Invisible

Capítulo 1.

Capítulo 1.

Iba conduciendo tan rápido que las luces de la ciudad eran simples manchas de color blanco. La hora... ni la miraba, tenía claro que era tarde. Había sido complicado deshacerme de mi padre, lograr que creyera mi excusa para salir de noche había sido todo un martirio. Y ahora lo único que tenía que hacer era llegar con ella.

Pero... Mi camino se interrumpió por esa persona. Ese fantasma de calle. Esa ¿mujer?

-¡Ah!- grite despertando de aquel extraño sueño. Sin embargo no ea lo único raro en ese momento.

Me encontraba en un cuarto blanco. Llegue a pensar que tal vez estaba en el cielo. Pero el cielo no tendría televisores ni tampoco baños ¿Quién necesita orinar si está en el cielo?

Al percatarme, a mi lado derecho estaba mi teléfono, sobre una mesa de plástico. La pantalla se encontraba rota. No me tome la molestia de moverme para tomarlo pues no era como si al tocarlo volvería a su gloria original.

-¿Hay alguien?- pregunte con una voz quebradiza.

No se cómo me escucharía en realidad. Pero casi no podía hablar, aunque me había despertado gritando en ese momento no tenía las mismas fuerzas. El lugar me asustaba mucho, sentí como mi corazón latía acelerado mientras intentaba moverme y mi pierna izquierda no respondía.

-Ayuda- balbucee asustado.

En mi costado escuche un timbre incesante que se volvía a un pito constante. Eche un grito de dolor y frustración. En ese momento una mujer vestida de blanco entro en mi habitación.

-Felipe... ¿Estas consiente?- me pregunto en voz baja. Aun agitado no respondí, no tenía porque, no sabía quién era esa extraña con expresión severa. –Estas en el hospital White Rose yo soy la doctora Bermon-

La mire desorientado. Saco de su bata una linterna y trato de apuntarla a mis ojos para así guiarlos pero los quite de inmediatos. Esa luz blanca directa causo en mí, ganas de vomitar. Aparte de un escalofrió que recorrió toda mi espalda.

-Tu padre está afuera- informo con calma. Continúe en silencio mientras ella me miraba con una expresión tan neutra y fría que me asustaba un poco. -¿Está bien si entra? Sé que acabas de despertar y todo esto ha de ser muy confuso pero tal vez te sea más cómodo si él te explicara que sucedió...

Le dedique una mirada de desconfianza. ¿Si estaba mi padre afuera? Era improbable que estuviera cuidándome tanto.

-Lleva bastante tiempo esperando a que reaccionaras- insistió la mujer para convencerme.

Sin mirarla a los ojos accedí asintiendo con la cabeza.

La señora Bermon se retiró de la pared y se asomó por la puerta. Mientras, yo me encontraba tratando de entender que pasaba y en donde estaba... ¿por qué estaba en un hospital? No tenía idea...

-Felipe- la voz familiar de mi padre me causo un poco de bienestar así que dirigí mi mirada hacia él. –Qué bueno que despertaste.

-¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?- articule con esfuerzo al fin rompiendo mi silencio -¿Uno...? ¿Dos días?-

-Hoy es jueves- al escuchar eso sentí alivio, solo había pasado un día. –Jueves 13... de marzo-

-¿Qué?

-Estuviste inconsciente por tres semanas- comunico la doctora Bermon. –Estimábamos que despertarías antes pero como ves... no fue así-