8 Ociosidad

3 0 0
                                    

Cuantas veces hemos estado ociosos, sin hacer absolutamente nada?
Cuando le dices a tu madre que no tienes nada que hacer ella te responde: ve a limpiar tu cuarto, ayúdame en la cocina o haz el aseo de la casa. Dice un dicho, nunca le digas a tu madre que no tienes nada que hacer o te dejará descansar.
Esto es típico de la madre latinoamericana.

Cuán aburrido es estar aburrido, sin nada que hacer, viendo el techo de la casa y contando números.

Cuando existe el ocio, el enemigo se aprovecha de ese espacio libre y trata de entrar con pensamientos que no son buenos, o hacer cosas que nunca pensamos hacer y ésto sólo por no tener nada que hacer, por el solo hecho de estar aburridos.

Muchos pecados de los que cometemos es por tener mucho tiempo libre y por lo tanto cavida a lo malo damos.
Centrémonos en Cristo que es nuestro camino y nos guía día a día. Dejemos que sea él quien guíe cada día de nuestra vida y si desocupados estamos, rellenemos esos espacios con la oración y la lectura de la palabra.

Filipenses 4:8 dice: "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad."

No le demos cavida al diablo para pensamientos que no son dignos.

Hephzibah Amada de Dios

Desafiando al mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora