The Crown of Thorns

III. La Caja de problemas (editando)

Así fue como encontré a una de las personas más importantes de mi vida, la niña la cual en su momento le estipulé una edad similar a 6 años, ya que ni ella misma conocía su edad.

Nos asentamos en un barrio de clase media, era un tanto minimalista, pero salir a la calle ignorando el rustico paisaje me daba la impresión de que estaba rodeado de girasoles y pequeños animales silvestres.

Nos alojábamos en un establecimiento pequeño de color beige en casi todas las paredes, con muebles pequeños y brillantes por el reflejo de las transparentes cortinas, una mesa grande de una madera frágil, unos vidrios claros y estrechos en las ventanas, camas que estimulaban pernoctarse por una década en ellas. La sala estaba ambientada con múltiples jarrones verdes, azules con diseños ridículos e interesantes y algunos bastante antiguos.

El lugar era muy estrecho pero era lo suficientemente lujoso, ya que Bruce era un hombre prevenido, siempre cargaba con los recursos necesarios para cualquier situación, había hecho un buen negocio con unos de los primos de Albert, aunque Albert no pudo ayudarle en ese momento, le dijo en caso de que llegues a México tienes una casa a muy buen precio por parte de mi primo, "solo nómbrame y te dobla el precio" dijo mientras guiñaba su ojo derecho, Bruce en esos momento parecía ser bastante afortunado entre tantas desgracias.

Perfectamente recuerdo que tenía una vecina...—Decía Bruce mientras tomaba un pequeño suspiro y por primera vez en el discurso se le dibujaba una pequeña sonrisa melancólica.

Ella era realmente muy encantadora y poco vanidosa, pero por su forma de mirar a la gente era fácil divisar que escondía algo dentro de ella. Su nombre era Carolina, una mujer de cabello castaño de vista inquieta, un corazón puro, una piel blanca y poco cuidada. Se notaba fácilmente su dedicación y amor por los demás, pero no tanto hacia ella misma.

Era de ese tipo de perfil femenino que era completamente devota a su familia, ella era algo parecida a Gregor Zamsa de la metamorfosis. Siempre estaba allí para su familia pero cuando ella más los necesitaba, ellos solo se ausentaban y veían por ellos mismos.

Era una situación bastante cruel y deprimente, todos la veían como la caja antigua en donde todo el mundo acudía para solucionar sus problemas, pero nadie nunca se preocupaba por si esta caja tenía problemas. Yo no la veía así. Y si tuviera la oportunidad de conocerla realmente le diría que yo no la vería como un fantasma.

Ella sentía cierto desasosiego por su hijo, debido a que tenía una personalidad muy reservada, anormal y deprimente. No sentía motivación hacia nada, ni se preocupada por hacerlo, no veía interés en hablar con sus hermanos o dialogar con sus padres, en especial con Tiberio.

Siendo totalmente sincero, sentía cierta extraña atracción hacia ella, sin darme cuenta ambos compartíamos una vida un tanto cruel e injusta según mi concepto, Aunque pasaban los días, nunca se me presento la oportunidad de charlar con Carolina.

En múltiples ocasiones me acercaba a su casa extendiendo la mano, tocando la puerta, la perseguía y ella simplemente se alejaba.

Pensé entonces que ya no era necesario observarla por mucho tiempo más, para confirmar mi hipótesis de que ella no vivía su vida realmente, vivía ocupada, pero ni en sus propias preocupaciones, era un robot simplón que cargaba con la vida de las personas de su alrededor, y eso me entristecía todavía más. No me gustaría creer que ella me ve como un acosador y simplemente huye de mí.

Ella en ese momento me parecía una de esas tantas voces femeninas que nunca fueron escuchadas a través de la historia. Aunque no se referían a ella verbalmente como una fantasma, tenía todas las cualidades para encajar en ese papel, e igualmente parecía una de esas personas que no podían dar su opinión propia del significado de la vida.