Nací el 8 de enero de 1994, 51 cm de largo, 3 kilos y medio de grasa corporal, órganos y esqueleto.
Desde niña fui buena para la ortografía y redacción, también para historia.
Aunque, sinceramente, no me gusta recordar mi infancia, porque de repente me llegan a la memoria esos momentos cuando me quedaba hasta noche en el kinder, esperando a que llegaran por mí. Viendo la televisión en la oficina de dirección. El edificio estaba totalmente vacío, o estaba presente el sentir un vacío, no sé.
Recuerdo la vez que volví al kinder, después de años de no pisarlo. Sentí escalofríos, ver a la directora fue intimidante.
No sé en qué momento me convertí en ésta niña introvertida, que sólo le interesaba leer libros y soñar con ser actriz de cine y dejar su mundo atrás.
La secundaria fue una etapa linda, aunque ahí sucedió la primera vez que sentí mi corazón romperse. Ya desde entonces tenía serios problemas de autoestima. Yo pienso que todo se liga con mi infancia, por eso no me gusta recordarla.
No sé porque mi afán por ver el lado triste de las cosas, porque en realidad la vida es bastante linda, a pesar de las guerras, a pesar de los presidentes y gobiernos corruptos, a pesar de la gente que sigue tirando basura en la calle...