Mi vida la siento como un conjunto de flashazos, momentos fugaces; en el momento se sienten eternos, pero cuando volteo atrás para el recuento parecen momentos tan pequeños, a veces insignificantes. Por eso me sorprendo de vez en cuando recordando esas pequeñas trivialidades de mi vida.
Cuando pienso en el amor aún tengo esa esperanza vaga en los finales felices, los cuentos de princesa, el juntos para siempre; porque sí, en el fondo soy una romántica. Claro, la realidad es otra. El amor no es tan simple, se vuelve bastante complejo, llegas a un punto en el que no sabes a donde ir ni qué es lo que sigue, sólo estás, suspendido en tiempo y espacio.
Me miro al espejo y me desconozco. Mi piel no me sienta, no soy yo.
Tenía esas rachas donde no podía contener el llanto, podían pasar horas hasta que mis ojos quedaran rojos e hinchados.