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-Louis-dije llamando su atención-¿puedo preguntarte algo?

-Ya me has preguntado algo-bromea y ambos reímos.

-Espera, repito: ¿puedo preguntarte algo a parte de esta pregunta que ya te estoy preguntando?-él rió.

-Por supuesto.

-¿Cuántos años tienes?

-Veinticuatro.

-¿No eres demasiaso joven para adoptar?

-Cosas de la vida-me quedé mirándolo unos segundos.

-¿Estás casado?-pregunté, provocando una risa en él.

-No, tengo novia, pero no estoy casado.

-Ah-miré el suelo. Quiero saber por qué "cosas de la vida" me ha adoptado.

-¿Qué te apetece cenar?

-Hm... No lo sé, me da igual.

-¿Qué cenabas en el orfanato?

-Pasta, legumbres, verduras y purés. Echo de menos las hamburguesas y las pizzas.

-Entonces llamaremos a una pizzería y mañana iremos al mcdonals.

-Prefiero el burguer king.

-Pues iremos al burguer king-sonreímos.

Se inclinó un poco para coger su móvil que estaba en la pequeña mesa que había delante de nosotros. Tecleó el número de la pizzería y puso el móvil en su oído. Minutos después colgó.

-En veinte minutos tendremos lo que más quieres comer en estos momentos-sonrió y yo hice lo mismo.

-¡Hurra!

Louis había conseguido de cierta forma que le tuviera un poco de confianza. A ver, no quiero decir que le vaya a contar secretos o le pregunte cosas de la vida. La poca confianza que le había dado se basaba en bromas y preguntas estúpidas, o no tan estúpidas como lo de la adopción. Por eso no pregunté el por qué cosas de la vida me adoptó, ya lo haría más adelante.

Veíamos la tele, había un programa de comedia, por las risas de Louis estaba casi segura de que tal vez este fuera su programa favorito, o tal vez no lo era, pero se acercaba.

(...)

20 minutos después escuchamos el timbre. Bien, ya estaba aquí la pizza.
Louis se levantó cogiendo su cartera, abrió la puerta y unos pocos minutos después ya estaba devuelta sentado a mi lado.

-He pedido dos, por si nos quedamos con hambre-sonrió.

-¿Por qué no nos comemos una cada uno?-sugerí- Comeriamos los mismos trozos.

-Tienes razón-rió. Me gustaba su risa, era bonita, igual que su sonrisa, tenía una dentadura perfecta, y la forma en la que sus ojos se achinaban y los lados de estos formaban pequeñas arrugas era adorable.

Empezamos a comer mientras seguíamos viendo el programa que estabamos viendo antes de que llegara el pizzero.

(...)

Eran las 2 a.m. ya me había puesto el pijama y estábamos viendo una película de risa, llegamos a ese acuerdo porque Louis dijo de miedo y yo de amor, entonces hicimos un intermedio y lo dejamos en risa. Estabamos tumbados en el sofá, era algo ancho, así que más o menos cabíamos los dos. Yo estaba de lado delante de él, y él detrás mía con un brazo por encima. Noto como lentamente se me van cerrando los ojos, estoy cansada y no aguanto más tiempo despierta, así que decidí cerrarlos, estaba muy cómoda así, por lo que me iba a resultar más fácil quedarme dormida.

-¿Vamos a la cama?-escuché decir a Louis, creo que se había dado cuenta que me estaba durmiendo.

-Hm...claro-dije con la voz cansada.

Louis se levantó y apagó la tele, me cogió y yo apoyé mi cabeza en su hombro cerrando los ojos. No pasaron más de dos minutos que sentí como me metía en la cama y me tapaba. Besó mi frente y habló.

-Buenas noches, que descanses.

-Igualmente-dije con los ojos cerrados.

-Si necesitas algo, estoy en la habitación de enfrente-asentí con la cabeza. Escuché como apagaba la luz y cerraba la puerta. Segundos después me quedé completamente dormida.

(...)

Me desperté enérgica, no sé que hora era, y no había reloj en mi habitación. Me levanté e hice la cama. Salí y me dirigí al baño, para hacer mis necesidades y lavarme los dientes. Me miré en el espejo y decidí hacerme una cola. Bajé, viendo un Louis aburrido en el sofá.

-Buenos días.

-Buenos días-me miró y sonrió- ¿quieres desayunar?

-Claro-sonreí.

Fue a la cocina, y yo detrás de él, podía hacerlo yo sola, pero aún no conozco donde tiene cada cosa, así que el primer desayuno dejaría que me lo hiciese él.

-Aquí tienes tu desayuno-dijo poniendo un plato con dos tostadas y un vaso de nesquik.

Ayer me preguntó que qué es lo que me gusta, cola cao o café, pero ninguno de los dos me gusta, sólo nesquik, así que supongo que ésta mañana fue a comprarlo, ya que son las 11:43 según el reloj de la cocina.

-Muchas gracias-le sonreí y me senté en la silla de la encimera que había en medio de la cocina y empecé a desayunar.

-Iré a hacer tu cama-me dijo.

-No te preocupes, ya la he hecho yo.

-Oh, vale-sonrió-. Oye, va a venir a comer mi novia, espero que no te importe.

-Claro que no. Me gustaría conocerla-sonreí.

Cuando terminé de comer Louis me dijo que metiera el plato y el vaso en el lavavajilla, así que le hice caso. Subí a mi habitación, aunque no tuviera ganas de quitarme el pijama lo haría, Louis estaba vestido y para mí es incómodo ser la única en la casa que ande con pijama. Entré en el armario y miré los jeans, me decanté por un jean blanco con las rodillas rotas, y una sudadera de adidas, con las superstar de líneas negras. Tengo que decir que mi marca favorita es adidas, aunque tienen alguna ropa que da pena verla, pero la mayoría son hermosas. Bajé esperando que Louis estuviera abajo, pero me equivoqué, vi una nota en el sofá.

"He ido a recoger a mi novia, no tardo :).

Louis xx"

Tiré el papel a la basura y me senté en el sofá nerviosa. ¿Le caeré bien a la novia de Louis? No quería cagarla, quería llevarme bien con ella, y sobretodo no decir algo que le sentara mal.

Escuché la puerta, miré y entraron Louis y una chica alta, bueno, más alta que yo pero unos centímetros más bajita que Louis, morena y una piel perfecta con ojos azules, preciosa.

-Hola-la miré y sonreí.

-Hola-me respondió con una leve sonrisa-. Tú debes de ser Sky.

-Sí-me levanté para saludarla dándole dos besos en cada mejilla.

-¿Qué queréis comer chicas?-preguntó Louis.

-¿Spaguettis a la carbonara?-sugirió la chica, que por cierto no me sé su nombre aún.

-Pensé que querías algo más sano.

-Por un día no va a pasar nada-sonrió.

-Pues me pondré a ello-dijo Louis entrando en la cocina.

-Oye, ¿cómo te llamas?-le pregunté.

-Eso no te importa-dijo sentándose en el sofá.

Espera, ¿qué? Pensé que le había caído bien, se veía una chica maja y adorable, ¿por qué me habla así ahora?

Adoptada por Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora