Capítulo 3

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Pasó un mes entero, muy tranquilo. Cada vez que cruzaba miradas con Gómez el me sonreía dulcemente, pero Jessica siempre lo quitaba o lo volteaba. Nos volvimos amigos nos llamábamos en la noche todos los días, podía platicarle lo que fuera, se volvió en un apoyo moral grande para mi, me animaba y me alentaba a esforzarme. Era el único hombre que hacía eso, los demás me ignoraban o me miraban raro.

Estoy con Ophelia en nuestro cuarto, ella ha estado muy extraña de hace un día ya luego de que habló con nuestra madre.

-Dime que pasa Ophelia- dije sentándome a su lado y comenzó a llorar.

-No te lo quería decir, pero papá murió, y no hay manera de que vayamos a Francia a su entierro. Perdón Morticia-

Nos abrazamos y me detuve de siquiera soltar una lágrima. Estuvimos en silencio y le dije que saldría a caminar un poco por el campus. Se negó diciendo que ya eran las 9pm y no sería bueno, pero insistí y salí del edificio.

Caminé por los jardines algo dentro de mi necesitaba desahogarse pero no tenía a nadie, mi hermana estaba igual de destrozada que yo y no serviría que las dos pasáramos el dolor juntas. Agarré mi móvil e inconscientemente le llamé a Gomez, su teléfono duró bastante sonando antes de que cogiera la llamada.

-¿Sí?- dijo Gomez

-Soy Morticia - escuché mucho ruido a través de su teléfono lo cuál me parecía que era una mala idea molestarlo.

-¿Necesitas algo?- me sentí tan bien y libre al escucharlo que comencé a llorar y de una u otra manera lo notó- Morticia, ¿dónde estás?-

-Estoy en los jardines del edificio de artes, atrás, mejor dicho-

Colgó y me arrepentí pero no tenía a quién más acudir y de verdad necesitaba de él, lo considero mi amigo y sé que no se negará a escucharme. Gomez no tardó ni cinco minutos, y como salí de mi cuarto con mi pijama, un short corto se acercó a donde estaba sentada y se quitó su saco poniéndolo sobre mis piernas sentándose a mi lado.

-Perdón por molestare- dije sin siquiera verlo a los ojos

-No te preocupes. ¿Qué pasó?- su amabilidad se tornó cálida, su mirada estaba puesta sobre mi. Dentro sentía como si fuera a vomitar, estábamos tan cerca, sentí como si mi corazón se fuera a salir de mi pecho.

-Mi padre falleció, era el único que desde que nací me ha amado. A pesar de mis diferencias con el resto de la familia, él siempre me prefirió. Me sobreprotegió, me hice dependiente de él y ya no está- comencé a llorar pero dentro de mí sentía una paz que nunca antes había experimentado.

-La muerte sólo es el inicio de una nueva etapa, no es tan mala como la han contado. Seguirá para ti y ahora más cerca que nunca. Entiendo por lo que estás pasando y sé que lo mejor es que te haga olvidar todo esto. Odiaría darte un sermón de cómo superarlo, eso no sirve.-

Recosté mi cabeza sobre su hombro, de él salió un gran suspiro, desconocí si fue uno de alivio o de fastidio. Continuó la conversación, me hablo de su infancia y de cómo desde pequeños lo preparaban para estas situaciones. Que detrás de su casa había un cementerio donde todos los integrantes de la familia Addams se encontraban y que cada noche de Halloween salían al cementerio a visitarlos y que era una gran manera de luchar contra la muerte.

-Odio ver unos ojos tan hermosos llenos de lágrimas- sin pensarlo al acomodarme y evitar moverme demasiado puse mi mano sobre su pierna y Gomez la tomó, la apretó pero fuera de lastimarme, era más un suave toque cálido.

El Preludio de mi ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora