AQUAMARINE: y el secreto de las aguas©

❤INICIO❤

¿Alguna vez has visto algo tan hermoso que no te puedes resistir?

¿Algo que te atrae como una mágica bruma que te arrastra hacia ello?

¿Algo que has anhelado ver con todo tu corazón?

Desde niño Evans siempre había soñado con atrapar una estrella fugaz, y a pocas horas de su muerte tenía la oportunidad de contemplar una de cerca. El misterioso ser le entregó la poderosa luz brillante entre sus temblorosos dedos, definitivamente eso no podía tratarse de una alucinación provocada por todo el licor que había ingerido horas antes. Sus dedos quemaron cuando la recibió y era tan real que tuvo miedo hasta de su propia existencia.

El báculo de su acompañante trinó en la oscuridad de su balcón, negrura que bañaba con su manto toda la costa como cada día trayendo a sus oídos el aletear de aquel majestuoso personaje que le estaba brindando la oportunidad de ver el futuro una hora después. Fue igual a la primera vez que se subió a un elevador, aquel vértigo de sentirse mover sin saber cómo hasta que abrió los ojos y contempló su cuerpo, se había atrevido, de verdad lo había hecho, el muchacho suicida había logrado su cometido y estaba sin vida en medio de la acera que daba la bienvenida a su edificio de quince pisos, acordándose en ese momento que tenía pensado dejarse caer desde el número catorce. Evans estaba muerto, justo como lo deseaba.

Su yo del futuro no duró mucho tiempo en esa posición ya que en pocos minutos el charco de sangre se esfumó ante sus oscuros ojos, y se contempló así mismo levantar como si nada hubiese pasado. Se observó caminar de una manera que jamás se le hubiera ocurrido, había algo extraño en todo eso, con sigilo y terror provisto de toda clase de dudas existenciales siguió sus propios pasos y fue el segundo testigo de la cantidad de atrocidades que cometió esa noche, había contado ciento cincuenta desdichados entre mujeres y niños que había asesinado con absoluta crueldad, ese no era él aunque se veía exactamente igual. Un fuerte grito desgarrador salió de su garganta justo cuando el potente resplandor de la estrella acabó su tiempo, tenían que regresar a pesar que le estaba a punto de dar un ataque de pánico. Eso no podía suceder, Evans no era un criminal.

—¿Qué me sucederá? ¡¿Quién era ese espectro!? ¡Ese no seré yo! ¡Yo no soy un sádico! —El humano retrocedió sus pasos hasta que su espalda golpeó bruscamente la pared y se dejó caer en el suelo, por lo pronto, temblando de espanto.

—Cuando un humano muere sin protección de su ángel guardián pueden suceder muchas cosas, Evans. Tendrás suerte porque podría ser peor, sedientos vampiros que te succionan la sangre gota a gota hasta que te quedas seco. Es una agonía tan lenta como cruel —el ángel arrastró el menudo cuerpo mortal desde la parte trasera del cuello de su camiseta hasta ocultarse entre las estrechas paredes de aquel modesto apartamento, el estruendoso grito de Evans solo aumentó la gracia del incómodo momento para el ángel—. Tu turno, mortal. ¿Por qué quieres morir?

—Soy gay... Mis padres me obligan a vivir encerrado en diferentes clínicas de conversión estos últimos dos años. No estoy loco, ¿sabes? ¡Pero si tengo que someterme una vez más a una de esas malditas terapias voy a perder la razón!

—¿Qué es ser un gay? —El llanto del mortal cesó ante las desconcertantes palabras del ángel, y pensó como explicarse sin sonar grosero. Evans le dio un gracioso discurso sobre la homosexualidad humana y su acompañante embozó una sonrisa, ahora todo tenía sentido para él—. ¿Homocie? ¿Así que en este extraño mundo se le llama gay? La vida humana es una completa locura, viven esclavos de sus impulsos y nunca entenderán el verdadero propósito que deben cumplir en este basto universo, solo unos pocos se atreven a encontrar el verdadero sendero.

—No seas hipócrita que los ángeles tampoco protegen a los homosexuales, acabamos de ver cómo me posee un demonio para matar a un centenar de personas. ¡Tú jefe es un imbécil! —El humano se desató la larga bandera arcoíris que lucía como capa de superhéroe y enjugó sus lágrimas—. Ahora entiendo de donde heredamos tanta estupidez...

—¿Y quién te dijo que era un demonio? —El ángel suspiró con resignación, demasiado difícil para que una mente tan primitiva lo comprendiera, no desgastaría su intelecto explicándole algo tan complejo—. Evans tú no tienes protección porque intentaste suicidarte la misma cantidad de veces que los humanos que estás a punto de matar en una hora, colmaste la paciencia de todos los guardianes de la localidad, nadie más protegerá tu alma. Si te empeñas en abandonar este mundo no te queda más remedio que aceptar mi propuesta, si me ayudas yo prometo brindarte mi brillo protector para que nada malo te pase y mueras en paz.

—¿Me llevarás volando al cielo? —Pronunció el muchacho con la esperanza casi nula, de por sí enterarse que todas las leyendas de su infancia eran ciertas fue un golpe muy duro, necesitaba al menos una buena noticia.

—La morada de los suicidas no es el paraíso...

—¿Quién eres?

—Yo soy Tristán Trevel, el hacedor de estrellas —el trabajo que desempeñaba el ángel era el más deprimente a su parecer, pero esa semana había resultado lo suficientemente interesante para animarse a salir de su confinamiento a reunir los datos que necesitaba para su arriesgado plan de rescate—. Mis días de gloria han quedado solo en mis recuerdos, alguna vez fui el arcángel más importante de todo mi reino pero me enamoré de un ser de distinta especie... Y aquí estamos, haciendo locuras en nombre de cupido. En mi mundo no te castigan por querer copular con alguien igual a ti, ni siquiera tenemos derecho a amar, fuimos creados exclusivamente para servir...

—De acuerdo yo acepto... Pero antes cuéntame, ¿tan hermosa es ella que te trae loquito por verla?

—Aquamarine es la sirena más preciosa de toda la galaxia... Pero no solo su belleza es deslumbrante, ella guarda en su interior el secreto de las aguas y tú me ayudarás a regresar con mi esposa.

—¡¿Esposa!?

Tristán se desplazó con gran destreza hasta colocarse junto al humano para que pueda escucharlo mejor, en efecto el mortal ya no tenía la luz parpadeante de su guardián, carecía de protección alguna y eso alimentó sus esperanzas de haber encontrado al cómplice indicado. Evans se acomodó en su cama con miles de interrogantes paseando por su mente, guardó absoluto silencio esperando que el ángel se animara a saciar su curiosidad. Había llegado el momento de descubrir su historia.

—Hace muchas lunas en el fondo del océano vivía una hermosa y curiosa sirena que se cruzó en mi camino... Sus ojos que encierran el universo se alzaron intrigados hacia mi dirección, y mi mundo cambió por completo. Aquamarine es solo una criatura que ignora la verdad detrás de las malignas garras que ha caído y haré lo que sea necesario para rescatarla de ese lugar...

📝¡TACHAN! Esta es otra historia de mi mente alertada y esta vez de fantasía espero que sea de su agrado. Me atreví a crear esta historia gracias a un concurso de elementos, (por eso el agua).

No tengo costumbre escribir sobre este género, por eso espero sus comentarios. No intenten entenderla, solo disfrútenla como si fuera cierto.

Historia de mi absoluta autoría, no al plagio, sé original.

↔ME.GA↩