Los segundos se convierten en minutos y los minutos en horas. El tiempo transcurre con una lentitud exasperante.
Miro a nuestra profesora de matemáticas avanzadas. La edad cubre su rostro en forma de arrugas, y su voz raposa parece cansada. Aún así, he aprendido a no subestimar los profesores de aquí por su aspecto.
Cautelosamente, tiro de un folio de papel escondido en medio de mi vieja libreta y lo sitúo encima de los ejercicios.
Esta es la última hora de clases por hoy y todavía no tengo ningún plan para escaparme de la habitación y llegar al cuarto de mantenimiento. Liam eligió este lugar porqué es uno de los pocos sitios sin cámaras de vigilancia. Aún así, escapar de mi habitación tiene sus complicaciones.
Normalmente no pierden el tiempo vigilando las habitaciones y los pasillos, ya tienen mucho trabajo con las salas especializadas en alguna materia o con los lugares que consideran peligrosos. Claro que no puedes aspirar a caminar por los pasillos en medio de la noche sin que te descubran.
¡Claro! ¡El General! Su zona privada no está vigilada, si pido una reunión con él a las once, sólo tendré que aguantar unos minutos con él y cuando me dé el permiso para marcharme, entrar al cuarto de los guardias. A aquellas horas, no habrá nadie patrullando, y cómo el cuarto está dentro del parámetro privado del General, no habrá cámaras. Entonces cogeré un uniforme de guardia e iré hasta el punto de encuentro. En teoría, mi plan no tiene ningún fallo.
Excepto un pequeño inconveniente: la reunión con el General. Que le diré? Seguro que aceptará, él cree que sé algo importante y peligroso. Lo mejor será hacer preguntas sobre el tema y asegurarte de que todavía te necesita por algo, no sé de qué sería ca...
- ¡127! Quiero que te quedes cinco minutos después de la clase, así me podrás mostrar ese folio tan interesante.
Miro a la profesora con ira. Como he podido permitir que pasara esto? Miro el papel, con todas las indicaciones que necesito para esta noche. Lo he fastidiado todo. Tendré que avisar a Liam y a Duna cuando la bruja de matemáticas me deje marchar.
Mis compañeros empiezan a recoger su material. Tan lentamente como puedo, me acerco al escritorio de la maestra.
- Dame el papel.
Le doy el folio de la manera más desagradable que puedo. Supongo que debe pensar que soy despreciable, o eso espero.
- Me sorprendes. Llevas cinco años aquí y eres de las más inteligentes del lugar. ¿De verdad crees que te saldrás con la tuya? Está todo planeado al milímetro. Notarán que sacaste un traje. Aunque lo consiguieras devolver. Y créeme, el General ordenará a los Guardias que te acompañen.
Me quedo atónita, sin saber que decir. Esperaba que se enfadara, pero por el planeamiento de nuestra reunión, no porqué mi plan sea un fiasco.
- Escucha, puede que estés sorprendida, pero hay muchas cosas que a mí tampoco me gustan de aquí. Y lo que os traéis entre manos es importante.
- ¿Como sabes que queremos hacer?- pregunto desconfiada.
- Mira, tienes dos opciones: confiar en mí o no hacerlo. Pero te arrepentirás toda la vida si no lo haces.
¡Claro que no confío en ella! ¡Es parte del sistema! Aunque quizás...
- A las once y medio te pasaré a buscar junto a tus amiguitos. Esté preparada.
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Intento dormir el poco tiempo que me queda antes de la hora acordada pero me es imposible.
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El Desnivel
Science-FictionRecuerdo luz. Recuerdo una voz suave y profunda jurándome que nunca me dejaría ir. Me dijo que era mi padre. Me pregunto que querrá decir esta palabra. Pero por encima de todo, recuerda una sensación. No lo sabría contar. Me sentía... bien. ¿Que si...