Su siguiente encuentro ocurrió en el lugar menos esperado para Camila. Lo últimos días transcurrieron lentos y dolorosos, ver a Lauren de nuevo sin duda le afectó, hasta el punto en el cual volvió a soñar con ella, con la unión de sus labios que compartieron una vez en muchos besos aquella noche, realidades alternas, fantasías de lo que pudo hacerle, besando su cuerpo de punta a punta, lamiendo el néctar que de seguro emana de ella. Se apoya en la pared y cierra sus ojos, pero eso la atormenta más, estas noches han sido de insomnio para Camila, ella no quería pensarla, soñarla, desearla, no quería reavivar nada de algo que nunca ocurrió.
Muy temprano esa mañana llamaron a su puerta, no se extrañaba de que eso pasara, muchas veces Antonio, a quien considera su amigo más que nada aunque estén casados, olvidaba las llaves o las extraviaba, y por lo que sabe él no pasó esa noche en casa, o bien puede ser algún vecino o vendedor, lo usual. Con sorpresa, encontró a Lauren al otro lado de su puerta, si hablaba ahora su voz traicionaría lo neutral de su rostro. Quizás es un sueño, se dice para si misma, entonces cierra la puerta, no dejará que Lauren entre de nuevo sea real o no. Apreta la copa de vino que ha estado sosteniendo, la acerca a su nariz e inhala el dulce aroma por un rato, convenciéndose que todo está en su cabeza. Hasta que llaman a su puerta otra vez y esa parte de ella tan pequeña y grande al mismo tiempo que piensa en Lauren, que la necesita por lo menos unas horas, no duda ni dos segundos para abrir la puerta.
El disgusto y confusión de Lauren al recibir un portazo en la cara no fue disimulado ¿Qué fue eso tan malo que le hizo? Es la pregunta que le carcome la cabeza, la que no ha podido responderse, mucho tiempo estuvo analizando las cosas y nunca halló nada contundente para que Camila la odiara, o eso es lo que le gustaría creer a ella.
—Por favor, ya le he dicho no que le conozco— sonar frustrada se ha vuelto tan natural para ella, tanto que no tiene que fingirlo—, no me obligue a armar un escandalo y alertar a los vecinos.
—Y yo te he dicho que dejes de fingir que no lo haces, que no me conoces— por su parte Lauren trata de no exasperarse a la terquedad de la mujer que tiene al frente— te conozco tan bien Camila, tus ojos mienten.
Una risa siniestra emergió de lo más profundo de la mujer tras la puerta—¿Mis ojos mienten? Pues asegurate de ver bien en ellos, quiero que te marches de mi puerta y no verte nunca más ¿Qué te dicen mis ojos?— puso todo la maldad que guardaba en sus palabras.
Dolida era como se sentía, Lauren no entendía por qué ella hablaba así, por qué su dulce Camila absorbió tanto veneno— Sólo quiero hablar, por favor, habla conmigo como lo hacíamos antes— su voz rota por un segundo movió algo dentro de Camila, algo que al segundo pasar, se esfumó.
—No voy a hablar contigo como antes simplemente porque no te conozco, aceptalo, me has confundido con alguien más— para ella ese era el final de la conversación, por eso, con firmeza llenó su mano con la manija de la puerta, dispuesta a cerrarla con todas sus fuerzas.
Pero la otra no lo permitió, pasó a esa extraña casa sin el permiso de la dueña. Una lágrima bajaba por su mejilla izquierda, la cual limpió al instante, aguantando un sollozo que estaba apunto de escapar de su garganta— No me hagas esto, te busqué por mucho tiempo, no quiero que te alejes de nuevo Camz— ese sobrenombre pasó por toda su espina dorsal como una corriente eléctrica, sujetó la copa con fuerza y miró a ningún lado, sin voltear, Lauren no puede ver esa reacción. Hacia tiempo que no lo oía, no de la voz propia de quien lo creó, solía escucharla en sus sueños, como Lauren lloraba llamándola, pero eran sólo sueños, la interpretación de su subconsciente para su consuelo—, te extrañe, no tienes idea del infierno que ha sido mi vida desde que te fuiste— ella no quería escucharla, no quería oír una mentira maquillada de verdad—. Mirame por favor, sé que sigues siendo tu, desecha esas capaz de odio que te has clavado en la piel. Lo que sea que haya hecho, estoy dispuesta a hacer cualquier cosa para compensarlo, arreglarlo.
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Merengue italiano | Camren.
FanfictionSi malinterpretas y huyes nunca sabrás la verdad. Camila y Lauren, Lauren y Camila, sus destinos van de la mano así ellas no lo quieran. Dos años después de su aparatosa separación, en el lugar menos esperado, las une la misma cosa que las unió en e...