{27} Cris y su puntería.

183 7 1
                                    

NOTA: Al leer la historia desde el principio me he dado cuenta de que no he puesto ni en que momento pasa toda la historia. Lo pondré tambien en el prólogo pero, igualmente, lo especifico aquí para las que habeis estado desde el principio. La historia sucede en el 2012. Debido a pequeñas connotaciones de la historia, la actuación de los chicos en el Madison Square Garden se produce antes de verano, que es cuando empieza toda esta historia. Dicho esto...

{Capítulo 27... GRACIAS por seguir leyendo.

Por favor, dejar algún comentario, por muy ridículo que sea. :) }

Narra Cris.

A pesar del tiempo, María nos ha preparado una sorpresa: surfear. Llevamos toda la tarde bajo la lluvia haciéndolo y es increíble. Ante el plan, Liam y yo hemos dejado la cita para otro día y hemos surfeado con el resto.

He aprovechado diciendo que me daba miedo y he subido en la misma tabla que Liam. Despues Liam me ha tirado, me he hecho la ofendida y he intentado ahogarlo, pero no he podido.

Ante el cansancio, salgo del agua. Aprovecho que María está sola y sentada en la arena para hablar con ella.

- ¡Bichiña! Has surfeado muy bien. - Me dice con media sonrisa. Sé que es forzada.

- Graaacias. - Le digo mientras me siento a su lado. - ¿Desde cuando surfeas?

- Pues no me acuerdo. Sé que cada vez que venía aquí surfeaba, ya que el chico que nos ha dejado todo esto tiene una tienda cerca y le conozco desde hace años.

- María, ¿te puedo preguntar algo?

- Dime.

- ¿Por qué no estás con Harry? - María baja la cabeza. Cuando la levanta de nuevo, veo que traga saliva.

- Es complicado.

- ¿Es más fácil estar cada dos días destrozada y viendo a Harry igual?

Narra María.

¿Por qué esta niña tiene que ir siempre al centro de todo? Giro la cabeza en su dirección y me entran ganas de matarla.

- No os compensa a ninguno. Si tú no eres capaz de arreglar el problema deja que alguien te ayude. No creo que Harry no sea capaz de ayudarte a salir de esta.

- Cris...

- ¿Que? 

- No dejo que nadie me ayude no porque considere que ninguno me podeis ayudar, si no porque lo que están haciendo conmigo no quiero que se lo hagan a nadie.

- Si te están haciendo daño y te lo guardas, nos sigues haciendo daño a nosotros. No es fácil verte así todos los días. Simplemente me preocupo por ti.

- Gracias.

- ¿Por? 

- Por acercarte aquí, sentarte y decirme las cosas tal y como las sientes. Se agradece.

- ¿Aunque estés cabreada? - Me pregunta totalmente seria.

Yo sonrío de verdad y le contesto.

- Aunque esté cabreada.

- ¡Bieeeen! - Grita tirándoseme encima.

De repente noto cuatro o cinco cuerpos más encima mia y bastantes gritos.

- ¡Me estoy ahogando! - Consigo gritar.

Todos salen de encima mía y tras coger aire, hablo.

- Creo que es hora de dejar todo esto recogido para cuando Michael venga, que pueda llevarlo sin problema. 

Todos acceden y, en media hora, tenemos todo limpio y recogido. Suena el claxon de la furgoneta de Michael y todos llevamos nuestro respectivo material hasta donde se encuentra aparcado el vehículo. Mientras los chicos van a ducharse, yo le agradezco y me despido de Michael. 

Espero a que Michael y su furgoneta salgan de mi vista y estoy a punto de irme en dirección a mi casa cuando veo que alguien viene en mi dirección. Sé que es Harry pero siento la necesidad imperiosa de entrar en casa y esconderme.

*¡QUÉDATE!*

Mi conciencia me congela con un único grito y le hago caso.

- ¿Te has bañado lloviendo? - Me dice Harry llegando a mi altura.

- Hemos hecho surf toda la tarde. Además, llevo neopreno. El frío se lleva mejor.

- Eso es cierto. - Nos quedamos mirándonos y Harry respira hondo. - Tenemos que hablar.

- Lo sé. ¿Después de cenar?

- Despues de cenar. - Asiente Harry. - Entra que te vas a helar.

*

Tras la cena, todos estamos en el porche, con mantas y con el fuego encendido. Estoy sentada al lado de Cris y las dos nos estamos mirando a cada paso. Creo que estamos creando nuestro propio código. Esto provoca que nos riamos por nada y que el resto nos mire mal. 

Hablamos de familia, amigos, no tan amigos y otras tantas sandeces. A medida que la noche avanza, todo el mundo nos va abandonando, hasta que nos quedamos Harry y yo solos.

Harry se levanta y se sienta a mi lado. Sin pensarlo, pongo mis dos piernas encima de las suyas y los dos nos quedamos formando una especie de L.

Voy a empezar yo.

- ¿Por qué te fuiste así por la mañana? - Le pregunto sin verle a los ojos.

- Tuve un ataque de culpabilidad. - Escucho que responde.

- Harry, tú no tienes la culpa de nada. - Al decir esto, miro a Harry directamente a los ojos y Harry hace lo mismo.

- Tengo la sensación de que cada vez que pasa algo entre los dos, yo provoco algo que te hace daño.

Sonrío ante esa idea y Harry frunce el ceño.

- Estás cogiendo la mala costumbre de fruncir el ceño. - Apunto a modo de notita mental.

- Eso es culpa tuya y no desvies la conversación, que ya te conozco.

Cojo aire y respondo.

- Pero tienes que ser consciente de que ese daño no viene de ti.

- ¿Y de que me sirve saberlo si no puedo hacer lo que nos dá la gana a los dos porque tienes algo en esa cabeza que te frena? - Me pregunta Harry mientras señala con uno de sus dedos mi cabeza.

- Pues no sé Harry, no lo sé. - En ese momento me doy cuenta de que así no podemos seguir. - Esto va a matarme. - Digo sin darme cuenta de que lo hago en alto.

- Nos va a matar a los dos pero... - Noto que Harry duda en decirme lo que se le pasa por la cabeza y yo le animo con un simple "Suéltalo". - ... necesito intentarlo contigo. No sé si saldrá bien o mal pero tengo que hacerlo.

Comienzo a sopesar todas las posibilidades: si empiezo a salir con Harry, lo pondré en peligro, excepto que mi padre no se entere. Tendremos que andar a escondidas durante un tiempo por cosa de los paparazzi, tiempo en el que puedo escaparme del control de mi padre y estar bien con Harry. De repente, no todo me parece tan complicado y me acuerdo de una pregunta de Cris: "¿Es más fácil estar cada dos días destrozada y viendo a Harry igual?" .

- No tienes por qué decírmelo ahora. 

- No hace falta. Lo tengo claro. - Le digo a medida que me sale una sonrisa pensando en lo que he decidido.

Inside your eyes...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora