¿Qué te detiene?

II

   Bonnie se levantó y su mano fue a aquella horrible pelota que se formó en su cabeza, a pesar de todo le habían llevado al hospital y le dieron unas pastillas para bajar la hinchazón, luego le advirtieron que tuviese cuidado, que no tocará la zona y que si sentía alguna molestia fuese al médico de inmediato.

   Se puso una boina para ocultar el chichón y salió de la casa, quería evitarse preguntas por ese día, su mente seguia en aquellas palabras llenas de amor que Bon le había dedicado a ese chico especial del que estaba enamorado, si llegaban a reconciliarse ayudaría para que Bon y la persona que le gustaba estuvieran juntos y así Bon fuese feliz. Ahora que lo pensaba quizá por eso Bon le había tratado así de mal, estaba triste porque se había peleado con esa persona, incluso su canción le habia sonado demasiado romántica o sea que Bon extrañaba a esa persona y él lo había interrumpido. Se sintió mal por Bon.

   ¡Hablaría con él ese día!

   Bon luego de salir de casa se perdió, no lograba recordar como regresar al camino principal para la escuela y entonces una alarma le alertó que debía apurarse, apresuró el paso y cuando menos se dió cuenta estaba corriendo antes de quedarse afuera del establecimiento, por fin lo vio a lo lejos pero chocó con alguien y ambos rodaron por el suelo hasta que Bon quedó encima de la otra persona entreabrió sus ojos y aquellos cabellos morados hicieron que su corazón se detuviera, acababa de chocar con Bonnie, Bonnie que tenía de ayer un feo golpe en la cabeza que lo llevo a desmayarse.

— ¡Oh Dios Santo! ¡Bonnie! ¡Lo siento! —Su preocupación fue demasiada para notar que estaba sobre el cuerpo del otro chico, acorralandolo contra el sucio pavimento. Bonnie de pronto se sintió avergonzado y tímido, su corazón latió con más rapidez y trago saliva ¿Los ojos de Bon siempre habían sido así de verdes... así de hermosos?

— No importa. —Logro susurrar mientras se sentaba en el suelo con Bon sosteniendo sus hombros con rostro preocupado.

— Claro que importa, ayer te caíste por las escaleras. ¿Te golpeaste de nuevo? —Bon estaba más cerca, llevando la mano a la cabeza de Bonnie, allí donde había sido el golpe para revisar que no tuviese nada. Bonnie le tomó de la muñeca y lo alejó de su chichón.

— Será mejor si no lo tocas. —Bon se sonrojó y salto hacia atrás con una sonrisa nerviosa. Aun estaban lejos de la escuela y gracias al cielo nadie les había visto, se había formado un silencio algo incómodo entre ellos y el hecho de que iban a llegar tarde ya importaba muy poco.

— Hey. —Bonnie miró al otro chico mientras sus dedos jugaban con su cabello, enredando sus dedos entre los mechones, Bon al saberse escuchado continuó —: Yo lo siento, fui un idiota, no debí tratarte así —Bonnie le sonrió con cariño y puso una de sus manos en el hombro de Bon.

— No importa, también es mi culpa, no pensé que quizá no estabas de humor o que...—Entonces las palabras se atoraron en su garganta y sus mejillas se volvieron rojizas— ¿Bon? —El nombrado le miró fijamente con curiosidad, la verdad era que le sorprendía que Bonnie dijese eso, el había sido un canalla y aún así era Bonnie también se echaba la culpa.

— ¿Si? —Bonnie volvió a jugar con su cabello y Bon comenzó a adorar esa manía, era adorable.

— Yo... escuche cuando hablaste con la enfermera —El de ojos verdes se alteró y un sonrojó iluminó sus mejillas también ¿Bonnie le había escuchado? ¿Qué tanto había escuchado? —. No sabía que te gustaba alguien, que le amabas de esa forma y que estabas tan triste por pelearte con esta, yo te interrumpí y lo siento —Bon se sintió entre triste y aliviado al saber que Bonnie no sabía que él era esa persona que le gustaba.

— Tu no tienes que disculparte, yo no debí tratarte así... —Y en medio de la última palabra el timbre del lejano establecimiento sonó alertando que estaban más que tarde. Entre risas se levantaron y corrieron a la puerta antes de que cerrará, se despidieron dirigiéndose a sus respectivas clases, ya se verían después.