Sueños

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Los cuentos de hadas no son como los contaban; porque no soy un caballero que combate dragones para salvar a la princesa, tampoco soy un príncipe azul que tiene su felices por siempre.
Esas cosas no existen.

"Necesito arreglar eso, una parte de mí te quiere y la otra sabe que eso está mal. Es confuso, porque hay alguien más que todo el tiempo me llena de dopamina y no te puedo sacar de mi cabeza"

Por mi mente cruzaron miles de opciones, miles de palabras hirientes, formas de regresarle la puñalada sin tener que usar la espada.

En cambio, usé el filoso metal para sostenerme y no caer, y lo siguiente que salió de mi boca no era lo que mi mente gritaba ni lo que mi corazón sentía totalmente, era una mentira a todo lo que creía, pero también una verdad porque cuando lo dije se sintió como una carga menos.

"Nunca seré lo que necesitas, nunca voy a cambiar. Y esa persona podrá llenarte la mente de drogas, pero jamás te hará sentir algo más, nunca sentirás pasión ni amor real"

Vi cada uno de esos cuchillo formar la silueta de su cuerpo, tan cerca de ella que pudo haberla cortado, sin embargo ninguno alcanzó a rasgar el más mínimo centímetro de la tela, fueron lanzamientos limpios. Aún así, la dejaron inmóvil, mirándome a los ojos con las lágrimas a punto de estallar, perturbada, pegada a la pared sin poder reaccionar.

Enderecé mi cuerpo, levanté la espada que goteaba sangre, miré mi ropa manchada de rojo y sentí mi cara salpicada con aquel líquido escarlata secarse en mi piel llena de cicatrices.

Le di la espalda, miré el largo camino que recorrí manchado de sangre, con huesos de humanos, con personas muertas en el auge de su putrefacción y heridos a punto de rendirse.

Toda esa masacre para llegar aquí, para proteger a la única persona que he amado y la única que no puedo tener...

Solo soy una mujer, una mujer que hizo una armadura de cartón y se consiguió una espada en la cocina. Aquella que masacró todo a su paso con una pluma para salvar a la princesa que en realidad no es una princesa, solo es una pobre niña perdida que se negaba a ver la realidad, soñando con que un día reescribiría la historia donde la salvaría y viviríamos felices por siempre.

Pero, para hacer eso tenía que sacrificar todo lo que soy y convertirme en alguien que no quiero ser.

Y es que dijeron que si el amor duele no es amor, pero lo único que siento ahora es dolor.
¿Entonces qué siento? Porque si no es amor no sé qué es y si no sé qué es significa que también soy una niña perdida en un sueño del que no hay salida. 

Solo quería salvarla y terminé perdiéndome a mi.

Autor: S.H.

Poesía [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora