Mi destino eres tú (PAUSADA TEMPORALMENTE)

Capítulo 7: Nuevo comienzo

POV BELLA

28 de Julio de 2016

Querido Diario:

A veces me pregunto ¿para qué sigo escribiendo aquí? ¿Por qué sigo dejando que mis pensamientos, mis sentimientos, queden plasmados en una hoja que antes era de papel y ahora se ha convertido en una virtual? ¿Qué sentido tiene?

Quisiera dejar escribir esto, quisiera poder tener la fortaleza suficiente para detener todo esto. Con estos escritos, con las pesadillas que me invaden algunas noches, pero principalmente, quisiera poder llenar el hueco que hay en mi corazón.

Pero luego, me doy cuenta de que todo eso son deseos imposibles. Cosas que quisiera que pasaran pero que simplemente no suceden, cosas que no puedo llevar a cabo, quizás por cobardía, quizás por masoquismo, llámalo como quieras, el punto es que no puedo, me es imposible.

Las pesadillas me recuerdan que existió. Que no fue mentira todo lo que viví en mi infancia.

El hueco en mi corazón, me ayuda a recordar de que a pesar de mi corta edad en ese entonces, conocí un amor puro, honesto, verdadero.

Y escribir todo eso....bueno, eso sí que es puro masoquismo. Porque sé a quién van dirigidas todas estas palabras que por más de doce años he estado redactando. Frases que sé que él nunca leerá, pero que aun así, me ayudan a seguir adelante. Porque aunque los que me rodean, piensen que ya lo he superado, no, no lo he hecho. Esa sólo es una fachada que intento mantener para que no sigan sintiéndose mal por mí, por la pobre niña que fue separada del único ser que la amaba.

Pero aún te extraño Edward, aún te necesito, aunque ya no lo demuestre, en el fondo de mi corazón, te sigo añorando cada día, con la misma intensidad que aquella tarde en que nos separaron.

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-¿Qué haces Bella? –Escuché la voz de Ángela a mis espaldas y automáticamente cerré la pantalla de la computadora. Quizás se vio un poco grosero el gesto, pero ella decidió pasarlo por alto.

-Nada, sólo revisaba unas cosas. –Sabía que lo mío no eran las mentiras, se veía en la cara que intentaba ocultar algo, pero una de las cosas que más me gustaban de ella, era que comprendía cuando no quería hablar de ciertos temas, respetaba mi privacidad, mi espacio.

-Bien...-Comentó en un tono que sabía que no me había creído en lo más mínimo, pero que lo dejaría pasar-. ¿Lista para el primer día de trabajo? –Dijo entusiasmada.

-Nuestro...primer día de trabajo.- Corregí con una ligera sonrisa-. Y sí, creo que estoy lista. Los niños son mi adoración y poder contribuir en algo en su formación, es...simplemente fascinante.

-Cierto. –Comentó con una pequeña risa-. Aunque si te soy sincera, tengo algunas dudas en cuanto a la directora de la escuela...se ve tan...-Se encogió de hombros silenciando sus palabras. Solté una pequeña risa entendiendo a la perfección a lo que se refería.

-Lo sé, pero tiene una gran trayectoria, por no mencionar el gran respeto que le tienen tanto maestros como algunos padres de familia

-Respeto o miedo. –Añadió-.

-Quizás. –Comenté aceptando que eso también podía ser debido a su carácter, era una mujer fuerte, definitivamente alguien con quien no querrías meterte en problemas-. Pero eso se desplazado con su carrera, además, estoy segura de que una vez de que nos vea trabajando y note todo el empeño que le ponemos a nuestras clases, su trato va a ser diferente. –Ángela soltó un suspiro de esperanza ante mis últimas palabras y asintió brevemente-.