Capítulo 2, "Reencuentro con David"

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*Jueves* *14:30*

Apenas llegué a casa revisé mi celular y tenía un mensaje de Alex. ¡Me había conseguido un trabajo!

El mensaje decía así...

"Laaai. Uno de mis primos trabaja hoy de 18:00 a 20:00 hs. Tiene una nena de 7 años y un nene de 4, ¿te va?"

Apenas leí eso pegué un grito de emoción y le pregunté cuánto cobraría la hora.
Él dijo que con $40 la hora podría estar bien.

Como no estaba haciendo nada, me bañé y preparé las cosas para ir con los chicos.

A eso de las 17:30 Alex me pasa a buscar y me lleva a lo de su primo.
Eran pibes encantadores; no tenían mamá. Vivían con su padre, por eso no tenían con quien quedarse...
Según lo que me contó el primo de Alex, ella murió en un accidente de autos hace dos años, y al saber que soy una amiga confiable de Alex, me deja a cargo de sus hijos.

La tarde se pasó rápido, no molestaron ni nada por el estilo.
Se portaron de maravilla. Con un trabajo así no la paso tan mal jajajaja.

*Viernes* *11:25*

Falta una hora y pico para salir del colegio. Hoy no tengo trabajo, pero si tengo entrenamiento. Entreno lunes y viernes de 20:00 a 22:00 hs.
Estoy JUSTISIMA con los horarios; creo que los viernes son uno de esos días que no tengo descanso alguno.

Pensemos...

12:40, salgo del colegio.
15:00, entro a la Facultad.
19:00, salgo de ahí.
20:00, tengo entrenamiento.
22:00, vuelvo a mi casa.

Y supuestamente cuidaría un pibe a las 23:00 pero todavía no consigo a nadie.

Pasan los fines de semana y vuelvo agotadísima a mi casa.
Gracias a Dios en unos meses se terminan las clases.
Así que una vez que me egrese, voy a tener más tiempo, y poder acomodarme con los horarios.

No pude juntar la plata necesaria para el alquiler en el cuarto mes, pero mi vieja se puso la 10 y me ayudó a pagarlo; dijo que me puede ayudar hasta que consiga un trabajo estable o por lo menos, hasta terminar el secundario.

Los meses pasaban y pasaban. Como mi vieja me ayudaba, me egresé y pude empezar a cuidar más chicos. Hasta que un día, Alex me dice que tiene un amigo que tiene pensado salir el fin de semana, pero no tiene con quien dejar a su hijo. Entonces accedí a cuidarlo.

Ese viernes me vestí con un jean azul, unas DC, musculosa y chaqueta marrón.
Mi pelo era un desastre, así que me lo até.
Una vez que se hace la hora, Alex me pasa a buscar y me lleva a la casa.
Apenas bajamos del auto, él toca timbre y...
Veo un chico alto, ojos marrones, flaco, bien vestido y con un riquísimo perfume...
Era David. Estaba tal cual lo recordaba, hacia mucho tiempo que no lo veía.
No sé si el pudo reconocerme, pero cuado me vio noté como se quedo en estado de shock; al igual que yo...
Ambos nos mirábamos fijo a los ojos, sin decir una sola palabra.
Creo que me reconoció, o mi cara le resultaba familiar.
Alex no entendía nada de lo que pasaba; pero en el mejor momento, que al parecer David estaba por decirme algo, aparece ya sabemos quién... sip, Sofía.

Todavía no caía en que el chico que iba a cuidar era hijo de David, pero cuando vi como Sofía lo trataba y él a ella, entendí.

No dije nada al principio y mantuve una sonrisa, falsa, pero la mantuve.
Una vez que Sofía me dice que tengo que hacer salen y se van.
Cuando cierran la puerta lo primero que hice fue agarrarme la cabeza, sentarme en el suelo y pensar.

Pasaron 4/5 años desde que ya no hablamos, pero este reencuentro fue raro.
Ya no siento nada por él. Eso creo...
Quizá fue la emoción o algo por el estilo.

Escuche las llaves y me levanté rápido del piso. Era David, se había olvidado algo.
Subió rápido las escaleras y cuando baja, antes de salir se queda frente a la puerta y me mira con cara de confusión.

- Laila. ¿No?
- Se... Pensé que te acordabas de mi.
- ¿Cómo podría olvidarme?
- No sé. Cambiaste mucho...
- Si... eso es verdad, y ¿qué tal tu vida?
- Bien, me egrese el mes pasado. Tengo una casa, estudio y bueno, cuido chicos.
Nunca pensé que tendrías un pibe. Boludo, tenes 21 años.
- Si... No lo esperábamos. Me arruinó muchas cosas, pero Sofía estudia y yo trabajo.

Antes de que pudiera decir otra cosa, un bosinaso interrumpe y David se apura.

- Bueno, Lai. Que lindo verte, volvemos tarde, así que podes descansar, tenes el audifono por si Lucas llora, lo vas a escuchar... nos vemos.

Me despedí. Verlo otra vez fue algo hermoso... Pero me parte el alma saber que ya tiene familia. A todo esto, nunca pensé que lo volvería a ver, y puff, sorpresa.

Que cosa.

LailaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora