Capítulo 0.

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La típica rutina de siempre.

Siempre levantándose a la misma hora, haciendo lo mismo a diario; sólo comer, alimentar a los gatos que "visitan" su departamento, pasar tiempo con aquellos gatos en vez de pasar el tiempo con sus vecinos, el tan sólo salir a las calles y sentirse nervioso y pensar el cómo la gente puede estar murmurando cosas de él a sus espaldas, y vivir en medio de una extraña depresión.

Sí, de ese modo vive Ichimatsu.
Un chico solitario, siempre desarreglado, que siente que sólo "vive" para despreciarse de lo basura que es su persona.

Así es la vida diaria de Ichimatsu, una forma de vida de la que se cansó de estar.
De una vida que él decide terminar pronto.
Y aquel día ya había llegado.

Se encontraba en la cima de un risco, y observaba hacia abajo.
El agua golpeando bruscamente las rocas, una caída desde ahí le daría una muerte instantánea, algo que no le preocupaba.

-De acuerdo... -suspiraba para sí mismo-, puedes hacerlo, no, tienes qué. El mundo debe de estar harto de cargar con una persona de mierda como yo... Así todo será mejor.

Seguía contemplando el lugar donde destinaba morir, podía recapacitar un poco antes de realizar lo que ya había pensado desde hace mucho. Pero no había nada que recapacitar.

¿Su familia? ¿Siquiera había tenido una en realidad? Ninguno de sus dos hermanos se había preocupado por él desde hace años.
¿Sus metas en la vida? Ya había renunciado a ellas antes de haber intentado.
¿Alguien por quien vivir? No... Definitivamente, nadie podría querer a alguien como él.

Sí, no había nada por lo cual él podía seguir en esta tierra.

Tomó suficiente aire, y se empezó a acercar cada vez más a la orilla del lugar donde se encontraba.

-Una...

-¿Qué haces? -le habló una extraña voz, que le dio un susto, interrumpiéndolo.
Dio la vuelta, y pudo observar al sujeto extraño; era un chico, a lo mucho de su misma edad, con su boca abierta, esbozando una extraña sonrisa, vestía de amarillo y sólo lo miraba atentamente.

-¿Quien...? Bueno, no importa en realidad -dijo Ichimatsu en baja voz, pero lo suficiente alto para que el desconocido lo escuchara-, después de todo, no te volveré a ver.

-¿Por qué? -volvió a preguntar el extraño, con cierta ingenuidad.

-¿Cómo que "porqué"? No te interesa -reclamó Ichimatsu, con molestia-. No te conozco, no me conoces, y no te debería de interesar lo que yo haga, así que...

-Deberías alejarte de la orilla -interrumpió el otro-, podría caer y...

-¿Al menos escuchas lo que digo? ¿O siquiera lo que dices?

-¿Eh?

-Tch, olvídalo -dijo Ichimatsu, ya cansado del idiota que se encontraba cerca suyo-, tengo algo mejor que hacer...

-Me llamo Jyushimatsu. -se presentó el chico

-No me interesa...

-¿Cómo te llamas? -preguntó Jyushimatsu.

-...Ichimatsu -respondió, con poca gana.

-¿Y por qué...?

-¡Ya deja de preguntarme tanto! -gritó Ichimatsu, harto-. Cómo te he dicho ya, Jyushimatsu, no te conozco, tu tampoco me conoces y no debes de siquiera preocupar-?

Ichimatsu sintió que perdía el equilibro, ya casi estaba por caer, y a pesar de que aún no estaba preparado para eso, como reflejo, cerró los ojos, esperando aquella muerte que ya anhelaba.

Sin embargo, no fue de ese modo.

Antes de caer, fue agarrado por Jyushimatsu, quien lo acercó más lejos de la orilla.
La gente normal podría sentirse agradecida por tal acto, pero él no era como la gente normal.

-Te dije que podrías caer. -comentó Jyushimatsu.

-¡Si serás idiota! ¡Yo quería caer! -contestó Ichimatsu.

-¿Por qué? -indagó el otro.

-¿¡Por qué carajos te importa si quería caer o no!? Yo ya estoy harto de todo. Haber caído y muerto hubiera sido mejor.

-Pero te salvé...

-Bueno, gracias por haberme salvado -dijo de manera sarcástica Ichimatsu.

-De nada -dijo Jyushimatsu con una gran sonrisa, más grande que la que solía tener-, me gusta haber hecho algo bien...

Ichimatsu se mostraba bastante confuso por aquel chico, siempre parecía tan positivo, a pesar de no conocerlo tanto.

-Me llamo Jyushimatsu -volvió a decir el chico de la gran sonrisa.

-Ya lo habías dicho. -marcó Ichimatsu.

-Oh, ¿de verdad? Disculpa... -dijo algo apenado-, así que, ¿te llamas Ichimatsu? Es un buen nombre.

-...¿gracias?

-¿Por qué querías morir? ¿Has pasado un mal día?

-Eso es algo incómodo de preguntar -dijo Ichimatsu.

-Ya sé, pero me preocupas...

-¡Pero ni me conoces! -volvió a decir.

-Ya lo sé, pero no es malo conocer a una nueva persona, o preocuparse por un desconocido.

-No es malo, pero sí molesto...

-¿En serio?

-Es algo sumamente obvio de saber, Jyushimatsu, es algo lógico... -seguía hablando Ichimatsu -, además, no deberías de tomarte la molestia de conocer a basura como yo...

-¿Eh, basura? No pareces basura.

-Pues lo soy... -dijo de manera triste.

-No, no lo eres -volvió a decir Jyushimatsu-, la basura se desecha, y nadie la quiere, y apuesto que alguien debe de quererte...

-Sigue creyendo eso... -dijo Ichimatsu, levantándose -, mejor me voy a casa... Ya me cansé de esto.

-¡De acuerdo! -Jyushimatsu asintió, y empezó a seguirlo.

Ichimatsu podía decir que le tenía algo de miedo a Jyushimatsu por su extraño comportamiento -además de que estaba siguiéndolo -.

Llegó al piso donde estaba su departamento, y aún seguía con la compañía innecesaria de Jyushimatsu.

-¿Por qué no regresas a tu casa? -dijo Ichimatsu.

-Pero aquí vivo -contestó desconcertado.

-... Estás mintiendo.

-¡No es así! Vivo en frente tuyo -señaló Jyushimatsu al departamento donde residaba, en la puerta tenía grabado el número 14, y sí, estaba a frente suyo del de Ichimatsu.

-Oh, ya recuerdo... tu eres el chico que siempre anda gritando por las mañanas.

-¡Sí! -afirmó Jyushimatsu.

-¿Entonces por qué nunca te vi antes? -preguntó Ichimatsu.

Jyushimatsu no respondió, y mejor decidió abrir su departamento, para poder entrar.

-¡Hasta luego, Ichimatsu-san!

-Por favor, no me digas así. -dijo Ichimatsu, recibiendo como respuesta de que Jyushimatsu cerrara su puerta, sin responder.

"¿Que demonios le pasa?" pensó, mientras entraba a su apartamento.

Qué increíble, este día iba al fin dejar este patético mundo, para que un completo loco desconocido arruinara todo.

-Ugh... -se quejó, apenas acostándose en su cama. Observó por un momento el techo, pensando en si debía enojarse con Jyushimatsu por haberlo salvado.

Sé que eso fue con buenas intenciones, sin embargo, él no quería.
Debía agradecerle, pero no encontraba una razón buena para hacerlo.
De lo que estaba seguro -más bien, presentía - era de que al parecer, todo iba a cambiar en él.
Sin saber de que forma ese cambio sería.

"Viví" [IchiJyushi/AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora