Capitulo Diez

780 61 22
                                    

Perrie

Entro a la casa que compro Zayn rápidamente antes de cerrar la puerta con fuerza y dejar en el suelo mi bolso y demás. No puedo regresar a mi departamento, no me siento segura ahí.

Aquí hay cámaras- me recuerdo, en un intento de tranquilizarme.-estoy a salvo- trato de convencerme.

También me deshago de mis tacones y entonces soy libre de correr escaleras arriba y cerrar la puerta con llave antes de intentar calmarme al sentarme en la cama, pero entonces recuerdo que las cortinas están abiertas y la poca tranquilidad que tenía se esfuma y me apresuro a cerrarlas al igual que las ventanas.

Odio esto, odio no sentirme a salvo en mi hogar o alguna parte por su culpa.

Siento ansiedad, mucha ansiedad que sé que no se va a ir a menos que haga algo que de verdad no debería.

Llevo mis manos a mi cuello porque no puedo respirar y siento como si alguien me lo estuviera impidiendo.

Quiero gritar, quiero romper cosas, como si eso de alguna manera fuera a arreglar algo.

Sé que no arreglaría nada pero de todas maneras siento que tengo que intentarlo.

Sin permitirme pensar pensar voy al baño y comienzo a buscar mi objetivo, me deshago de la voz que me pide encarecidamente que no haga esto porque en realidad lo único que pienso es que debo hacer algo para calmarme.

Siento que es un alivio cuando las encuentro, sabía que Zayn tenía algunas aquí. Siempre las tiene.

Ambiem.

No es una dosis muy fuerte pero mezclado con un poco de vino blanco y Xanax funcionara.

Siempre funciona.

No tardo en encontrar el Xanax que también esta en una dosis baja pero hay muchas pastillas así que puedo hacer que funcione bien.

Me siento extrañamente poderosa con las pastillas en mi mano así que eso me da un poco mas de tranquilidad, pero sé que no me sentiré tranquila hasta que las pastillas estén en mi organismo.

Cuando estoy sentada frente a la pequeña mesa de la sala con las pastillas en mi mano junto a la copa de vino es cuando reacciono.

Mierda, mierda, mierda, mierda, y mas mierda.

Joder, soy una persona y madre terrible.

-Lo siento. Lo siento tanto- comienzo a repetir y disculparme constantemente en voz alta, como si el bebé pudiera oírme.

Dejo la copa de vino y las pastillas en mis manos caer mientras me alejo lo mas que puedo de la sala y llevo mis manos a mi cabeza mientras murmuro solo una cosa.

"Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento"

Me dejo caer sobre el piso y abrazo mis rodillas a la vez que comienzo a llorar.

En que me he convertido?

* * * 

-Perrie! Llegue, que demonios paso?- Eleanor llega a mi lado y se arrodilla junto a mi y pasa un brazo sobre mis hombros, no la miro porque sé que si me mira, se dará cuenta de lo que pasa por mi cabeza. Y si eso pasa, tendremos una gran discusión que no va a terminar bien.

Literalmente puedo sentir el momento en que se da cuenta de lo que pasa, es como si fuera una escena en cámara lenta.

-Perrie- susurra con lo sé que es horror mientras se aleja un poco de mi.-oh, Dios. Que hiciste?

Entonces la tengo delante de mi con las pastillas en la mano antes de que me de una mirada severa y desaprovatoria.

-Perrie, que son estas? Voy a llamar a emergencias pero primero necesito saber que tomaste para saber si tengo que notificar una reacción alérgica también.

-No las tome- susurro muy bajo, sin dejar de temblar.

-No me estas mintiendo?- tiene una mirada neutra y desconfiada, no la culpo. Yo me gane esa mirada.

-No.

-Y si te hacen un análisis de sangre?

-Estoy limpia. He estado limpia desde hace cinco años- aseguro.

-Nena, estoy tan orgullosa- susurra abrazándome con fuerza.-sabía que podías hacerlo- murmura, unas lagrimas mías se derraman pero no me importa.

Puse en peligro la vida de mi bebé hoy. Al igual que mi sobriedad y vida. Algo que se suponía que estaba olvidado y ya no volviera ahora esta de regreso y me atormenta.

No encajaba en mi nueva vida y no podía volver a la antigua.

Me estaba hundiendo, lo sabia; y esta vez nadie vendría a rescatarme.

* * *

-Hola- una muy animada y sonriente castaña se sienta junto a mi, no he podido sonreír durante los últimos días pero su actitud hace que una sonrisa se abra paso en mis labios.

-Hola- respondo a su saludo y dirijo mi vista a su vientre ya hinchado. Ella esta realmente bien vestida y no tiene vergüenza en usar una blusa ajustada que se ajusta a su nueva figura de maternidad.-cuanto tiempo tienes?

-Tres meses- sonríe y casi perece mentira que este tan glamurosa y sonriente cuando yo estoy igual que ella siento que estoy muriendo.

Los malestares desaparecieron un poco, ya no vivo con la presión por los suelos y sintiéndome miserable, pero aun hay días de mierda que parecen no querer ceder aun. 

-Yo también pero no estoy...-

-Hinchada?

-Lo siento- susurro porque sé que si bien no lo estoy ahora en unos meses lo estaré.

-La diferencia entre tu y yo, cariño; es que yo estoy el doble de embarazada de lo que estas tu- me comunica y yo río.

-No fue un infierno los primeros meses?

-Oh, lo fue- asegura antes de pasar una mano por su cabello.-pero ya se acabo, gracias al cielo- suspira aliviada.-en fin. Viniste sola?

-Mi prometido esta fuera del país- murmuro sin querer hablar de tema realmente. Ni siquiera lo he hablado con Eleanor, mucho menos con una extraña.

-Debes extrañarlo- murmura con media sonrisa comprensiva.-mi esposo esta lidiando con su familia en España así eme aquí, sola- murmura con una sonrisa que no llega a sus labios. Conozco esa sensación.-entonces, lo extrañas?

-Disculpa?

-A tu prometido, lo extrañas?

-Sí- digo y entonces me siento abrumada al darme cuenta de cuanto lo he extrañado en realidad, tanto que incluso las lagrimas se asoman a mis ojos.

Lo extraño.

Extraño y necesito a Zayn.

* * *

Me paseo nerviosa por la lujosa habitación mientras una de mis manos sujeta con firmesa mi estomago, no dejo de sentir lo que todos llaman mariposas mientras espero a Zayn.

No puedo creer que en realidad cabo de cruzar el maldito océano y que estoy en Taiwan esperando a Zayn. 

Literalmente, regrese a casa y luego de que la doctora y hice mi maleta y me fui después de que tener todo listo.

Ahora, quince horas después; estaba lista para ver a Zayn. Bueno... No lista, pero iba a verlo me gustase o no.

La puerta finalmente se abrió y Zayn entro por ella dejando caer al suelo un portafolios, al parecer sin darse cuenta de mi presencia, lo escucho maldecir mientras sigo mirándolo nerviosa. Esperando.

Sus ojos finalmente encuentran los míos antes de que él deje caer su celular y se dirija a mi con rapidez, me toma en sus brazos y abraza con fuerza mientras las inevitables lagrimas se derraman.

-Te extrañe- susurro en su oído.

-Eres un total caso- susurra mirándome ahora sonriendo.-estaba apunto de mandar esto a la mierda y largarme a Londres.

Baby Please Don't Go |Zerrie|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora