Debajo de aquel árbol

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Siempre era lo mismo. Cada día cuando se encontraba indefensa terminaba herida tanto física como psicológicamente. Intentaba no prestarle atención a ello, pero había veces que las heridas eran tan profundas que tenía que parar el sangrado rompiendo trozos de su ropa. Para una chica de sólo 12 años era algo común ser molestada de vez en cuando, pero lo lejos que llegaban las "bromas" a Mikan Tsumiki eran bastante impactantes de ver.

Lo mismo había ocurrido ese día, herida totalmente. Las clases ya habían terminado y había decidido ir a algún lugar un poco aislado. Cerca de la escuela había un terreno lleno de árboles y flores, era como un parque, bastante lindo y tranquilo. Mikan decidió esconderse entre algunos arbustos para no ser encontrada por aquellas personas, pero debido al poco espacio, tuvo que caminar lentamente a través de cada árbol y planta que encontraba.

Después de un rato, se dio cuenta de que ya no correría algún peligro, pero al mirar alrededor, notó que había llegado a una especie de zona aislada perteneciente al mismo terreno. Habían muchas flores alrededor y un gran árbol se encontraba al medio de todo el lugar. La pelimorada se acercó un poco y se sentó debajo del árbol, suspirando de alivio por haber logrado escapar esa vez. Las lágrimas no tardaron en caer por sus mejillas, mientras revisaba una herida en su brazo, no era un corte muy profundo, por lo que intentó no darle mucha importancia. El lugar era bastante silencioso, al fin podía sentirse más tranquila, aunque aquel corte le ardía un poco. Podía sentir cómo el viento soplaba, moviendo algunos de sus mechones de cabello mal cortados, mientras que podía escuchar el sonido de las hojas meciéndose. Realmente era un lugar agradable.

-Hey, tienes una herida en tu brazo, ¿Necesitas ayuda?

Al darse cuenta de que no estaba sola rápidamente abrió sus ojos, soltando un pequeño chillido debido a lo sorprendida que estaba.

-Ja, tranquila Mikan-chan, no voy a hacerte daño.

Podía reconocer perfectamente a la chica frente a ella. Con un brillante cabello negro y algunos mechones teñidos de blanco, azul y rosa, una notable sonrisa y unos hermosos ojos rosado oscuro, ahí estaba Ibuki Mioda, una chica que iba en la misma clase que ella. No estaba segura acerca de ser su amiga, pero aquella chica solía acercarse bastante a ella sólo para hablarle de diferentes temas. Era verdad que ella siempre había sido bastante amable con la tímida pelimorada, pero ¿Qué es lo que hacía ahí? Y ¿Por qué era tan amable incluso en ese momento?

-¿M-Mioda-san?...

-Vamos, sabes que puedes llamar a Ibuki por su nombre, no tienes que ser tan formal.

-E-E-Está bien... ¿Q-Qué haces en este lugar... I-Ibuki-san?...

-Awww, se escucha tan adorable cuando Mikan-chan lo dice, pero respondiendo a tu pregunta... Ibuki suele ensayar en este lugar debido a lo tranquilo e inspirador que es, aunque...

Ibuki paró de hablar de un segundo a otro, para acercarse al oído de Mikan y susurrarle con una voz suave.

-Quizás Ibuki tenga otra inspiración ahora mismo...

Debido a la cercanía y las palabras de Ibuki, las mejillas de Mikan ardieron bastante. La chica se alejó un poco y al ver el sonrojo de su compañera simplemente sonrió. Después de un rato, la energética chica se sentó a su lado y comenzó a observar el corte en su brazo.

-A Ibuki le impresiona que no te hayas colocado una venda en esa zona, sabes perfectamente que se puede infectar.

A pesar de que ella no era tan habilidosa como Mikan lo era con asuntos médicos, Ibuki sacó de la mochila de su amiga un poco de vendas y las colocó con mucho cuidado hasta cubrir perfectamente el corte.

-Mucho mejor~

-¿C-Cómo sabías que tenía vendas en... Mi mochila?...

-Podría decirse que Ibuki admira mucho a Mikan chan... En varios sentidos.

Eso hizo que la joven enfermera se sorprendiera bastante, siempre había creído que aquello era al revés, nunca imaginó que aquella chica con una personalidad tan alegre sentiría admiración por una chica como ella. Ibuki le sonreía en todo momento. La verdad es que ella sentía algo un poco más profundo por aquella chica, pero no tenía el valor para hablar de ello. La chica de colorido cabello había cerrado sus ojos, se veía bastante linda en aquel momento, no podía soportarlo tanto, no podía soportar durante tanto tiempo el tener aquel profundo deseo de ser más cercana a ella. Entonces lo hizo, sin que Ibuki se diera cuenta se colocó sobre ella y la besó, cerrando sus ojos en el acto. Al sentir los suaves labios de su acompañante, la músico se sorprendió un poco, pero no detuvo aquel inesperado beso.

Ibuki estaba segura de que la amaba, incluso en ese momento, Mikan lograba que ella se sintiera demasiado feliz. Profundamente  deseaba que aquel momento no acabara y sabía que su acompañante tampoco lo quería, podía notarlo en sus acciones.

Después de un rato, se separaron suavemente. Las mejillas de la pelimorada dejaban ver un sonrojo bastante notable, mientras intentaba dirigir su mirada hacia otro lado. La joven músico sonrió instantáneamente al notar el sonrojo de la otra chica, de un segundo a otro la abrazó.

-¿Sabes, Mikan-chan? Ibuki venía a ayudarte a olvidar tus heridas, pero creo que esta vez me regalaste algo mucho mejor que una sonrisa...

-¿E-Eh?...

-Te amo...

Las mejillas de la joven enfermera ardieron mucho más que antes, haciendo que su acompañante sonriera bastante al notarlo. No sabía qué decir exactamente en ese momento, Ibuki lo notó en seguida, por lo que rápidamente le dio un beso en la mejilla para luego ayudar a que ambas se pararan. Cuando ya era casi de noche, ambas se encontraban debajo de aquel árbol, sonriendo de manera lo suficientemente sincera como para curar cualquier herida en el corazón de la pelimorada. 

Un amor bastante joven que parecía que sería muy duradero, Mikan ya no volvería a ser molestada, ambas estaban seguras de eso, en cambio, todas las tardes, después de la escuela, se reunirían debajo del árbol que logró que ambas pudieran sonreír por siempre.

One-Shots TsuMiodaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora