Confesiones Eróticas

Capitulo 4-. Día de oficina

Todavía recuerdo sus forma de tocarme como mi cuerpo sentía ante el, deslizo mi mano sobre mi piel pero la sensación no es la misma ni siquiera se le acerca.

Después de esa noche nada había sido igual y no lo digo por que me halla enamorado no, lo que me hizo sentir, llegar a ese clímax fue nuevo para mí. Esa noche después de estar u rato en el sofá me deje llevar por el sueño cuando desperté estaba en mi habitación sola.

Digo no esperaba que se quedara pero me decepción un poco la verdad había planeado desayunármelo en fin

Pasaron dos semanas en las que no supe nada de él, ni el de mí, pero aquí estaba en mi oficina desenado que me venga a coger otra vez, claro que sería poco profesional de mi parte y más por los niños, soy encargada de admisión de una escuela

-Miss Nuria ?...algu...- me acomodo bien el escritorio deseando que samanta no haya visto como me estaba tocando

-Dime- tratando de calmar mi rubor y mi vergüenza me siento lo mas recta posible ocultando que ahora mis medias están húmedas y rasgadas

-El tío de Agustín la está buscando ¿lo dejo pasar?

¿-El tío de Agustín? ¿Llamaron a su casa se siente mal?

-No, no para na da, dijo que necesita hablar con usted de un nuevo alumno

-Esta bien, ¿segura que es su tío?

-Si miss- salió de mi oficina

Me quede pensando y la verdad no entendía si nadie había pedio informes, por lo general se agendan las citas para estos caso ya que es familiar de un alumno hare una excepción, sirve que dejo de pensar en coger.

Me puse a buscar los papeles de admisión, así como los folletos de los planes de trabajo estaba de espaldas a la puerta se oye un sube toque

-¡Adelante!... siéntese deme un minuto

Escuche cerrase la puerta pero no oí que movieran la silla

-me extrañaste chiquita- sentí su aliento a centímetros de mi cuello me tense pensé que tal vez, era mi locura pero cuando sentí sus manos sobre mi humedad no me quedo duda

-Sebastián- mi voz sonó necesitada más como gemido que otra cosa

-¿Quién más te toca como yo nena?

-Mi pequeño necesita que lo cuides- restregó su erección sobre mis nalgas un escalofrío recorrió mi cuerpo

-ve que alguien jugaba sola y creo que sabes que no me gusta que nadie más te toque

Aunque sus dedos hacían magia en mi era mi lugar de trabajo no podía permitirme esto, no aquí. Me separe pero me puso contra los archiveros y antes de déjame decir algo me dio un beso exigente y la ves delicado recorrió cada parte de mis labios saboreo mi legua y estoces ya estaba perdida mis pernas en su cintura clara señal de que mis ganas pesaban mas que mi profesionalismo, abría descaradamente mi vestido bajando a la parte que no cubrí mis sostén

El sonido del teléfono me hizo volver de la forma en la que puede trate de zafarme, aunque no se veía muy contento me dejo contar el teléfono dándole la espalda

-¿Si?-mi corazón latía a mil tenía la respiración agitada y un rubor bastante exagerado

-¿Te sientes bien amor?- supiere entre la excitación y el fastidio. Comenzó a besarme el hombro mientras me quitaba el sostén

-Si es que estoy lago ocupada-sus manos tomaron mis senos mientras su boca se comía mi nuca- ah...

-¿Amor?