A La Mañana Siguiente

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A la mañana siguiente fui a pedir una explicación, pero lo único que obtuve fue un "tengo un amigo", y yo estaba tipo "si, y se supone que tú eres legalmente mi hermano mayor, pero yo no me ando yendo lejos".

Y cuando me di cuenta, yo ya había empacado mis cosas, ya estaba subiendo al avión y ya el avión estaba aterrizando en Belartd.

-bien, cariño; bienvenida a Belartd-Lucían extendió los brazos y se inclinó frente a mí, resople fastidiada.

-como sea, ¿qué hora es?-pregunté notando que ya las pocas personas que estaban en el avión con nosotros habían desaparecido, y que además de los empleados y nosotros, no había nadie más. Lucían retiro la manga de su muñeca para revelar el viejo y desgastado reloj, que lo acompañaba cada día de los últimos cuatros años, desde el día en que se lo regale.

-son la 1:00 pm-hablo sacándome de mi trance, arrugue el ceño.

-bromeas, ¿cierto?-el negro divertido-no hay nadie aquí, podría haber más personas en nuestros cumpleaños, que en este sitio-pero como casi todo lo que sabía de mi boca, a Lucían le pareció irrelevante, me ignoró y empezó a caminar dejándome hablando sola-¡oye! ¡Espera!-y corrí tras él.

Mi primera impresión de este sitio fue "malparido frío", y la segunda fue "¡ay! pero qué bonito", era básicamente como ver Genovía, bueno, no tanto así, pero se veía una que otra construcción antigua, pero que al mismo tiempo parecía moderna, y si alzaba la vista, me encontraba con un bosque precioso, rebosante de pinos y verdes en todos los todos posibles. En el taxi que Luciano había parado, por fin, volteó a verme y me encontré con tremenda cara de idiota.

-Tara, sabes que te amo, y todo lo que hago, lo hago por tu bien, ¡lo sabes, verdad?- y si algún enojo persistía en mí, se dreno al momento al momento en que vi esos bonitos ojos verdes de cachorrito inseguro. Alce mi mano y le acaricie la rasposa mejilla-porque es así, todo lo que hago, lo hago pensando en tu bienestar. Ten eso en mente, siempre cariño.

-lose, Lucían, yo...creo que, nunca te he demostrado...lo muy, muy agradecida que estoy, por todo lo que has hecho por mí-tome su mano y la bese, y como siempre que lo hacía, no pude evitar percatarme de los callos y lo dura que estaba- no rechistaré, lo prometo.

-ho! Tara, yo nunca he conocido a una persona tan agradecida como tú, no digas eso, no lo digas, tú has hecho todo lo que has podido. ¿Sabes?, yo a tu edad comía todas las noches pizza, y veía televisión hasta tarde, salía con mis amigos, tú has hecho todo lo que yo empecé a hacer al tenerte a ti-beso mi frente.

-señor, señora-nos llamó el conductor, ambos volteamos a verlo al mismo tiempo con cara de horror-ya llegamos, esta es la dirección que me indico-como un autómata salte del auto buscando la casa donde viviríamos ahora en adelante, un minuto después salió Lucían y saco las maletas de la parte de atrás, corrí a ayudarlo, tome 2 maletas pequeñas, Lucían me manoteo mientras entraba a la casa.

-agradécele al señor-me pidió, camine a la puerta del conductor y le agradecí al simpático taxista que parecía no poder borrar la sonrisa de complicidad de su rostro.

-no se preocupe, señora, cualquier cosa que necesite, aquí está mi tarjeta-la tome y vi que era de una línea de taxis veloces, sonreí agradecida, y cuando estaba por corregirle el hecho de que yo era "señorita" y no "señora" el ya había arrancado dejándome con la palabra en la boca. Me encogí de hombros restándole importancia, tome las maletas y camine al portal de la nueva casa, hasta el momento no había notado que detrás de la casa continuaba la abundante vegetación, sonreí, abrí la puerta y quede estática en mi sitio. Luciano estaba en el centro de lo que era la sala, organizando algunas cosas, cuando se percató de mi presencia, extendió una mano indicando que la tomara para entrar en la casa, pero negué rápidamente, Lucían frunció el ceño confundido.

Tara, Elije.  #ROAWARDS2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora