Ni una Palabra

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Ese susto hizo que Chris despertara de golpe. Tenía la respiración muy agitada, estaba sudando, observo un momento a su alrededor, se tranquilizó al ver que todo estaba debía estar, sus compañeros incluso seguían dormidos, seguía siendo de noche. Miro a su despertador, las 3:47 de la mañana, faltaban dos horas para que se levantaran.

Decidió que, por el momento, lo mejor sería no pensar mucho en sus sueños, pues de lo contrario no podría concentrarse en el entrenamiento. Cuando se dispuso a volver a dormir noto unos rojos y algo profundos cortes en sus brazos, parecía que toda la emoción, la ira y el susto que había tenido en su sueño provoco que se rasguñara inconscientemente. La sangre que había en sus uñas lo confirmaba, el solo se había causado esas heridas.

-¿Chris te pasa algo?

Él volteo a prender su lámpara y vio a Tom sentado en el borde de su cama, mirándolo fijamente. Llevaba tiempo viéndolo. Chris no quería preocupar a su amigo, ni involucrarlo en nada, pensó que mentirle sería la mejor opción.

-No me pasa nada Tom, ¿por qué preguntas?

-Llevas toda la noche moviéndose de un lado a otro, murmurando y dando uno que otro grito pequeño, lo has hecho durante las últimas 5 noches, esta vez incluso te clavaste las uñas como si fueran navajas. Chris, no me mientas, ¿qué te está pasando?

Chris se comenzó a preocupar, Tom estaba sospechando mucho de él, incluso llevaba vigilándolo toda la semana. Le preocupó que entre sus murmuró Tom hubiera escuchado algo sobre la chica, sobre los ataques, que se terminarán metiendo en un problema mucho más grande de lo que podían imaginar. No, Chris no podía hacerle eso a su mejor, no dejaría que el llegara a sufrir por su culpa, tenía que mentirle.

-Tom, te lo juro, no me pasa nada malo, solo tengo pesadillas, no es algo por lo que debas preocuparte. Vuelve a dormir. – Le dijo Chris, tratando de parecer tranquilo.

-Está bien Chris, te creeré, pero recuerda, somos amigos, cualquier cosa que te pase, puedes decírmelo.

-Gracias Tom, pero enserio estoy bien. Volvamos a dormir, si no nos quedamos dormidos y Phillips nos castiga por llegar tarde al entrenamiento.

-Cierto, bueno, que descanses. – Dijo Tom, casi riéndose.

Ambos se apostaron y Tom se dispuso a dormir, pero Chris se quedó pensando un rato, no estaba seguro, no, claro que estaba seguro, Tom sospechaba sobre todo lo que él le estaba ocultando. Chris tenía que hacer algo para evitar que Tom siguiera sospechando, él era su mejor amigo desde la secundaria, y no dejaría que se metiera en algo que le podría costar la vida. Tal vez estaba siendo extremista al pensar eso, pero era una gran posibilidad.

Aun así, lo que le estaba pasando no eran simples pesadillas, y él lo sabía, esto lo había mantenido nervioso durante toda la semana, no lo dejaba dormir en paz, no lo podía pensar con claridad, ni siquiera recordaba bien su rutina de entrenamiento. Esto le estaba comenzando a afectar la mente, y si no hallaba como calmarse, esto lo iba a consumir lentamente.

No sabía qué hacer, comenzó a pensar en cómo podría relajarse o calmarse, evitar que lo que le estaba pasando siguiera siendo un obstáculo para su entrenamiento, más bien, para su vida. Comenzó a darle vueltas al asunto, sin lograr encontrar una respuesta a su pregunta. No lograba encontrarla, no lograba calmarse, y cuando intentaba dormir, no podía ni cerrar los ojos. Miro el reloj, las 4:30, faltaba hora y media para que los demás despertaran.

Así que decidió que la mejor opción sería decirle a alguien sobre lo que le estaba pasando. Miró a Tom, pensó que él sería la mejor opción para decirle lo que le pasaba, después de todo, él era alguien en quien podía confiar totalmente, Tom no lo llamaría loco o le diría a Phillips sobre eso, él mantendría el secreto. Justo cuando Chris estaba a punto de despertarlo para decirle, pero nuevamente escuchó a aquella chica:

-No le digas, pronto lo sabrá, él debe saberlo, pero este no es el momento indicado. Solo, espera.

¿Debía escucharla? ¿Hacerle caso era lo correcto? Chris no estaba seguro, sin embargo, recordó lo que había visto en su sueño, aquel horrible ataque que seguramente acabaría con todos en la instalación. Temió que si le decía a Tom, él no iba a querer ayudarlo cuando fuera el momento. Él no podía permitir que ese sueño se volviera realidad. Chris no tenía otra opción, si quería mantener a Tom, a Román, a todos los cadetes a salvo, lo mejor sería quedarse callado y no decirle a nadie sobre lo que le estaba pasando.

Simplemente se acostó y cerró sus ojos, pero seguía sintiendo una gran molestia que seguramente le iba a impedir el sueño, así que se puso su uniforme de entrenamiento, acomodo su catre y salió de las barracas. Hacía un frío terrible afuera, pero eso no lo distrajo, simplemente inhalo profundo y comenzó a correr por la pista, tratando de despejar su mente de lo que le había pasado esos últimos días y de lo que todavía podía pasar.

Sin que él lo notara, a lo lejos una extraña figura lo observaba trotar. Se ocultaba en la oscuridad entre los árboles, solo sonreía y observaba fijamente a Chris:

-Ya es hora – Dijo antes de desaparecer en el espeso bosque que rodeaba la escuela.

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⏰ Última actualización: Mar 05, 2017 ⏰

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