Shadowhunters: Ser Nefilim

Capítulo 5

Después de saber la historia de Jamie le costó concentrarse el resto del entrenamiento. Él se dio cuenta y la dejo irse a su habitación, tenía mucho en lo que pensar. Se metió en la ducha y estuvo más tiempo de lo normal bajo el agua, salió cuando se empezó a ir el agua caliente. Se vistió con un chándal y cogió el Codex para ponerse a leer.

Dominic se dirigía a la sala de entrenamiento para ver a Kylie, pero cuando llegó solo estaba Jamie recogiendo unas espadas.

-¿Y Kylie?

-Se ha ido a su cuarto. - Le contestó sin mirarle. Dominic se dio la vuelta para marcharse - ¿No te caigo bien verdad? - Se giró para mirarle.

-No me transmites confianza.

-Lo que te transmito son celos.

-¿Perdón?

-Se nota de lejos que Kylie te gusta y te jode que sea yo quien pasa tiempo con ella a diario.

-No voy a discutir contigo ni de eso ni de nada. Eres su instructor y me parece bien que enseñes a Kylie.

-Pero te gustaría a ti ser su instructor.

-Mira, olvidame. Céntrate en tu trabajo.

Salió de allí y fue a la habitación de Kylie, hoy tenia planes para ella y ni ese creído ni nadie se lo iba a fastidiar.

Leer ciertas cosas del Codex ponía los pelos de punta a Kylie, cosas que nunca había pensado que podía ser real, existen. Como los cientos de tipos de demonios que hay y el mundo de los subterráneos. Era asombroso. Unos golpes en la puerta la sacó de sus pensamientos, dejo el libro en la mesilla y fue a abrir la puerta, era Dominic.

-Dom, hola, ¿que haces aquí? ¿Pasa algo?

-No, quería enseñarte unas cosas, no se, hacer algo.

-Ah... Pues enséñame lo que quieras enseñarme - dijo riendo.

-¿Vas a salir así vestida? - se miró su chándal viejo.

-¿Pero dónde me quieres llevar?

-Al Retiro.

-¿Ahora? Pero si son - miro el reloj de su mesa - casi las once de la noche. El parque ya está cerrado a estas horas.

-Para nosotros no. Venga, vístete que sino no nos da tiempo.

-Vale...

Cerró la puerta y mientras Dom esperaba fuera en el pasillo, Kylie rápidamente se enfundó unos vaqueros negros y una fina camiseta blanca de tirantes con una chaqueta negra para estas noches de verano, se puso sus convers. Fue al baño para darse un repaso al maquillaje y se peino su largo pelo con las manos. Fuera estaba Dom apoyado en la pared, cuando la vio salir la recorrió con la mirada el cuerpo y la sonrió cuando llegó a sus ojos.

-¿Lista?

-Si, vamos.

Salieron del Instituto y cogieron una línea nocturna del bus, durante el camino estuvieron hablando de temas triviales, conociéndose un poco mejor. Al llegar a las puertas cerradas del Retiro, Dom sacó su estela y dibujo una runa que hizo girar la cerradura y abrir la puerta.