Salí de clase, en mi cabeza sólo estaba presente Axel, yo todavía no había logrado comprender por qué decidió dejarme y más por teléfono. Cuando iba hacia la cafetería le vi, me dirigí hacia él con la intención de hablar y pedirle una explicación a lo que había sucedido mientras hablábamos. Noté cómo al verme trató de irse, corrí un poco y le cogí del brazo. -¡Sueltame Ginger! Su cara expresaba una mezcla de tristeza, rabia e impotencia, jamás le vi así, no iba a quedarme con las ganas de saber por qué había pasado todo así que no le solté, -¿Qué te pasa?, entre nosotros está todo bien, ¿por qué crees que tenemos que dejarlo? Él, no me miró, agachó la cabeza, pude notar como sus ojos se empezaron a empapar lo único que pude hacer fue darle un abrazo, no soportaba verle así, ¿qué era lo que le tenía tan mal?
-Ginger....yo...
-Axel dime qué te pasa no soporto verte así.
-Es que...yo... *empezó a llorar*
-No, no, no, no llores Axel...Noté cómo mis ojos empezaban a humedecerse pero no podía permitir que me viera llorar, no en ese momento, aguanté como pude y de nuevo le pregunté.
-Axel, dime qué es lo que pasa.
Estuvo en silencio unos segundos hasta que dijo algo.
-Yo...Ginger...no te merezco, soy el peor novio del mundo.
-Mi amor *llora* no digas esas cosas eso no es cierto, eres lo mejor que ha podido llegar a mi vida.
-Pero tú no lo entiendes, Ginger, necesito verte esta tarde.
-Está bien Axel.Le abracé muy fuerte y me fui de la cafetería, mi cabeza seguía dando vueltas a qué le podía pasar a Axel, salí del instituto, y aún con los ojos rojos fui a mi casa, sé que no podía entrar así porque si no todos me preguntarian, me quedé unos minutos en la escalera de mi portal hasta que por fin entré a casa. Me daba igual, no sé disimular cuando me pasa algo, haga lo que haga se nota, me serví la comida, no mucha la verdad es que no tenía apetito después de lo que había pasado, al ver mi plato mi padre me dijo que era muy poca comida, a lo que yo respondí que ya había comido algo en la cafetería del instituto. Terminé de comer, llevé el plato al fregadero y me fui a mi habitación, encendí el ordenador y me metí a Facebook, vi algo que me llamó mucho la atención, una foto en la que la madre de Axel le etiquetó y en el pie de foto ponía: Espero que te vaya bien y puedas llevar una vida mejor, te quiere, tu madre.
Después de ver eso yo me derrumbé, en ese momento pasaron mis cosas por mi mente, pensé en hablar con su madre, siempre nos llevamos muy bien pero esperé para hablar primero con Axel, al mirar el móvil vi un mensaje suyo: Te veo en media hora en el sitio de siempre.
Me puse los zapatos, fui al baño a arreglarme y salí como un cohete hacia donde estaba el.
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Perdóname mamá.
Novela Juvenil¿Cuándo sabes que estás al límite? ¿Cómo te sientes al no tener nada ni nadie que te motive para seguir hacia delante? Sobrevives o mueres, no hay otra opción.