Aquí me encontraba de nuevo, un año más, aunque todo sigue igual, nada ha cambiado, los pasillos siguen igual de vacíos que de costumbre a esta hora, mi taquilla cómo no tenía algún que otro post-it con alguna frase positiva para intentar empezar otra mierda de día con una sonrisa, lo que yo no me esperaba es que a partir de ese día mi vida daría un giro de 360 grados.
Saqué los libros y un paquete de chicles de la taquilla, los metí en la mochila y me dirigí hacia mi clase, una vez más llegué la primera, siempre me ha gustado poder estar un rato sola en clase antes de que viniesen todos a gritar como locos o a darse abrazos como si llevaran media vida sin verse. Estaba sentada en mi pupitre con los audífonos puestos, el volumen de la música era lo suficientemente elevado para no escuchar a nadie que tratase de comunicarse conmigo en aquel momento. Vi que poco a poco empezó a llegar todo el mundo, el maldito ruido de la gente me hacía ponerme histérica, no lo soportaba, era impresionante cómo de un momento a otro pasaba de la calma a la ira, pero bueno esa es otra historia, decidí irme fuera de clase, salí y me senté al lado de la puerta, sin dejar de mirar el móvil noté cómo alguien se puso delante de mi, no me lo podía creer, era Ciara, no me hizo falta levantar la mirada, esos zapatos típicos de mercadillo sólo los podría llevar ella.
Ciara fue mi mejor amiga desde que teníamos 2 años, fue la que estuvo conmigo en los mejores y en los peores momentos, en 15 años jamás discutimos, hasta hoy. Me levanté con intención de darle dos besos, vi que ella se apartó y yo me quedé asombrada, llevábamos sin vernos 2 meses no era posible que reaccionara así, no dudé en preguntarle que por qué estaba así a lo que ella dijo: -No quiero hablar contigo me has decepcionado. Después de escuchar aquello yo me quedé asombrada, sólo pude caminar hacia las escaleras que había al final del pasillo, yo no entendía nada. Llegué a las escaleras y me senté dejando un hueco para que la gente pudiera bajar y subir, guardé mis audífonos en el bolsillo de mi pantalón y llamé por teléfono a mi novio creyendo que él iba a ayudarme.
-...esto se acabó.
Fue lo último que escuché antes de colgar y romper a llorar, mi mejor amiga o al menos la que hasta el momento lo era había dejado de hablarme sin motivo, y mi novio me había dejado por un supuesto problema suyo, el típico "no eres tú, soy yo" que sueltan en las películas de los sábados por la tarde. Esta vez los post-it de mierda no iban a servir, en realidad no lo hacían nunca pero era una forma de sonreír al menos una vez al día, sonó el timbre y entré a clase aún pensando en lo que había pasado con Ciara y mi novio, bueno ex-novio ahora.💕Hooola amores, sé que no está muy bien pero estoy tratando de mejorar, ayudarme con un voto y si os ha gustado podeis añadir mi historia a vuestra lista de lectura para no perderte ningún nuevo capítulo.💕
ESTÁS LEYENDO
Perdóname mamá.
Teen Fiction¿Cuándo sabes que estás al límite? ¿Cómo te sientes al no tener nada ni nadie que te motive para seguir hacia delante? Sobrevives o mueres, no hay otra opción.