Capítulo 15

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Después de detenernos en una tienda de juguetes, para comprar un regalo, dejamos a Jazzy en la fiesta de cumpleaños y a Liam en casa de su amigo. La fiesta terminaba a las ocho de la noche, así que tendríamos casi tres horas y media solos.

— ¿Cuánto te ha costado la ropa para Jazzy?— preguntó sacando su billetera del bolsillo trasero de su pantalón.
—No ha sido nada— dejé mi bolso en uno de los sillones de la sala —Fue un regalo que yo le hice a Jazzy— era verdad, además yo creo que Harry se infartaría con la cuenta, cualquier persona lo haría. Excepto mi madre que tiene cosas más importantes que hacer que revisar en que uso mi tarjeta.
—Claro que no— dijo serio —Te lo pagaré ¿Cuánto costó?— preguntó nuevamente
—Ya te lo dije.
—Si estás intentando quedar bien, no lo vas a conseguir comprando a mi hermana— me señaló con su dedo índice.
—Es de mala educación señalar a las personas— bajé su mano —Y no— reí —No estoy intentando quedar bien, y mucho menos intentando comprar a tu hermana. — No mentía. —Además, ¿por qué me interesaría quedar bien contigo? ¿Quién te crees?— levanté mi ceja izquierda.
— ¿Lo ves?— habló y dio un paso hacia mí —Primero me besas, te beso, te 'ofendes'— seguía acercándose a mí y por ende comencé a retroceder —Dices que solo tú puedes jugar conmigo, luego te gusto y ahora no soy nadie importante— su mirada era tan intimidante, -Estúpida pared, como te atreves a evitarme el paso- ya no podía retroceder más —Ves por qué te considero una estúpida, egocéntrica, que solo piensa en lo que le quiere y le conviene, que...— no lo deje seguir con mis 'defectos' y como otras veces lo tomo del cuello y lo atraigo a mí, solo que ahora yo marco el ritmo evitando que note mi inseguridad ya que no estoy muy confiada de que me vaya a seguir. Pero al parecer me equivoqué.
Apega su cuerpo al mío, tanto que ni la más mínima corriente de aire es capaz de pasar entre nosotros, sus manos se posan en mi cintura sujetándome con firmeza.
Su lengua se introduce de abruptamente en mi cavidad, el roce de su carnosa lengua con la mío es algo delirante. El abastecimiento de oxígeno en mis pulmones comienza a disminuir. Me separo de sus labios intentando recuperar la mayor cantidad de oxigeno posible, echo mi cabeza hacia atrás dándole el acceso total a mi cuello, el cual con desenfreno comienza a besar volviéndome totalmente loca.

Volvió a mis labios, rozaba, mordía, succionaba, hacía con ellos lo que le placía, y por mí, no había problema alguno. Una de sus manos que masajeaban mi cintura mortalmente comenzó a bajar hacia mi cintura hasta llegar a mi pierna, alzó esta a la altura de sus caderas,  automáticamente entendí y me sujeté de su cuello y sin nunca separar nuestros labios me levantó como si pesara menos que una pluma; yo rápidamente formé una llave con mis piernas alrededor de su cintura para evitar ser atraída hacia el suelo.


Seguía besándome de esa manera tan intensa y única. ¿Pero cómo podía causar tanto en mí con un simple beso? Eran increíbles las sensaciones que me hacía experimentar.
Una de mis manos se mantenía en su nuca, atrayéndolo hacia mí y dándole mayor profundidad al pasional beso, además me aseguraba de que no se alejara de mis labios, aunque dudo que este pensamiento le pasara por la mente.
Su lengua recorría cada centímetro cuadrado de mi boca, robándo por completo mi abastecimiento de oxígeno, no podía más, era seguir con ese beso pero prácticamente morir. Mi otra mano se encontraba en su mejilla, subí está haciendo echando hacia atrás el cabello que caía en su frente, aparté mi rostro unos centímetros solo para poder respirar, pero él no se detenía. ¿Acaso pretendía matarme?
Comenzó a bajar con sus besos por mi mejilla hasta llegar a mi cuello. Por instinto eché mi cabeza hacia atrás, dándole el acceso total a esa zona tan sensible de mi anatomía.

Rozaba, mordía, besaba, simplemente hacia lo que le placía conmigo. Así que era ahora o nunca, más bien era ahora o más delante no podría detenerme.
Lo tomé de la barbilla , lo guié nuevamente hacia mis labios y lo bese nuevamente, como si no hubiera un mañana. –Dios, este hombre no puede ser más provocativo- afirmé en mi interior, al mismo tiempo que -en contra de mi voluntad- lo separaba de mis labios uniendo nuestras frentes. Abrí lentamente los ojos, ya que aún estaba intentando controlar mi sistema nervioso. Sus labios estaban el doble de gruesos y de un color rojo cereza. Me había equivocado. Si podía ser más provocativo. Sus ojos esmeralda me miraban fijamente, mas no fríamente como de costumbre, tal vez me arrepentiría de esto.

—...Y te volví a besar— susurré sobre sus labios con un tono de voz victorioso, antes de deshacer la llave que había formado con mis piernas alrededor de él.

Me bajó esquivando mi mirada, la verdad yo esperaba un '¡Lo ves! ¡Ves cómo eres!' pero nada. Su cara de estupefacción era indescriptible, no sé si era enfado, decepción, fastidio. O tal vez una mezcla de todas. Acomodé mi vestido y mi cabello antes de darme la vuelta.
— ¿Empezamos con la guía?— pregunté como si absolutamente nada hubiera pasado. Me di la media vuelta para poder verlo, pero él seguía de frente a la pared, y eso me ponía algo nerviosa. Tal vez había alterado 'algo' más que su respiración.

Se dio la vuelta y caminó hacia mí, mis nervios con obvia razón aumentaron. Todo pasaba por mi mente, -¿un golpe? ¿Violación?- reí estúpidamente en mi interior por mis tontos pensamientos. Estaba a solo unos centímetros de mí, pero no se acercó a mí como yo creía que lo haría, se dió la vuelta y se dirijió a la mesa que estaba detrás de mí para coger el enorme paquete de hojas. Tomó la mitad aproximadamente y me lo entregó.
Sonreí y tomé las hojas, mi objetivo era hacerlo enloquecer por completo. Y si a la primera le doy el 'paquete completo' ,no serviría de nada. Además ,no soy tan fácil. En realidad no lo soy, solo a él le estoy facilitando un poco las cosas.

Me senté en el sillón donde había dejado mi bolso, Harry también se sentó pero del otro extremo del sillón, no era mucha la distancia ya que era un sillón sólo para tres personas.
— ¿Por qué tan lejos?— pregunté divertida —No muerdo— cogí un bolígrafo de color rosa de mi bolso —...A menos que quieras— me giré para a verlo y una pequeña sonrisa comenzaba a asomarse en su rostro, pero al sentir mi mirada la desapareció. —Oh, vamos— alargué riendo. —Sé que quieres reírte— le dije y solo negó con la cabeza sin despegar la mirada de las hojas. —Te vuelvo loco, lo sé— dije entre risas.


Me,myself and I (harry y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora