Narcolepsia.

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" Hay un hueso en mi mano que conecta a una bebida en una habitación llena de gente donde los vasos tintinean,

Y yo te compraré una cerveza y la beberemos hasta el fondo porque eso me quitará las ganas de dormir.

Y dije,

¿Te gustaría estar solo y ahogándote?

¿Te gustaría estar solo y ahogándote?

¿Te gustaría estar solo y ahogándote?

¿Te gustaría estar solo y ahogándote? "

✦—✦—

En la noche del Sábado, el lavamático es un cálido, seco refugio del repentino aguacero, así que Giorno se toma el tiempo de separar sus blancos de la ropa obscura. La armonización de lluvia y lavandería le da un calmante ambiente a las ocupaciones tediosas. Gente viene y va, corriendo hacia el interior del lugar empapados, murmurando maldiciones en español. Giorno se sienta al lado de su secadora con el bolsillo lleno de cuartos y posteriormente abre el libro que trae consigo.

Amore non soggiace al tempo, anche se labbra e rosee guance cadranno sotto la sua arcuata falce.
Amore non muta in brevi ore e settimane.
ma impavido resiste sino al giorno del giudizio.

“¡Mi cliente favorito!”

La voz viene de detrás de Giorno, inmediatamente reconocida como la de Mista. Conmocionado, cierra su libro y se voltea en su asiento, encontrándose a Mista dirigiéndole una sonrisa, lleva un aparentemente pesado saco de ropa colgando del hombro. Fuera del trabajo, se viste tan casualmente como Giorno previamente estaba acostumbrado, hoy con sus patillas visibles bajo un gorro azul marino.

“¡Salve!” Giorno deja escapar. “Qué curioso encontrarte aquí.”

“Seh, quién hubiera pensado que venimos al mismo lavamático. ¿Vienes los sábados?”

“No todos los sábados... Para serte honesto, no tengo un guardarropa tan avanzado.”

Mista deja caer el saco de ropa que lleva y toma un asiento. “¿Qué lees?”

Giorno mira la gastada cubierta con hojas amarillentas y el lomo partido en su regazo, su título y contenindos son enteramente en italiano. Lo rentó en condiciones usadas de la biblioteca pública.

“Los Sonetos, de Shakespeare. Son... tan románticos como te lo esperarías.”

Mista levanta una ceja con delicioso humor. “Adiviné que eras un romántico desde que te ví.”

“¿En serio?”

“Ajá. Como que das esa vibra. El cabello no te ayuda a evitarlo.”

Giorno toma eso como un cumplido. Trata de ignorar la constante inflación de su pecho por la proximidad de Mista. Felicidad, esa pululante, traviesa emoción, se hace notar en su esternón. Se siente lo suficientemente juvenil como para reponer su falta de interés por el amor durante su niñez. Él sí es un romántico, es dolorosamente cierto, pero Mista no puede saber que él es la causa.

“¿Vives por aquí?” pregunta, adiestrando su expresión con la diligencia de un monje tibetano.

Mista asiente y retira la mirada dando una expresión de vergüenza oculta. Sus pestañas caen obscuras y ensombrecidas sobre su mejilla mientras trata de evitar ver la reacción de Giorno cuando confiese, “Vivo en las casas Wagner.”

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⏰ Última actualización: Jul 02, 2020 ⏰

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