Capítulo 8: Aprendiendo y descubriendo

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El querer aprender escalar el árbol no fue una muy buena idea, mis piernas me duelen y tengo rasguños en las manos y siento un pequeño pinchazo en mi mano... a esperen es una astilla...

Estaba en mi séptima vez tratando de subirlo pero siempre cuando iba a subir mi pie se resbalaba en el último momento. Al caer al suelo me dolía mucho, creo que desarrolle algo de firmeza en mi trasero... espero que sirva para cuando Julia me pegue por no haber estado en su mini fiesta.

-Me rindo... -Me senté en el piso con cuidado toda adolorida. Max bajó del árbol y se sentó a mi lado.

-No es difícil -Exclamó él mientras sonreía al ver el árbol, yo lo miraba cansada, eso lo dice él porque creció en los árboles... tal vez su cabello es así de rojo por las manzanas que hay en ellos...

-Para ti que estás acostumbrado -Resoplé fastidiada. Él me miró por un momento, yo lo vi de reojo... él estaba viéndome con una cara pensativa ¿Qué estará planeando?

-¿Qué tanto me ves? -Giré la cabeza y la incliné

-¿Por qué si no te gusta escalar quieres hacer esto?

-Porque no me gusta no lograr algo -Junté mis piernas y las crucé -Me fastidia el ver que algo tan simple no lo puedo hacer

-Pero tal vez no es tu habilidad -Sonrió él poniéndose en mi misma posición

-Todo es posible si lo intentas... aunque te duela más que la miércale... -Quise colocar mis manos hacia atrás para afirmarme pero el pinchazo de la astilla no me dejo.

Miré mi mano adolorida, Max la tomó y se le quedó viendo.

-Tienes una astilla -Dijo él tocándola con uno de sus dedos. Yo alejé mi mano tratando de evitar que la tocara pero él la tomó nuevamente y acercó su dedo

-Si se, y me duele... -Dije nerviosa al ver su dedo cerca de la astilla

-Quédate quieta -Dijo serio viéndome la mano, apretó el lugar de la astilla y esta salió como si nada, luego termino de sacarla con el dedo, yo lo miré asombrada, he hecho eso muchas veces y nunca me resultaba -Listo -Dijo sonriendo soltando mi mano.

Miré mi mano y de verdad ya no estaba la astilla

-Oye -Dije yo

-¿Qué?

-Los monos ¿Pueden ser brujos? -Miraba mi mano una y otra vez y tocaba la parte donde estaba la astilla

-Que no soy mono -Exclamó él enojado

-¿Entonces? -Extendí mi mano al frente de su cara, él se echó hacia atrás al esquivarla -¿Cómo hiciste esto?

-Eso se aprende... es por experiencia -Dijo apartando mi mano de su cara. Yo volví a ver mi mano

Siete razones para no enamorarse ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora