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Llamaron a la puerta, era Leo, habíamos quedado a esta hora para hacer el trabajo de historia. Eran las cinco menos cinco, yo había estado todo el tiempo atrás haciendo deberes y estudiando. 

-Yo voy-dije antes que Louis se levantara del sofá. Sí, había hecho los deberes en el salón, para sentirme acompañada por los menos. Abrí la puerta viendo a Leo con su mochila colgada en su espalda y sonriendo. La verdad que es guapísimo, es rubio, con ojos cafés, alto y estaba en forma. Pero aparte de eso era divertido y tierno, aunque a veces parecía un creído y hacía comentarios relacionados con el sexo. Sí, el primer día me molestó que no parase de bromas sobre ese tema ya que había un punto que de tanto repetirlo perdía la gracia, pero ahora que me acostumbro a cómo es él, vuelve a parecerme divertido-. Hola-le sonreí-, pasa-él paso y yo cerré la puerta a mis espaldas.

-Hola-le dijo Leo a Louis amable.

-Hola-contestó Louis algo borde. Podía notar la tensión entre ellos.

-Lou, vamos a trabajar en mi habitación-dije colgándome la maleta de un hombro y cogiendo el libro de geografía, del cuál estaba estudiando la página que habíamos dado hoy. Louis no me contestó. ¿A qué viene que se enfade ahora? Bufé-. Vamos Leo-subimos a mi habitación, cerré la puerta y solté las cosas en el suelo sentándome en la silla del escritorio. Leo se sentó en el borde de la cama.

-¿Por dónde empezamos?

-Por donde quieras-le sonreí.

-Ha sonado mal-rodé los ojos.

-Deberías controlarte.   

-No puedo, me sale sólo-reímos. 

Sacamos los libros y los apuntes, teníamos que hacer tres folios hablando de lo que sea, así que decidimos hablar de las epidemias antiguas, como la peste negra. También añadimos varias cosas más, ya que podíamos hablar de lo que sea y la información no nos daba para más así que mezclamos cosas, aparecían los reyes católicos, las guerras, etc... Cuando terminamos el trabajo eran las ocho menos vente.

-No me he aburrido tanto como creía-confesé.

-Obvio que no, tú compañero de trabajo es el mismísimo Leo.

-Uh sí, el divertido de Leo. 

-¿Ah no soy divertido?-dijo levantando una ceja fingiendo indignación.

-No-reí.

-Pues te vas a enterar-me tiró del brazo hacia él y me puso debajo haciéndome cosquillas.

-¡No!-grité y me retorcí debajo de él. Intentaba pararle con mis manos pero solo conseguía agarrarle la muñeca. Me puso las manos encima de la cabeza y las agarró con su mano derecha, haciéndome cosquillas con la izquierda- ¡Para Leo!

-Dí que soy divertido.

-De pequeña me enseñaron a no mentir-él abrió la boca en forma de o y yo reí.

-La has cagado-me empezó a hacer cosquillas por todas partes con las dos manos, costados, axilas, piernas... En fin, todos los lados que pillaba. Yo gritaba y intentaba pararlo, algo que estaba haciendo totalmente en vano, ya que aunque lo intentaba, la risa no me permitía moverme más de lo que quería.

-¿Podéis gritar menos?-dijo Louis desde la puerta. No me había dado cuenta que la había abierto. Leo y yo lo miramos y él estaba serio. Leo se quitó de encima un poco incómodo. Louis volvió a cerrar la puerta.

-Creo que debería irme ya-dice Leo-

-Siento el comportamiento de Louis, no suele ser así.

-Tranquila, no importa.

-¿Quieres quedar mañana?

-Claro, pero aquí no, creo que incomodo a Louis. 

-¿A una cafetería?

-Claro-sonrió. Bajamos y le abrí la puerta-. Hasta mañana Leo-sonrío.

-Hasta mañana Sky-besó mi mejilla, sonreí y se fue. Cerré la puerta.

-No me gusta ese chico para ti-dice Louis a mis espaldas. Lo miro.

-Me da igual, es buen chico, no los juzgues si no lo conoces.

-¿Qué habéis hecho aparte de casi follar?

-No iba a follar con él, no estoy lista. Hemos hecho el trabajo.

-¿Y de qué iba? ¿De que él tenía que ponerse encima tuya y pretender besarte?

-No pretendía besarme.

-Claaaro que no-dijo alargando la a-. Venga ya Sky, todos las cosquillas siempre acaban en besos, y además a saber a qué más llegaba en la cama.

-¿Que más te da a ti con quién me bese? Me dijiste que viviera sin preocuparme, y si me quiero besar con Leo, me beso con él.

-Vale-respondió seco entrando en la cocina. Me senté en el sofá, de verdad, ¿alguien me puede explicar por qué ahora está así?

Miré mi galería, y como hacía tiempo que no subía una foto a instagram, decidí subir una en la que yo salía riéndome, me la hizo Mar en la hora del recreo. La subí sin ponerle ninguna frase ya que no se me ocurría nada en ese momento y tampoco tenía ganas de buscar.

-A comer-me dijo Louis desde la puerta. Seguía borde y no lo entiendo, no he hecho nada. Me senté en la mesa, justo frente a él.

-¿Me puedes explicar por qué estás así?-pregunté sin obtener respuesta- ¿Te molesta que tenga amigos?-seguía sin conseguir ni una palabra de su parte- La verdad es que no sé qué he hecho para que estés así, sólo un trabajo con compañero. ¿Te ha molestado que estuviera él encima mía haciéndome cosquillas? Porque si es así no le encuentro el sentido a enfadarte por una gilipollez como esa-lo miré. Nada, parecía que no iba a hablar así que seguí comiendo. Cuando terminé me levanté y eché todo al lavavajillas-. Pues nada, cuando se te pase el enfado me hablas-dije en la puerta de la cocina y subí a mi habitación. 

Estaba bastante cansada y no tardaría mucho en dormirme, pero aún tenía que ducharme. Cogí la sudadera de Louis que estaba doblada encima de la cama y ropa interior, mañana echaría a lavar esta sudadera, total, aún no está sucia. Me duché, me vestí, me peiné y sequé el pelo. Fui a mi habitación y me tumbé en la cama. Encendí mi móvil para echarle un último vistazo, viendo que tenía notificaciones de instagram: muchos me gustas y comentarios. Alcancé a ver el de Leo. 

"Me encanta esta foto <3"

Sonreí pero no le contesté, estoy demasiado cansada. Puse el móvil a cargar, me acomodé y cerré los ojos. 

No sé cuánto tiempo más pasó, pero noté que me movían. Abrí los ojos un poco viendo a Louis.

-¿Qué pasa?-susurré.

-Tienes razón. No tengo motivos para enfadarme, lo siento. Es que no creía que esto pasaría tan de repente.

-Sólo estábamos haciendo un trabajo-contesté cansada-. Mañana hablamos.

-Buenas noches-besó mi mejilla y se fue. No tardé más de dos minutos en volver a dormir.


Adoptada por Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora