es que nunca sean justos. Nunca reconocen lo que mi hermano hace, lo que estudia, mi hermano no lleva un excelente promedio, pero es muy inteligente. Mis padres nunca reconocen que yo nunca les he dado problemas, que lo más grave que he hecho es responderle a una de mis maestras en la primaria, para defenderme.

Me revienta que no sepan que tienen más hijos, que mi madre no recuerda muy bien que parió dos veces antes de nacer mi hermana.

Pero bueno... yo no me voy a quebrar más la cabeza por gente que no lo merece. Por gente que no se preocupa por mi hermano y por mí. Sí tengo que estar sola (ya que mi hermano se va a ir a vivir a otro lado cerca de su universidad que está en otro Estado) y batallar con todo lo que tengo que decir pero no puedo pronunciar...no pueden exigirme nada.

Y a lo mejor va a llegar el típico comentario que diga que lo que yo tengo son celos de mi hermana, que los padres no son favoritistas, que nunca estas sólo y que “Dios”te cuida siempre.

Déjenme y les digo que yo no creo en Dios.

Hay casos de favoritismo en las familias.

Y no son celos, es una rabia que me quema la garganta cada vez que mi madre compara a mi hermana la “flaquita” con migo.

Si tu, amigo lector o lectora, te sientes identificado o identificada con mi caso, no se olviden de comentar y así apoyarnos en nuestro “Dolor”.