{17} "Desde que te tengo en frente pequeña."

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{Os dejo que saboreeis la miel como Dios manda con este capítulo. Ha sido un capítulo que me ha encantado escribir, el mejor hasta la fecha.

Disfrutarlo. :) }

Narra Harry.

Abro la puerta de mi habitación y, a pesar de la poca luz que hay en ella, sé que María está sentada en la cama y respirando de forma forzada. Me acerco a ella y enciendo la pequeña luz que tengo al lado de mi cama. Cuando la enciendo, veo a María con los ojos rojos e incluso diría hinchados.

- Eiiii, ya está pequeña. - Le digo mientras cojo un mechón de su pelo y se lo pongo por detrás de la oreja. - ¿Que ha pasado?

- Nada. - Dicho esto, rompe a llorar y a mi lo único que se me ocurre es abrazarla y reconfortarla, o intentarlo al menos.

Tengo su cabeza bajo mi mentón y no puedo verla pero noto que, a medida que pasa el tiempo, su respiración se va ralentizando y llora muchísimo menos.

- ¿Confías en mí? - Le digo en un susurro.

Levanta la cabeza y me mira extrañada. Le cojo la mano y la obligo a levantarse para llevarla al sofá que hay en mi habitación. Necesito acurrucarla. 

Consigo que me siga hasta el sofá y se siente encima mía. Sin que yo diga nada, María se acurruca como un bebé contra mi pecho y la abrazo lo mejor que puedo. Cojo la manta que tengo en uno de los brazos del sofá y con ella, tapo a los dos.

Sin darme cuenta, comienzo a jugar con los dedos de la mano de María.

- Tienes las manos heladas. 

A través de la poca luz que hay en el cuarto veo que fuerza una sonrisa y contesta.

- Pues es raro, porque yo siempre las tengo calientes. - Dice con la voz tocada por las lágrimas.

Los dos nos quedamos en silencio durante un largo rato pero mis impulsos en colaboración con mi boca se encargan de romperlo.

- Tengo la necesidad de hacer algo. - Trago saliva. - Aunque creo que no es el momento de hacerlo.

- ¿Desde cuando das tantos rodeos?

- Desde que te tengo en frente pequeña.

Vuelve a sonreír pero puedo ver que es una sonrisa diferente a la anterior. Nuestras cabezas se van acercando y no dudo ni un segundo lo que voy a hacer.

Cuando nuestros labios entran en contacto, siento un escalofrío que va desde mi cuello hasta el final de mi espalda. Ante ese primer contacto, nos separamos unos centímetros. 

- No voy a hacerte daño. - Digo sin separar mi frente de la suya.

María no me responde con palabras, si no que vuelve a acercar sus labios a los míos y yo no puedo decir que no...

Sus manos frías rodean mi cuello y yo la acerco más a mi... Cada beso es más largo que el anterior... Sus manos van bajando por mi torso y es en ese momento cuando me doy cuenta que estoy sin camiseta y, ante el frío contacto, atrapo el labio inferior de María. Ella suelta un leve gemido y eso provoca que quiera más de ella. Meto una de mis manos por debajo de la camiseta que lleva puesta y comienzo a acariciarle la espalda.

*Narra María.*

[Flashback]

Pegada a la pared con un brazo en mi cuello, escucho su voz en mi oído.

- Como un solo tío te toque, te juro que lo mato a hostias. Eres MÍA y cuando te quiera para mi, te tendré para mi. Tenlo siempre en tu cabeza.

Narra Harry.

María se separa bruscamente de mí. Me vuelvo acercar a ella pero ella quita la manta que teníamos encima y se va directamente al baño del piso de abajo.

*La has cagado Harry.*

Narra María.

Entro en el baño y cierro la puerta. Mis piernas tiemblan y lo único que acierto a hacer es ponerme en la pared contraria a la puerta y sentarme en el suelo. Pongo mi cabeza entre mis piernas e intento aclarar mis ideas, ordenarlas de alguna forma.

No puedo querer a nadie. No puedo poner a Harry en peligro de esta forma. Levanto la vista, respiro hondo y mi muro se rompe.

*

Veo el reloj de mi muñeca y veo que son las 9 de la mañana. La noche ha sido larga. Me levanto del frío suelo del baño y abro la puerta, con tan mala suerte de que tengo a Harry en frente.

*Estás en su casa, ¿recuerdas?*

- María, ¿podemos hablar un momento?

- No tenemos nada que hablar. - Digo mientras le esquivo y voy a por mi ropa. Escucho pasos detrás de mi y aumento mi paso para llegar a la habitación de Harry lo más rápido posible.

Cuando llego, cojo mi ropa y estoy en disposición de irme cuando Harry cierra la puerta.

- Harry, déjame ir.

- No. - Dice cortante y acercándose a mí.

- Harry por favor. - Empiezo a suplicar con un nudo en la garganta.

Narra Harry.

Paro de acercarme cuando veo que María me tiene... ¿miedo? Me freno en seco y escucho un "No quiero que te pase nada Harry."

Reacciono en el momento justo para, con un brazo, rodear mitad de su cintura. La obligo a mirarme a los ojos y ella explota. Se zafa de mi y me dice con lágrimas en los ojos.

- Déjame ya Harry. Que no puedo ni querer ni enamorarme de nadie, por el bien de cualquier persona que se me acerque. Tengo que protegerte a ti, a Ariana y a todos a los que realmente les tengo algo de cariño.

Narra María.

Tras cambiarme, me voy de casa de Harry tras un portazo. Esto me viene grande.

Sin pensarlo, cojo mi móvil y llamo a Ariana. No hace falta que le diga nada, con un "Te necesito" le llega y le sobra.

Narra Ariana.

Acabo de escuchar a María rota por completo. 

Dejo el móvil en mi habitación y limpio un poco la sala para que esté aceptable. Cuando termino, suena el timbre, abro la puerta y no hace falta que ninguna de las dos digamos nada.

- Ven aquí. - Le digo abriéndole los brazos a María y dándole un achuchón de los míos. La abrazo con fuerza hasta que noto que deja de llorar y le digo que entre.

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