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"¡Buenos días dormilon!" Escuche una voz chillona desconocida y me desconcerté, y recorde, Meissa.

"¿Qué es ese delicioso olor?" Pregunte y al abrir los ojos vi a Mei ocupando unas de mis camisas favoritas, le quedaba tan grande que parecía un minion ocupándola.

"Espero que no te moleste que me haya puesto tu camisa, y que haya preparado panqueques" me sonrió.

Mire por la ventana y seguía lloviendo muy fuerte, incluso se podían observar algunas calles inundadas.

"Nunca había llovido tan fuerte en Japón, o al menos en Tokio" mire a Meissa y ella asintió apenada. "¿No te gusta la lluvia?"

"A veces" Los ojos de Mei se volvieron oscuros "Significa... no se" jugó con su cabello "Un nuevo despertar, y no me gustan los nuevos despertares"

"¿Por qué?" No pude evitar preguntar.

"El sol es amarillo, el césped verde. ¿Hace falta cambiarlo? ¡No! Demonios, todo está bien como está" me resultó gracioso su voz pronunciando una palabra vulgar.

Ella y yo. (Short story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora