[Vampire Knight] Bloody Love {ZERO X YUUKI}

Amor Correspondido

Zero se soltó de ella de inmediato al oír esas palabras. "Bésame". Después de tantos años esperando oír eso, no sabía como reaccionar. Estaba enamorado de ella, eso seguro, pero estaba convencido de que ella estaba enamorada de Kaname. Se agachó un poco para mirarla a la cara. Estaba llorando. En un abrir y cerrar de ojos, sus bocas se juntaron. Nunca pensó que iba a besarla. Era una sensación extraña. Él nunca había besado a nadie. No estaba muy seguro de si le gustaba o no. Estaba nervioso, pero a la vez relajado. No sabía cómo eso era posible. La chica tenía los ojos cerrados y llenos de lágrimas. Se apartó y se las secó.

–No sabes lo que me alegra oír todo eso– dijo él. Estaba nervioso, por eso había tardado en reaccionar. Se amaban. Eso era lo que importaba en aquel momento. Sus manos se movieron por si solas bajo la falda de Yuuki. Ella tembló y Zero notó cómo ahogaba un grito de sorpresa.

–Zero. Aquí no. Subamos a mi cuarto...– dijo Yuuki muy atontada.

–Yuuki, tu habitación no está vacía. Duermes con tu compañera de habitación,¿recuerdas?–ella asintió con suavidad para que sus labios no se despegaran demasiado mientras hablaban.– Además, no podemos largarnos y dejar que pase cualquier cosa. Imagina por un momento lo que habría pasado hace unos minutos si nosotros no hubiéramos estado aquí.

–Pero... Si me has dicho que me querías... ¿No quieres... Ya sabes... Hacerlo?–se notaba que estaba cansada y nerviosa.

–No,por favor, no me malinterpretes. Me encantaría hacerlo–Él intentaba hablar con una arrogancia que no tenía – sólo que no creo que sea el momento.

–El momento lo has decidido tú. Has sido tú quien se ha confesado... Zero, no hagas que esté más avergonzada de lo que ya lo estoy...– la miró a la cara. Estaba ligeramente roja. Ya no había rastro de las lágrimas.

–¿Si te hago caso te calmarás? No quiero que estés nerviosa por mi culpa... Y menos por algo que yo también quiero hacer.

–¡Zero!–se alegró como si fuera una niña pequeña y sus padres le compraran una muñeca nueva. Pero, sin embargo, lo que iban a hacer pronto no tenía nada que ver con muñecas... Ni apto para niños pequeños.– Vamos a tu cuarto.

Momentos después,estaban en el dormitorio. Era pequeño. Tenía una cama individual, pero se tendrían que apañar con eso. Zero dejó su Bloody Rose en la mesilla de noche. Yuuki se quitó su chaqueta de uniforme, de modo que se quedó con una camisa, la falda y sus botas con medias hasta la rodilla. Se habían visto en pijama antes, pero sólo cuando eran más pequeños, y no de ese modo. Yuuki se empezó a desabrochar la camisa y Zero hizo lo mismo. Cuando él se quedó sin parte de arriba, volvió a mirarla. Tenía un sujetador blanco con encaje. Era muy sofisticado, pensó él. Le quedaba genial. Ahora solo quedaba quitarle esa falda. Se acercó a ella decidido y se la bajó hasta los pies. Ella se estremeció notablemente. La tiró agresivamente a la cama y le sacó una bota después de otra. Le quitó las medias delicadamente, para que hubiera contraste entre una acción y la siguiente. Una vez que Yuuki estaba casi desnuda, le fue besando sus delgados muslos una y otra vez. Ella gemía, pero se tapaba la boca con la mano. Él siguió subiendo la cabeza, y sus besos se convirtieron en lengüetazos. Le quitó la única cosa que separaba su lengua de su sexo. Ella gimió muy alto cuando le lamió. No se lo esperaba.

–Zero, no sé si es buena idea...

–Fuiste tú la que lo sugirió.–se sonrojó más aún–Ahora voy a hacer que te sientas bien.
Se subió encima suya y con un hábil movimiento le soltó el sujetador. Lo lanzó por los aires y se basaron de nuevo, después de haberle mirado el pecho un buen rato. Sus lenguas se movieron como nunca imaginó que se podía hacer. El chico se quitó el pantalón lo más rápido que pudo, pero por desgracia tuvo que quitarse los zapatos primero. Eso le dió tiempo a pensar que no tenía ninguna protección. ¿Cómo lo harían?

–Yuuki. Ni tengo condones. No pensé que fuera a hacerlo con nadie.–dijo. En la mirada de Yuuki vió que se relajaba.– Supongo que no podremos hacerlo...

–Yo no pienso aceptar que me hayas hecho sentir bien a mi... Y no me des la oportunidad de hacer lo mismo contigo. – ella alargó las manos para bajarle le bóxer. Contuvo un gritito. Supuso que se sorprendería de ver su paquete. No habría visto nunca ninguno. Sin ninguna indecisión, lo cogió y empezó a mover su mano haciendo círculos. Zero empezó a gemir, pero más bajo de lo que lo había hecho Yuuki antes. Sin estar él preparado, se lo metió en la boca... Y sin previo aviso se corrió. La boca de la chica se llevó de una sustancia transparente. Se la sacó de la boca y Zero, con prisa, se volvió a poner su bóxer y sus pantalones.

–¿Ya está? ¿Con eso estás satisfecho?–Yuuki parecía decepcionada.

–Eh... Supongo que sí. Límpiate un poco y vístete. A lo mejor ha pasado algo con los vampiros. Tenemos que comprobarlo.– con una sonrisa pícara, ella dijo:

–¿Mañana,si no hay ningún problema, repetimos?
Zero, más rojo que ella si cabe, asintió.