Necesito tu Ayuda

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Disparaban lo más rápido que podían, se vaciaban los cartuchos en cada enemigo que tenían en la mira, por desgracia, las balas eran menos cada vez, y pronto se acabarían, además, los enemigos los superaban en número por mucho, y el número de muertes de los aliados aumentaba más, pero eso no era lo que provocaba que Chris y los demás estuvieran siendo superados, lo que les daba la ventaja a los enemigos era que ellos tenían tanques, y si alguien intentaba acercarse para destruirlos, literalmente, eran reducidos a poco más que cenizas y unos cuantos huesos.

Chris sabía que la única forma de que ellos lograran vencerlos era si uno de ellos lograba llegar al cuarto de vehículos y tomara uno, el que fuera los ayudaría a vencer a los enemigos, ya que los que tenían eran mejores en todos los sentidos. Pero los tanques eran un obstáculo muy difícil de superar, y no iba a ser fácil hacerlo.

-¡Tom tenemos que hacer algo!

-¿Qué esperas que hagamos Chris? Mientras esos tanques sigan en pie no podremos derrotarlos.

-Tenemos que llegar al hangar.

-¿Y cómo se supone que lleguemos halla sin que los tanques nos destrocen?

Chris sabía que Tom tenía razón en eso, cualquier intento de acercarse haría que los tanques los eliminarán, y si no eran ellos, serían los enemigos quienes se encargarían de derribarlos. Ni Tom ni Chris podían pensar en una solución, cualquier idea que se les ocurría terminaba con ellos llenos de balas o hechos cenizas.

-Chris, lo tengo. – Dijo Tom con entusiasmo.

-¿Qué sugieres?

-La armería se encuentra a unos cinco edificios, si logramos llegar hasta ella, podremos tomar unos explosivos y usarlos para destruir por lo menos a un tanque, se ve que ellos no resistirán una granada.

Chris sabía que lo que Tom sugería era arriesgado, más que eso, era suicida, pero era la mejor idea que tenían, pues las balas se les comenzaban a acabarse y unos pocos enemigos ya los habían notado, así que no tenían otra opción más que intentarlo.

-Muy bien, hagámoslo.

Ambos tomaron sus armas y bajaron rápidamente de la torre, justo cuando un soldado lanzo un cohete hacia esta y la destruyó. Apenas tocaron el suelo corrieron hacia uno de los edificios destruidos para cubrirse, pues en un instante se encontraban en medio de una lluvia de balas, tanto amigas como enemigas.

-Muy bien, la armería esta como a cincuenta metros, podremos llegar si corremos rápido.

-Pero no tenemos las balas suficientes para protegernos y llegar Tom.

-Mira enfrente de ti – Dijo Tom y señalando varios cadáveres de los enemigos – Podemos tomar unas de sus armas y usarlas para por lo menos llegar a la armería.

-Está bien – Dijo Chris después de meditarlo un momento – Ve hacia ellos y toma dos armas, yo te cubro – Acto seguido cargo su arma.

Tom comenzó a correr hacia unos de los cuerpos mientras Chris les disparaba a los enemigos que se acercaban. Aun así, uno de los enemigos logro esquivar a Chris e intento atacar a Tom, pero él fue más rápido y le corto la garganta con su cuchillo. Tom tomo una granada que tenían los cadáveres y la arrojo hacia los enemigos, quienes no pudieron hacer nada más que sucumbir ante la explosión.

-¡Vamos al hangar, rápido! – Le dijo Tom después de darle un rifle y una pistola.

-¿Qué pasa con la armería? – Contesto Chris, sorprendido ante el cambio de opinión de Tom.

-¡No tenemos tiempo! ¡Los tanques destruyen cada vez más edificios! ¡Debemos llegar al hangar!

Dicho eso, ambos comenzaron a correr hacia el hangar. Se abrían paso matando a soldados, esquivando explosivos y cubriéndose de la lluvia de balas. Pero había algo, cada vez que Chris apuntaba a los enemigos, soñaba una voz en su cabeza que le decía:

-No los mates

-Ellos no son los malos

-Los necesito

No era su conciencia la que le decía todas esas cosas, tampoco era su moral, no, era la voz de alguien más, como si esa persona se lo dijera al oído. Era eso, había alguien quien no quería que los enemigos (o eso parecían) murieran, quería que vivieran, pero Chris no estaba seguro de hacerlo.

Justo cuando estaban cerca de llegar al hangar, Chris la vio a lo lejos, si, no podía estar equivocado, era ella, la misma chica que había visto en sus sueños, en su entrenamiento, era ella, estaba escondía dentro de los escombros de uno de los edificios, pero cuando se dio cuenta de que Chris ya la había visto, ella salió de ahí, sin importarle lo que estaba pasando.

Chris sentía que debía ir con ella, como si alguien lo empujará hacia su dirección. Él trataba de resistir esos "impulsos", hasta que noto que la voz de la chica era la misma que soñaba en su mente cuando mataba a alguien. Fue entonces cuando comenzó a caminar hacia ella, completamente ignorando la razón de porque había llegado hasta allá. De pronto Tom lo hizo volver al mundo real:

-¡¿Chris qué haces?! ¡Debemos llegar al hangar!

-Tengo algo que hacer, ve tú en un momento te alcanzo.

Tom no estaba seguro de hacerlo, pero cuando vio la expresión seria en el rostro de Chris, sabía que él hablaba en serio.

-Esta bien, pero promete que llegaras al hangar.

-Lo prometo, vete ¡rápido!

Tom siguió su camino hacia el hangar. Chris también comenzó a correr hacia donde estaba la chica. Cuando llego con ella se sorprendió, pues ella no tenía la misma expresión seria e inocente que había tenido en sus encuentros anteriores, esta vez, estaba molesta:

-Te dije que no los mataras.

-¿Qué no los matara? Ellos me iban a matar.

-¡Porque tú los atacabas primero! ¡Apenas los veías y les apuntabas! Si no lo hubieras hecho, ellos no te hubieran hecho daño.

Chris se sorprendió por lo que dijo ella, era verdad, los "enemigos" no le apuntaban primero, él lo hacía antes que ellos.

-¿Por qué estás aquí? ¿Quiénes son ellos? ¿Por qué nos atacan?

-Yo no estoy aquí, ellos tampoco, tu tampoco estas aquí.

Un cohete voló cerca de ellos, así que Chris empujo a la chica hacia dentro de su escondite.

-¿A qué te refieres? – Le pregunto Chris, extrañado por la respuesta de ella.

-Esto no es real Chris, esto es solo una visión, pero esto es lo que pasara si no me ayudas.

-¿Qué? – Chris se sorprendió, eso era solo otro sueño.

-Ellos no te quieren matar a ti, ni a Tom, ellos no quieren matar a nadie, lo hacen porque es necesario. Ellos quieren ayudarme, porque tú no me ayudaste primero.

-¿Cómo que yo no te ayude?

-Muy pronto nos encontraremos Chris, y deberás ayudarme con lo que te pida. Si esto pasa, es porque no me ayudaste cuando te lo pedí. ¿Quieres evitar que esto pase? Deberás ayudarme.

Chris se quedó sorprendido por lo que ella le había dicho, pero no lograba bien comprender todo lo que le había dicho. Chris le iba a preguntar quién era ella, justo cuando un cohete voló el escondite en el que se encontraban.


El Último ArcángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora