-¡Amor! -me avisaba el corazón,
-¡Precaución! -gritaba una voz en mi cabeza,
pues sabia lo que se venia al no prestarle atención,
aunque confundida te miraba ensordecida.

ESTÁS LEYENDO
AUNQUE Pude sin hice lo!
RomanceLa felicidad del final de nuestras vidas nace del comienzo de su edificación, de las bases del amor construido.