1 de enero de 2015

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Me siento en la silla roja del comedor de la sala de mi casa y bebo un poco de jugo de naranja. En todos los otros rincones del mundo, el noticiero está hablando de año nuevo, de las fiestas y de los accidentes que han ocurrido, pero en Wirewood están hablando del aniversario de la Gregory Hollis, el chico que desapareció misteriosamente hace dos años atrás, y del cual no se ha sabido nada al respecto.

Su imagen aparece en la televisión como si me estuviera disparando en el pecho. Su rostro es tal cual lo recuerdo; su cabello revoltoso y de color moreno, sus grandes ojos verdes y su enorme sonrisa que deja ver una reluciente pila de dientes perfectamente blancos. La mancha de nacimiento que tiene al lado del ojo.

Tenía.

Tenía al lado del ojo.

Un escalofríos me recorre el cuerpo y mi madre aparece por el pasillo. Repara en el canal que estoy mirando y toma el control remoto entre sus manos para apagar la televisión. Yo no protesto. A ella le resulta fastidioso que hablen del aniversario de su desaparición, como si fuera algo para celebrar.

— Ya te dije que no me gusta que veas esas cosas— me dice. Tiene puesto un vestido celeste muy bonito y parece que todavía no se recupera de todo lo que bebió la noche anterior. Sus gafas no me permiten ver sus grandes ojos marrones y su cabello rubio está atado en un alborotado moño. — No quiero que te sientas mal.

Me quedo en silencio en mi lugar. Yo sé que mi madre trata de hacerse la comprensiva al respecto; pero es que es mucho peor de lo que ella se imagina.

Sin embargo, con el tiempo he aprendido a mentir bastante bien.

— Él va a aparecer, Aline.

Suelto una pequeña risa irónica.

— Tú eres la única que piensa eso, mamá.

Me levanto de la silla y tomo la mochila rosada que anteriormente dejé en el sillón. Mi madre frunce el ceño y dirige su vista hacía mi.

— ¿A donde vas?— pregunta algo confundida— Apenas son las doce.

Me encojo de hombros y le doy una última mirada antes de desaparecer por la puerta. Mi madre puede ser un completo dolor de cabeza a veces, y no quiero tener que escucharla diciéndome que Gregory va a aparecer, que si no ha llamado es probablemente porque está asustado, que están todos muy empeñados en encontrarlo, que él no se iría simplemente y sin despedirse de nadie.

Tengo mucho en mente como para tener que aguantar eso.

El día está soleado, y muy caluroso. Mi cabello está amarrado en una coleta, e incluso con este diminuto vestido rojo que llevo puesto siento que estoy ahogada por el calor.

No hay nadie en la calle; eso debe ser porque es víspera de año nuevo y es demasiado temprano. Todos deben estar con demasiada resaca como para siquiera respirar.

Mi año nuevo fue igual que todos; mis padres hicieron una enorme fiesta en la casa. Un montón de gente apareció y para cuando eran las cuatro de la mañana estaban todos borrachos y durmiendo en el sillón.

Lo peor de todo es que mi mejor amiga, Malai, tuvo que pasar año nuevo en casa de sus padres, y no pudimos emborracharnos como habíamos planeado durante toda la última semana.

Toco su puerta; su casa queda a cinco cuadras de las mías.

Ella me atiende de inmediato, como si supiera que yo me iba a aparecer por ahí.

Malai es de Tailandia, así que toda su casa está decorada como si fuera el paraíso.

Diviso a Cailee y Kiana sentadas en el sillón cuando asomo mi rostro. Ellas están mirando el noticiero también.

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⏰ Última actualización: Aug 29, 2016 ⏰

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