Parte 1

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Mi nombre es Martina Alessandra Javiera Teresa Bordoli Le-Faux, tengo 17 y vivo en La Reina, Santiago, Chile. Tengo dos hermanas, la Bárbara y la Dominique-Alicia.

Hoy todo parecía lo mismo de siempre, venía caminando del colegio con mi best friend, la Guadalupe y una amiga de ella, que era un poco flaite, la Danae.

—Oye Martina, ¿Te dejan carretiar?—preguntó la Danae

—No, para nada.

—Salgamo mañana po—dijo un tanto fuerte, tan fuerte que el chicle que mascaba le saltó de la boca y le calló a un chico en el ojo.

—¡Dios mío!, ¿Estas bien?—le pregunté.

El me ignoró completamente, en cambio se acercó a Danae y literalmente le succionó la boca.

—Son pololos—me dijo la Guadalupe

—¿Lo conoces?, es un tanto flaite—pregunté sorprendida. Últimamente la Guadalupe andaba un poco extraña.

—Si po, hueona. Las preguntas que hací — dijo girando los ojos.

—Sorry, ¿De...

Fui interrumpida por un silbido

—¡Ya po Juan! ¡Hacela corta!

Me giré para ver quién gritó y al otro lado de la calle lo vi, era un chico.

—Calmación Jordan, voy al toque—Respondió el tal Juan, que por cierto le estaba tocando el trasero a Danae.

El hizo un gesto con la mano y se acercó. Me sentí un poco incómoda, porque me estaba mirando mucho.

—Wena Yona, ¿Como andamo?—preguntó la Guadalupe.

Mis ojos estaban abiertos al máximo, como los de Francisca, una compañera de clase que siempre tenía los ojos muy abiertos. Guadalupe nunca había hablado así antes.

—Bien, ¿y uste mi reina?— le dijo dándole un beso cerca de sus labios.

—Bien—contestó sonriendo—¿Y el Benja? Me tiene abandonada—dijo haciendo un puchero.

—Na, no sé—dijo encogiéndose de hombros, luego me miró —¿Y esta dama? Presentamela po.

—Ah, si—dijo la Guadalupe mirándome con desdén —Se llama Martina

—Jordan Vega—dijo teniéndome la mano— pero me puede decir Yona—dijo sonriéndome.

—Martina Bordoli—dije dándole mi mano. Y cuando justo la iba a besar, la Guadalupe dijo algo y se lo llevó.

—¿A dónde vas, Guadalupe?—pregunté asustada cuando la vi muy lejos.

—No me digai así

Y esa fue la única respuesta que recibí de ella.

Llevaba esperando más menos 30 minutos y ya había llamado muchas veces a la Guadalupe, pero no me contestaba y ya se estaba poniendo oscuro, así que tomé mi celular y llamé a mi hermana.

Hi, Domy

Hola, Tini, ¿por qué aún no llegas a casa?

No quería decir que la Guadalupe me había dejado sola, me daba vergüenza y temía que llamen a sus padres y les digan.

Em, me quedé en el Colegio haciendo un trabajo para Inglés.

—Ah, que bien, espero que progreses en el idioma

—Si, oye ¿me puedes venir a retirar?

—Claro, iré con la Mati y el Gaspar

La Matilda y el Gaspar son mis sobrinos mellizos de 7. Unos diablillos.

—Ok, te espero. Bye.

—Bye.

Me devolví al Colegio que estaba cerca de donde me encontraba y me senté en los escalones que se encontraban afuera.

Cuando vi al Audi blanco, suspire de alivio, odiaba estar sola.

Me subí al auto y luego llegamos a casa.

—Hola mi princesa—Dijo mi madre Renata cuando entré.

—Hola mamá

—Cambiate de ropa, vendrá Giuliana  con su familia, quiero que te comportes y pases mucho tiempo con Gianfranco, el es el hombre ideal para ti y lo sabes. Tu padre concuerda con migo y la familia Santander también—Dijo subiendo las escaleras, con sus tacones resonando por todo el salón.

Mi familia y la familia de Gian estaban obsesionados en que pasemos toda la eternidad. No negaré que es hermoso, tiene el cabello negro y los ojos azules, es alto, blanco y tonificado. Pero es gay y su familia no tiene ni idea.

Mientras subía las escaleras hacia mi pieza, recordé a Jordan, el también era muy lindo, se veía delgado y era un poco Moreno, no vi bien su cabello porque llevaba un gorro puesto, tenía sus ojos mieles y sus facciones también eran muy lindas y tenía un piercing en su nariz.

Si, era muy lindo

Me pregunto cuando lo volveré a ver...













Zoronk LanzeadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora