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N/A: Bueno, llegamos al final de este fanfic, es corto, lo sé, no me golpeen, :( no me dio inspirción para mas drama de por medio

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Lo mejor de las peleas, son las reconciliaciones

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-Harry, lo siento, yo estoy mal y tu estas en lo correcto, lamento haberme dejado llevar por los celos, no volverá a pasar, por favor, perdóname.

Draco miro su reflejo en el espejo por unos segundos y luego resoplo, se dijo a si mismo que eso era ridículo, ensayar con un espejo era tonto. ¿Por qué mejor no iba en busca de Harry y ya? Le era tan difícil hacerlo, pero era Harry... tenía que lograrlo por su sentimental Gryffindor. El problema era que no sabía dónde estaba, había ido al ministerio al salir de Gringotts pero se encontró con que Harry se había ido antes. Pregunto en la madriguera donde una preocupada señora Weasley le menciono que no lo había visto. Ron le sugirió sin mucha convicción que visitara Grimmauld Place, pero Draco sabía que Harry no volvería a esa casa por mucho que lo necesitara.

-Ron tiene razón –dijo Hermione lentamente-, deberías ir a Grimmauld Place –Draco le miro escéptico-. No pierdes nada con ir.

El rubio acepto que tenía razón pero no le dijo nada, espero a que los amigos se fueran y aunque supo que no serviría de nada y era muy poco probable metió la cabeza en la chimenea.

Había sido un día tremendamente largo para Harry, a pesar de que había decidió salir temprano, las horas en las que estuvo en el ministerio le fueron eternas, por más que intentaba concentrarse no podía borrar la imagen de Draco de su mente y eso le estaba poniendo de muy mal humor. Maldito Slytherin desconsiderado, Harry podía imaginarlo perfectamente, sin afectarle el hecho de que el ojiverde se hubiese ido, estaría tranquilamente leyendo algún libro, incluso lo imagino saliendo de noche a algún bar muggle o hasta viendo 'la caja mágica' de los muggles, como el ojigris llamaba al televisor.

Harry estaba convencido de que Draco no iría a buscarlo, no le interesaba, le hubiera detenido mientras se iba. Todas esas promesas idiotas que ambos habían hecho, era quizás solo mentira ¿Por qué Draco jugaba con el de ese modo? ¿La escenita de celos había sido solamente algo para desesperar a Harry y que lo dejara? Con todo eso dándole vueltas en la cabeza llego a Grimmauld Place, no había comentado ni a Ron ni a Hermione lo sucedió, pero tarde o temprano se darían cuenta. Entro directamente en la cocina, donde Kreacher le recibió diciéndole que le prepararía la comida, Harry le dedico un gruñido que pudo ser definido como un 'gracias' y se hundió en una de las sillas, mirando al ligero fuego de la chimenea, pensando en la mejor manera de decirles que Draco y el ya no estaban juntos.

Después de todo lo que habían pasado, el trabajo que les había costado estar juntos, el riesgo de perder a sus amigos por su nueva pareja, de que Ginny no volviera a dirigirle nunca la palabra, que Draco hubiera estado dispuesto a pelear con su familia por Harry, a las burlas del mundo mágico e incluso a la censura, habían dejado que una estúpida pelea por celos terminara con su relación.

Quizá, después de todo, Draco no era el indicado, tal vez luego llegaría alguien más, alguien que hiciera que la piel del auror se estremeciera con tan solo un rose, alguien más que entendiera lo que le sucedía con tan solo una mirada, alguien más con quien pasar horas en silencio sin que se volvieran incomodas, alguien más que le hiciera rugir por las noches como Draco lo hacía, alguien que hiciera que el gris dejara de ser su color favorito...

-¡Maldición! –murmuro y cerró los ojos, pero lo único que logro fue que los ojos grises de Draco, aparecieran, siempre fríos pero en un momento Harry había logrado descubrir la calidez en ellos. Lo mejor sería que se alejara, aceptaría la misión que Kingsley le había propuesto en la mañana, así al menos podria que tener la mente en otra cosa y no en Draco.

Abrió los ojos nuevamente y siguió mirando el fuego, la cara de Draco estaba ahí, parpadeo y al siguiente instante ya no estaba. Soltó un gruñido nuevamente, se levantó y miro al fuego furioso. ¿Había sido su mente? Tal vez, el pensar tanto en el ojigris le estaba provocando alucinaciones. Pidió a Kreacher que le llevara la comida a su habitación y que si alguien, quien fuera, intentaba hablar con Harry, le dijera que él les contactaba más tarde, por el momento quería estar desconectado del mundo.

Draco se levantó, con el corazón palpitando rápidamente, ¡Lo había encontrado! Estaba en Grimmauld Place, y se veía molesto 'Esta molesto conmigo' pensó el rubio. Lo más probable era que ni siquiera quisiera hablar con él. Pero la voz mandona de Hermione sonó en su cabeza 'no seas cobarde'. Soltó un bufido. Tonta traga libros. Volvió a arrodillarse en la chimenea y metió al cabeza de nuevo. Sintió la sensación de que su cabeza giraba y al detenerse volvía a ver la cocina de la casa, pero Harry no estaba ahí.

-¡Harry! –le llamo, mirando lo que podía, pero no fue el ojiverde quien atendió, la cara de su elfo apareció frente a la de Draco.

-El amo Malfoy ha aparecido en la chimenea.

-Kreacher, ¿dónde esta Harry?

-El amo Potter le pidió a Kreacher de que pasara el recado.

-¿Qué recado?

-El amo Potter dijo que él se contactaba con usted.

-¿Conmigo?

-Con quien le buscara.

-No, necesito hablar con él, es urgente.

-El amo Potter no quiere ver a nadie.

¿No quería ver a nadie? Estúpido Gryffindor caprichoso, Draco saco la cabeza y se levantó. Aparecio fuera de la casa y entro, ignoro a Kreacher que le decía que Harry había especificado que nadie lo molestara.

-Y yo deshago esa orden –le espeto el Slytherin, Kreacher se quedó callado. Draco tenía el mismo derecho que Harry a darle órdenes. Así que dejo que el rubio subiera a la habitación del auror.

Entro como un huracán, abriendo agresivamente la puerta, Harry estaba cómodamente acostado en su cama jugando con una snitch y cuando la puerta se abrió, de inmediato salto de la cama y apunto a la puerta con su varita. Al verlo Draco alzo las cejas y reprimió una carcajada.

-Que paranoico eres, Potter –dijo burlonamente.

-Tú entraste muy agresivamente –respondió Harry y se recostó en la cama nuevamente y siguió jugando con la snitch, luego, no muy seguro, pregunto-. ¿Qué haces aquí?

-Vine a verte jugar con tu pelotita –respondió Draco con sarcasmo-. ¿Tú que crees que hago?

-No lo sé –respondió Harry-. ¿Olvide algo en tu casa? –pregunto, atrapando la snitch y mirando a Draco por fin.

El rubio sintió que se hundía, pero no dio muestra alguna, ¿Entonces Harry en verdad quería dejarlo? Luego recordó las palabras de Granger 'está cansado de tener que pedirte perdón'. Miro a Harry directo a los ojos y el auror se removió algo incómodo. ¿Qué hacía ahora? Tenía que disculparse, pero no con ese ridículo discurso, era estúpido. Se acercó a la cama y se sentó a un lado de Harry, pasando una brazo sobre su cintura. El ojiverde no hizo ademan de apartarlo y el rubio lo tomo como buena señal.

-Lo siento –dijo en voz baja, apenas audible, Harry frunció las cejas.

-¿Qué? –no le había escuchado bien.

-¡Maldita sea, Potter! ¿No entiendes que esto es...? –y se calló de golpe, hablar no serviría de nada. Tomo la cara de Harry entre sus manos y le beso. Le beso como nunca le había besado y el ojiverde le beso también pasando una mano por la espalda y la otra en la cabeza, pegándolo más a él. Dejaron que sus lenguas exploraran la boca del otro y que sus labios sintieran mordidas, uniéndose en un beso profundo y apasionado.

No fueron necesarias las palabras, Harry sabía que Draco era malo en ese sentido, expresar sentimientos no le quedaba, Draco Malfoy era un hombre de acción y ahí estaba ahora con Harry. Lo había ido a buscar, contrariamente a lo que el Gryffindor creyó, ahí estaba su Slytherin, demostrándole que si le importaba y dispuesto a que tuvieran una muy ardiente reconciliación

El perdedor // DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora