Si, leyeron bien queridas personitas. Mi nombre es "Laria"; ni siquiera estoy segura de que sea un nombre real, pero mis padres no pensaron en ese "pequeño gran" detalle al momento de ponerme un nombre.
NIÑOS Y NIÑAS DEL MUNDO, RECUERDEN:
Si van a nombrar a su hijo, hay ciertas reglas a seguir:
a) QUE EL NOMBRE EXISTA. Ésta es una de las reglas más importantes, ya que un bebé no puede llevar un nombre que no es un nombre, ni una palabra, NI NADA. No condenen a sus dulces retoños a una vida de charlas irritantes en plan:
-Hola, ¿cómo te llamas?
-Hola, mi nombre es Laria.
-¿Lara?
-No.
-¿Laura?
-No.
-¡LAIA!
-...
- Mmm oye, ¿Por qué estás levantando esa sill... ¡Ahhh! ¡LOCA! ¡LOCAAAAA!"
Si, me ha pasado varias veces... ¿Y saben qué es lo peor de todo? ¡Tener que acompañar al idiota preguntón-confunde-nombres al hospital para que le quiten los pedazos de silla clavados en todo el cuerpo! Que injusta es la vida...
b) QUE SUENE BONITO. Laria, Laria si suena bonito...
c) Mhmmm, no... En verdad solo tenía un punto para decir...
Pero no vamos a hablar sobre nombres todo el tiempo. No voy a escribir un libro solo para eso. Voy a contarles todas las veces que MI NOMBRE me ha metido en problemas. Creo que serán varios capítulos...
¿Alguien más detesta su nombre, o soy la única? Espero no serlo. Ser rara, con nombre raro y pensamientos raros te excluye de muchas cosas...
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