Extra 2

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Acababan de llegar de una misión. La primera con Bucky dentro del equipo, y había resultado mejor de lo previsto. Como siempre, habían daños colaterales, pero habían cumplido con el objetivo y habían salido en una pieza, aún sin la asistencia de Thor y el doctor Banner.

Ahora Tony insistía en celebrar, porque todo éxito merecía ser celebrado, festejado y alardeado tanto como fuese posible. Él estaba bien con eso, después de todo merecían relajarse un rato. Todos los demás parecieron de acuerdo, excepto Bucky, que simplemente tomó una ducha, cogió un suéter gris con capucha y se tumbó en una de las habitaciones a leer.

No era un día malo, Steve estaba seguro porque por la mañana Bucky estuvo de buen humor, pero tampoco parecía uno de sus días buenos porque había estado callado y perdido en sí mismo la mayor parte del tiempo.

Cuando le preguntó si querría acompañarlo a la pequeña fiesta (para lo cual, en realidad, sólo tenía que vestirse y salir de la habitación), Bucky lo miró el tiempo necesario para negarse y volver la vista a su libro.

Mientras tomaba una ducha, Steve no paró de preguntarse si habría hecho mal, si habría sido demasiado pronto para involucrarlo en una misión, si lo habría presionado un poco fuera de sus límites, y un montón de otros posibles "si...". Al terminar de ducharse y habiéndose vestido, no tenía ninguna respuesta.

Afuera, encontró a Bucky dormido, con el libro que había estado leyendo abierto sobre el pecho. Había cambiado el suéter gris por una camisa de algodón manga larga, de un color vinotinto más claro debido al uso.

Cuando se acercó para quitar el libro y dejarlo más cómodo, sintió la presión de unos dedos metálicos cerrándose con fuerza sobre su muñeca, ojos alerta y expresión aturdida.

— Bucky, soy yo... —carraspeó para sonar algo más firme, apoyando la mano libre sobre los dedos que lo aprisionaban—. Está bien, soy yo.

Aún en aquel estado aturdido, Bucky era letal para cualquiera que representara una amenaza. La presión que ejercía sobre su muñeca con la mano metálica sería suficiente para hacer polvo los huesos de una persona promedio, y estaba plenamente convencido de que, ahí donde parecía tranquilo (porque seguro como el demonio que decir inofensivo era una completa estupidez y una mentira), tendría varias armas ocultas de forma discreta y estratégica. Él no le tenía miedo, y no porque pudiese soportar cualquier golpe suyo ni a causa de sus sentimientos. No le tenía miedo porque lo entendía, y más que nada, porque confiaba en él.

— Lo siento —masculló Bucky después de unos segundos, librando su mano y apartando el brazo con una mueca en el rostro.

Steve se sentó y Bucky se apartó un poco, irguiéndose lo suficiente como para evitar el contacto de manera discreta. Steve había aprendido a no sentirse herido por aquellas acciones, o al menos no con todas. Había pasado peores, y se aliviaba de haber conseguido superar algunas.

Recordaba con frecuencia que, hasta no hacía mucho, Bucky siempre dejaba un arma sobre la mesa cuando se reunían en grupo, o a solas. No importaba si se trataba de una conversación casual, una reunión de trabajo e independientemente de si era un buen o mal día, siempre dejaba un arma a mano. Y tardó en comprender que no hacía aquello como una amenaza contra nadie, sino como prevención contra sí mismo. Se lo explicó en cuanto tuvo el valor de preguntarle, y habría querido no hacerlo. Le tomó mucho esfuerzo asegurarle que su programación no sería activada por nadie nuevamente, y aunque estaba seguro de que no le había creído del todo, con el tiempo abandonó el hábito.

Ahora estaba seguro de que algo lo estaba incomodando o molestando, porque aunque le bastaba estirar la mano para tocarlo, sabía que en realidad Bucky se encontraba mucho más lejos de su alcance que eso.

Not Alone [Stucky One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora