Capítulo 1

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¿Alguna vez os habéis arrepentido de la vida que lleváis, solo para complacer a alguien?

Yo sí.

Lo único que quería era que mi madre se sintiera orgullosa de mí. Pero eso nunca pasó. Siempre despreciaba una parte de mí e intentaba cambiar mi forma se ser, hasta que un día lo logró.

De pequeña era una niña muy agradable que jugaba y se preocupaba por todos.
Siempre intentaba que hubiera justicia, la injusticia era algo que siempre odie, y hoy en día sigo odiando. Nunca acepté que por pertenecer a determinada clase social se pueda tener más privilegios que otros, ya que todos somos igual.

Pero esa niña llena de alegría quedó guardada en algún rincón, y se convirtió en lo que es la Astrid de ahora.

Una chica llena de inseguridad que no acaba de aceptarse a si misma.
No me gusta mi forma de ser, pero es lo que ha logrado mi madre en un intento fallido de hacerme perfecta.

Para ella lo seré en determinados aspectos, en otros no. Y esos son los que me convirtieron en lo que soy.

Pero hasta aquí ha llegado todo. Desde ahora me dedicaré a vivir la vida sin tener en cuenta la amenaza de ir a un internado inglés.

Pero como el mundo parece que se pone de acuerdo para hacerme sufrir. Descubrí algo que nunca me esperaría.

En ese momento tuve un remolino de emociones. Ira, tristeza, asco, decepción...

Sentía que mi mundo se derrumbaba, que a pesar de todo, una persona tan importante como era ella me había traicionado. No solo a mí, sino que a muchos más.

La persona que, de alguna manera, admiraba. Había acabado con una parte de mi vida, la había destruido, nos había traicionado.

Desde ese instante solo tenía el apoyo de quien menos esperaba, Ethan Ross, el mejor amigo de mi hermano.

Pasaba tanto tiempo en mi casa que ya era considerado parte de la familia. Siempre me había caído bien, pero con el paso de los años su comportamiento cambió radicalmente. Dejó de ser un chico dulce y amable para convertirse en un cretino con las mujeres, ha de pensar que solo sirven para usar y tirar. Es el típico chico malo egocéntrico que solo piensa en su bien.

Eso es lo que más detesto de él, pero en el fondo sé que sigue siendo el Ethan de antes.

Conmigo saca esa parte sentimental, que a ojos ajenos parece inexistente.

Él siempre ha estado a mi lado en los peores momentos, ayudándome a superar tantas cosas que estoy muy agradecida.

Pero luego su compartimiento cambia cuando estamos rodeados de gente.

En el instituto está rodeado de sus perritas falderas, prácticamente todos le respetan y le temen.
Eso hace que su ego crezca de una forma descomunal.

En definitiva, Ethan Ross es el típico idiota al que le importa lo que piensen los demás de él.

Gritos de esperanza |PAUSADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora