Cap. 4 - Atracción

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Al escuchar el disparo no sabía que hacer, comencé a mirar hacia adentro del auto para saber que poder hacer al respecto pero no encontraba cómo reaccionar en esta situación, así que agolpé el cajon que estaba frente a mi y sin darme cuenta parece que Dios me había mandado la solución a el problema.

Alli frente a mi en un cajon del auto, habia un cajón con un arma, tome el arma y abri la puerta del auto para luego salír corriendo en dirección contraria, para evitar toparme con algún peligro, entre por la salida de la casa.

Ahí veo un sujeto a espaldas de mi apuntándole a Elián quien se encontraba de rodillas en el suelo, mire a mi alrededor y inhale para apuntar con el arma a la cabeza del sujeto.

Baja el arma, si no quieres morir - le dije y este trato de girarse y negué con el rostro golpeandole con el arma en la cabeza.

Te giras nuevamente y disparo - le dije al sujeto y este giro desafiante mirándome fijo y tirando su arma al suelo.

Elian se levanto del suelo y se posicionó a mi lado, sonriéndome mientras abrazaba mi cintura.

Otra de tus perras - dijo el chico riendo y lo miré con mucha seriedad mientras negué repetidamente con mi rostro las palabras que el sujeto había pronunciado en sus labios.

Callate - le grite llena de odio y este seguía riéndose de mi.

Ladras mucho, debes ser igual de perra que tú madre. Eres otra de las perras de Eli... - decía el chico y no pudo terminar de hablar debido a que apreté el gatillo y le disparé en la pierna, llegue a mis límites cuando menciono a mi madre.

Elián estaba atónito a mi lado, le lance el arma en la cara al sujeto y me acerque a el para ahorcarlo sin intenciones de matarlo mientras me encontraba de cuclillas en el suelo.

En tu puta miserable vida, se te ocurra decir que mi madre es una perra porque la próxima ves no sere tan piadosa, verás de lo que soy capaz - le grite en el rostro y luego lo solté del cuello mientras este respiraba agitadamente.

Vayan a interrogarlo si necesitan torturarlo un poco háganlo, por favor - le dijo Elián a sus guardias según pude escuchar y estos sin dudar cumplieron su orden.

Camine hacia adelante hasta encontrar donde sentarme y comencé a llorar.

Gatita, no me gusta verte así  - me dijo Elian y suspiré sonriéndole de medio lado.

Vamos para que puedas descansar, tengo una ropa que te quedará perfecta- dijo Elián mientras observaba mi rostro y asentí levantándome de mi lugar para empezar a caminar a su lado.

Elian me miro y agarro de mi mano, cuando agarro mi mano volvió a mirarme a los ojos mientras con su mano acariciaba mi dedo anular, donde se encontraba mi anillo con una piedra de ópalo de color azul celeste.

Llegamos a su habitación y este me miró fijamente.

Duérmete, aquí tienes una de mis camisas, te cubrirá bastante y creo será cómoda para que logres dormir - dijo tendiéndome una camisa de color rojo y cuando este se marchó de la habitación me la comencé a colocar, mientras me quedaba en ropa interior, pase la camisa por encima de mi cabeza e rostro y justo ahí se abrió la puerta, mierda.

Sentí la puerta cerrándose, ¿quien habrá sido?

Me coloqué la camisa rápidamente y esta me quedaba un poco más abajo de mis glúteos, pero sin duda alguna no me sentía tan decente al tener esta vestimenta.

Salí de la habitación y caminé hasta poder ver a Elián, estaba en la cocina con su hermano, ambos estaban sin camisa.

Ambos con cuerpos muy bonitos, pero sin duda el hermano de Elián no superaba por mucho a Elián.

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