❀╎1

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-ˏˋ⛩⌇ 𝐻𝑖𝑗𝑎 𝑑𝑒 𝐻𝑎𝑑𝑒𝑠  ೃ
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Una mañana hermosa, los pájaros cantando en la ventana, el sol colándose entre las persianas y un olor a pan tostado junto a césped recién cortado.... que asco. 

Con ganas de seguir durmiendo apague el despertador que estaba junto a la cama y me puse una almohada en la cara mientras soltaba un bufido y me quedaba acostada por unos minutos más aceptando mi existencia y procesando que un día nuevo estaba comenzando y tenía que seguir con la típica rutina de hace unas semanas. Para hacerme entender más les explicare un poco mi vida, mi nombre es Zoe Di Antonelli tengo "dieciocho" años y actualmente vivo con "mis padres", te preguntaras ¿porqué las comillas? eso se debe a que, a) no tengo dieciocho años, en realidad tengo trescientos cuarenta y tres, nací en 1674 para ser exactos, ahora tu dirás "pero Zoe eso es imposible", no, no lo es, si quieres verte igual de joven después de siglos de haber nacido te recomiendo el hotel casino Lotus, muy efectivo. Y b) ya con mi edad verás que no soy una humana muy normal, por lo que esta parte puede parecerte hasta más alocada, las personas con las que vivo son mis padres adoptivos, un par de imbéciles que solo me tienen por la pensión que el gobierno les da por cuidar de una adolescente a la que en ningún hogar de acogida querían por ser rara y muy ¿emo? ¿así les llaman no?, bueno el caso es que mis verdaderos padres son el dios de los muertos Hades y una simple tabernera de nombre Alexandra Di Antonelli. En palabras que un mortal entienda, o tal vez no, soy una semidiosa. No voy a alargarme mucho en eso, ya debes saber como funciona.

Entrando más en mi persona, soy bastante seria, podría decir que malhumorada y un poco sarcástica y por supuesto, no puede faltar lo directa que soy, como cualquier otro ser humano tengo una parte cariñosa y feliz, pero tampoco es que me encante ir saltando por las calles con una sonrisa, disfrutando de la vida a colores y bebiendo limonada del puesto de una nena en verano. Me gusta pasar desapercibida, no tengo amigos realmente, solo conocidos, algunos me caen mejor que otros. Me gustan las películas de terror, los libros, adoro la mecánica, y hace años tome la manía de pintarme el cabello, actualmente la parte inferior es de color azul con morado, el resto es mi color natural negro, mis ojos son un marrón muy oscuro y mi piel es pálida, mido 1,73 aunque realmente no creo llegar a crecer más, tampoco lo necesito con lo que tengo es suficiente, me gusta hacer ejercicio, entreno regularmente en las tardes luego de llegar de la escuela, creo que eso es suficiente sobre mi.

Con toda la pereza del mundo me levante de la cama y me dirigí al baño donde me lave los dientes con pereza y me despoje de mi pijama, entre a la ducha y me di un baño de agua fría para terminar de despertarme por completo, salí del baño con una toalla al rededor del cuerpo y me puse frente al armario para escoger la ropa de hoy.

— Esto servirá. – Saque una sudadera con diseño militar de color gris y un pantalón negro rasgado del armario, los coloque en la cama, tome la ropa interior y unas botas negras para después comenzar a vestirme con todo lo anterior. Cepille mi cabello, tome el bolso que estaba junto a la puerta colocándolo en el hombro y salí de la habitación cerrando la puerta detrás.

Llegue a la sala comedor donde estaban los imbéciles que estaban a mi cargo, agradezco a los dioses que este sea mi último año en este estúpido lugar ya que con dieciocho años dejaba de ser una "niña" para el gobierno y podía empezar a vivir por mi propia cuenta después de terminar los estudios, para mi desgracia, con dieciocho años sigo en el instituto debido a mis bajas calificaciones que me hacen repetir los años, las clases terminaron hace dos semanas pero aquellos que no hayan pasado todas las asignaturas debían quedarse en clases de verano si querían graduarse y conseguir un título, y si yo quería salir de aquí y vivir por mi cuenta lo necesitaba, por esa razón estaba arreglándome y alistándome. Pasando por el comedor escucho una pequeña conversación entre Amanda y José, mis queridísimos padres.

Sombras del pasado [Leo Valdez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora