Hi, Bad Boy

Quince.

Caminé con pereza por los pasillos del instituto, ya 3 días pasaron desde que no le escribo una nota. Tengo que olvidarlo ya no puedo con esto.

Me duele pensar en el.

Solo el hecho de recordarlo provoca ardor en mis ojos. Cierro los ojos por inercia para evitar llorar pero un duro golpe me hizo retroceder en mis propios pasos, definitivamente choque contra alguien.

Alce mi ojos para pedir disculpas pero al ver de quién se trataba baje la mirada de inmediato.

¿En serio?

En casi de los 1000 estudiantes, ¿Tenía que ser el?

-¿Estás bien?.- su voz gruesa se clavo en mis oídos.

Solo asenti. Si hablaba mi voz saldría realmente cortada.

-¿Acaso no hablas?.- su voz sin emoción me hizo mirarlo.

Me sostuvo de la mano y me miro a los ojos pero me solté de su agarré.

-Tendré más cuidado para la próxima.- me límite a responder y a pasar por su lado.

Quería huir, sentía que mis rostro pronto de pondría rojo de la vergüenza.

¿No podía ser más tierno?

Seguí caminando hasta doblar un lar de veces en el laberinto de pasillos del instituto pero me detuve al ver esa nota color negra pegada en el casillero.

Sonreí.

La despegue con precaución de que nadie me estuviera espiando y me fui a mi salón, me sente en los puestos pegados a la pared. Mis amigos hablaban entré ellos asi que me dedique a leer la nota.

Hola, mi pequeño.

Quizás, solo quizás tu hermano tenga un poco de razon al decir que te puedo hacer daño, pero ahora tu no te puedes ir tan fácilmente. Oh claro que no pequeño, necesito conocerte chico misterioso. Me acostumbre a leer todos los dias tus notas.

Estos últimos tres días no e tenido ninguna. Te extraño.

Ya llevas catorce notas, ¿Ni siquiera me escribirás una más?

¿No tendremos un aniversario de nota?

La verdad es que esperaba más de ti.

Quién diría que te has vuelto un poco especial para mi.

De; Tu querido bad boy.