Estaba lloviendo. Parecía no ser un muy buen día, no tenía suerte alguna. Después de todo, estaba sentada en una banca del parque, con gran parte de su ropa mojada, completamente sola, en una atmósfera bastante triste para ella. Tampoco era como si alguien la estuviera esperando en casa. Quizás la única suerte que tenía era que gracias a la gran cantidad de árboles en el lugar, las gotas de lluvia no lograban mojarla completamente.
Sabía perfectamente que eso dañaba su salud, se sentía cansada, sin darse cuenta estaba empezando a tener una leve fiebre, pero debido a su concentración en pensamientos negativos, simplemente lo ignoró.
Sentirse sola en ese momento era demasiado horrible. Las lágrimas caían por sus mejillas, llegando a camuflarse con la lluvia que parecía interminable.
Ya no lo soportaba, sus ojos se fueron cerrando lentamente por el cansancio y ella se dejó llevar por este. Hasta que una especie de rayo lleno de luz intentó hacer brillar su melancólico día.
-Mikan, si sigues ahí te enfermarás, Ibuki sabe que tú lo sabes bastante bien.
Ibuki había llegado cuando ella menos se lo esperó. Parecía bastante preocupada, y en un intento desesperado por culpa de esa preocupación, se quitó la bufanda y el abrigo para colocárselo a Mikan, quien por alguna extraña razón, no se había abrigado mucho como de costumbre.
-Ibuki... N-No es necesario que lo.... Hagas...
Por primera vez, Ibuki ignoró las palabras de la enferma, para colocar su paraguas entre los brazos de Mikan y en movimiento rápido pero cuidadoso, tomar a la pelimorada en sus brazos y comenzar a correr a casa. Varias veces resbaló durante el camino, pero rápidamente lograba tomar el control de la situación y continuar corriendo.
Sorprendentemente, debido a la cercanía entre ambas, Mikan sentía que los brazos de Ibuki eran bastante cálidos, hasta el punto de relajarla bastante. Después de unos segundos, finalmente llegaron a la casa de la músico. Lo primero que hizo fue llevar a la pelimorada a su habitación y sentarla en la cama, para luego quitarle cuidadosamente el abrigo y la bufanda. Tomó el paraguas y rápidamente lo dejó en la zona de la ducha, dentro del baño que se encontraba en su habitación, para luego volver a dirigirse a Mikan.
Preocupada por el estado de la enfermera, tocó suavemente su frente y en seguida se dio cuenta de la fuerte fiebre que ella tenía.
-Mikan... L-Lamento tener que hacer esto, pero no quiero que enfermes.
Cuidadosamente comenzó a quitarle toda la ropa mojada a la enfermera y para su suerte, su ropa interior se encontraba seca. Las mejillas de Ibuki ardían totalmente por ver a Mikan de esa manera, pero continuó ayudándola, teniendo bastante cuidado al minuto de ayudarla a acostarse y colocarle varias mantas encima. Parecía como si la enfermera no reaccionara del todo, ninguna palabra, ningún chillido, ni siquiera un suave sonrojo en su rostro. Se sentía bastante muerta por dentro y además el cansancio sólo hacía que se sintiera bastante adormilada. Tenía una expresión neutral y a la vez somnolienta.
Ibuki estaba tan nerviosa y preocupada que se preparó un té mientras intentaba recordar las indicaciones de Mikan acerca de cómo cuidar a una persona con fiebre, pero no lograba recordarlo del todo, así que tomó un paño y lo remojó con cuidado en agua fría para luego colocarlo en la frente de la enfermera, la cual ya se había quedado dormida. Se veía tan inofensiva y tan linda, que Ibuki no pudo evitar darle un pequeño beso en la mejilla.
Cuando Mikan dormía, podía balbucear suavemente o incluso hablar dormida y algo parecido sucedió cuando Ibuki besó su mejilla. Un suave "Mm" en respuesta. La enfermera lograba darle un nuevo significado a la palabra "ternura", o al menos eso era lo que reflexionaba la músico.
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One-Shots TsuMioda
Fanfiction¡Bienvenido/a, querido/a visitante! Creo que el título lo explica todo. Aquí encontrarás un montón de One-shots TsuMioda hechos por mi. Sin nada más que avisarte, espero que lo disfrutes tanto cómo yo.