Capítulo 2

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-¿Estás solo?- preguntó la chica una chica que tenía delante a la que no podía ver el rostro.

-¿Quién eres...?- respondí...

Un ruido me despertó rápidamente. Estaba en clase medio dormido mirando al patio del instituto por la ventana. Miraba al patio interior, no había mucho que mirar ya que solo lo decoraban unas cuantas macetas con unas tristes plantas de interior, aunque algunas de las macetas tenían plantadas algunas flores de colores bastante llamativos. El golpe era del libro de mi profesor de literatura, que había dejado caer intencionadamente sobre la mesa para llamar nuestra atención.

Me percaté de que todavía me miraban raro mis compañeros, y eso que habían pasado dos días. Parecía que era una persona completamente nueva para ellos. No podía caminar tranquilamente sin ser el foco de atención.

Normalmente me iba a la biblioteca después de las clases para poder leer un poco. No solía encontrar nada interesante, ya que había leído la mayoría de los libros de la biblioteca.

Fui al baño a asearme un poco. Tenía mucho calor ya que se acercaba el verano. Me eché un poco de agua en la cara. Me miré al espejo para ajustarme las gafas y un frío gélido me atravesó el alma. Por un segundo no podía respirar, volví a mirar al espejo y podía ver a la chica de mi sueño, sin rostro y ahora la podía ver mejor. Era una niña pequeña de pelo largo liso y de color negro como el carbón. Me volvió a preguntar lo mismo de la otra vez:

-¿Estás solo?...

Me giré para poder verla mejor, pero había desaparecido...

Estaba muy asustado, volví a echarme agua en la cara y salí del baño. Seguía muy alterado por lo de aquella niña.

Cogí un sitio alejado de la gente, me senté a continuar mi lectura. Los micro cuentos me encantaban, el último que leí trataba sobre un soldado enamorado que renuncia a todo para reunirse con su amada tras acabar la guerra, una historia preciosa.

Alcé la vista y vi a una chica preguntándole algo a la recepcionista, era una chica joven, no muy alta de pelo liso castaño. Se giró y me vio mirándola, yo agaché la cabeza y me refugié en mi libro, estaba muy nervioso y sonrojado, no me atrevía a sacar la cabeza, pero lo hice. La chica se sentó en una mesa un poco alejada de mí, pero tenía una perspectiva perfecta y podía verla de cara. Era guapísima, tenía unos ojos marrones que te llegaban al alma, tenía una nariz pequeñita y unos labios que daban ganas de besar...

El corazón empezó a latirme muy rápido, ¿podría ser amor a primera vista?, no lo sé. Pero, había algo que me parecía familiar, pero no podía saber lo que era, parecía que ya nos habíamos visto antes.

Se levantó y me volvió a mirar, y yo volvía a refugiarme en mi libro. Creo que se estaba acercando a mi mesa. El corazón me latía más rápido. Vi como dejaba caer una carta sobre mi mesa, me giré y vi como pasaba de largo y entraba al baño. No lo sabía en ese instante, pero, esa carta iba a cambiarme la vida para siempre


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⏰ Última actualización: Sep 01, 2016 ⏰

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En memoria de un chico enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora