Capítulo cinco: "Ignacio"

94 3 0
                                    

Tengo solo cuatro palabras: "PSU culia te meo."

Primero que todo en este capitulín, quiero pedir disculpas por no escribir hace mil años. PSU y colegio me tienen algo ocupado (sistema culiao) pues bien, se infiere entonces que no he tenido tiempo ni para respirar. Paso la mayoría de mi tiempo del preu al colegio, del colegio a la casa , a dormir y al otro día nuevamente la misma shit. No ha ocurrido nada interesante en mi vida, se está volviendo monótona. De lo que no me quejo es de los miles de varoncitos que hay en mi preu, los miles de hombres a los que miro miro miro, wachos, les digo aquí y ahora que si saco menos de 600 en la psu, es culpa de ustedes y su belleza varonil que me hace distraerme en mis clases pensando cosas cochinas con sus personas.

Bueno, filo, ahora que cachan mi realidad amargada y empeñosa, les contaré que algunos días atrás iba por la plaza Maipú en dirección a mi preu. Generalmente llego atrasado siempre, por lo que iba a una gran velocidad. En una, diviso a la distancia a Ignacio, estaba con sus amigas, lo saludé y seguí mi camino. No estamos en mala onda después de todo lo que pasó. Pero hay que recordar ciertas cositas que sucedieron para explicar como llegamos aquí después de nuestra ruptura en abril del 2014.

Noviembre 2014, yo tenía quince, el también.

Alcohol, cigarro, y un sinfín de vicios más eran los que formaban parte de mis sábados por ahí por octubre y noviembre del 2014. Mis sábados ya no eran pasar en casa con el celular, o salir con mi familia. Cambié eso por el mundo de salva, busta, ohiggins, y los parquesitos faralines del 2014. No me importaba nada nadita, era una etapa de mi vida en la cual estaba despreocupado del colegio, de los deberes, de todo lo que me pudiera o pudo haber influido antes. Pues bien, en todo ese éxtasis juvenil y todos esos minos pasajeros con los que tuve algo, algo inesperado sucedió...

Puta saben que me falla caleta la memoria, me estoy volviendo un poco viejito, por lo que no recuerdo con exactitud si la historia fue así, pero bueno, diré lo que recuerdo.

Pasada la relación que tuve con el nacho, y luego del momento en el que le mandé un mensaje para su cumpleaños y ni me pescó, me decidí a olvidarlo de una vez por todas. Él me bloqueó de facebook, por lo que no podía sapear que hueá era de su vida. Bueno, la cosa es que, por ahí por finales de octubre e inicios de noviembre del 2014, cuando yo poseía una amplia gama de amigos en facebook (la mayoría de los parquesitos juveniles) me percaté que la mejor amiga del nacho (con quien también salíamos cuando estábamos juntos) le ponía me gusta a la mayoría de mis estados...

Me valió tula. No tenía nada contra ella, ni menos contra el nacho, pero bueno, el tema es que un día, esta mina me habló...

Conversamos un poquito de los parques juveniles, de vicios, de hueás locas, hasta que me sacó el tema del nacho. Evidentemente, yo le respondía que, puta, él me bloqueó no me respondió el mensaje de cumpleaños, y que yo en realidad no podía hacer nada. En ese palabreo nachístico la mina me dice:

"-Pero pancho, el Nacho aún te extraña, no te ha dejado de extrañar-".

Pausa.

CONCHADESUMADRE, quedé impactadito. Siete. Siete meses habían pasado, y el aún no me olvidaba. ¿Y si me estaba weando? A nadie le dura tanto el amor luego de la ruptura po'. Pero no, era en serio. Conocía al nacho, yo sabía que él no podría olvidarme, fui su primer amor, el primer hombre que lo hizo conocer los amores huequitos. Pero él también fue mi primer amor, y yo lo olvidé, y a consecuencia de eso, me volví el peladito frío que fui.

-"Que me desbloquee y me hable entonces"- le respondí.

Y así fue, me desbloqueó y me volvió a hablar. Era raro. Volver a hablar con un mino con el que tanto diste y te entregaste, por el que sufriste y odiaste. Era raro.

No hablábamos de nosotros, solamente me aclaró que no me respondió el mensaje porque era hueón y todo, y que obviamente, en estos siete meses, no me había podido olvidars.

Filo, con mi frialdad de la época, no me dolía hablar con él, no me producía pena o amor volver a hablarle, solamente extrañeza, extrañeza porque era él. El primer hombre del que me enamoré estaba exactamente igual, y yo, había cambiado completamente.

Pasaron los días y pasaron las noches, y hablábamos como personas normales, tirando tallas, hueando, contando las cosas que hicimos luego de la ruptura y muchos temas más.

Cuento corto, pasaron semanas y decidimos juntarnos. Ese día fuimos al parque bicentenario (de cerrillos porque el otro queda a la chucha de mi hogarcito) y conversamos bastante.¿De verdad este era el nachito con el que hice tantas cosas? Con el que aprendí a ser homosexuals, con el que fui feliz y libre a principios del 2014. Su voz y su rostro estaban iguales. Había pasado tanto tiempo sin poder escuchar su voz, sin ver su rostro, que al verlo en persona creí que había cambiado. Pero no. Ignacio era exactamente el mismo. Y yo... yo era completamente distinto.

Había algo que sí se mantuvo en el tiempo y si reconocí apenas lo saludé: su olor. Ese perfume de hombre que me mataba tanto, que me calentaba, que producía un deseo sexual inexplicable en todo mi cuerpecito. Me mataba. Me mataba ese perfume, y aún lo tenía. Mierda. No debía ser débil.No debía comérmelo.

Pero me lo comí po.

No sé como se dio, que estábamos conversando y nos besamos, esa en realidad no era mi intención al juntarme con él, de verdad no lo era. Pero sucedió. Volví a sentirlo. Esos labios finos y suaves que me besaban con seguridad y nostalgia. Esas manos que me tomaban el pelo para poder besarme, y acto seguido recorrían mi cuerpo hasta llegar a mis glúteos. Esa calentura de niño chico que se volvía a repetir. Ese hombre que tanto amé, ahí, besándome y tocándome de nuevo, como si nada hubiera pasado, como si nunca se hubiera aburrido de mi persona,como si aún me amara.

Lo veía en sus ojos. Me extrañaba. Me deseaba. Y quizás, aún me quería...

Estuvimos así harto rato. Fue un lindo día. Recordé tantas cosas, reviví tantas experiencias, tantos recuerdos. Si han estado enamorados y han sentido esa gama de recuerdos devuelta a su cabeza, entenderán como fue. Era lindo, era como si nada hubiera pasado. Él estaba como si nada hubiera pasado, él estaba igual.

Pero yo no.

Al volver a mi casa, y al pasar los días, me torné frío y distante con Ignacio. Fue lindo recordar lo que fuimos. Pero yo ya no era el mismo. Ya no era el pendex inexperto del cual se enamoró. Y no quería, no quería que el nacho se enamorara de la persona que yo era en ese momento, porque puta que habría sufrido. Él me conoce (quizás como nadie) por lo tanto se dio cuenta de inmediato que yo lo estaba alejando, pero quizás nunca supo por qué. Así se alejó. Y puta, cuento corto, me eliminó de todo, no me bloqueó, pero me dió el adiós definitivo.

Es cierto que no me superó por 7 meses, aún me quería en el noviembre del remember que tuvimos. Pero luego de esto. Ignacio me olvidó. Quizás para siempre...

De ahí no hablamos más, hasta enero de este año, donde yo le hablé... Calmao, esa ya es otra historia. Falta mucho que contar antes de llegar a eso, pero quedará pendiente.

No escribía hace tiempo por mi vida de jovencito estudioso y virginal que no me da tiempo para pensar. Pero al verlo el otro día, me dije: "conchesumadre necesito contar esto," por lo que tuve que hacerme el tiempo y escribir acerca del nachito again.

No entiendo. No puedo entender que chucha produce Ignacio en mi. Que me produce la necesidad de tenerlo cerca casi siempre, de hablar con él, de saber de él, de llamarlo los fines de semana cuando me curo para decirle patéticamente que aún lo amo. Nos llevamos muy bien, pero no sé si en realidad a él alguna vez se le pasó por la cabeza todo lo que siento por su persona.

Dicen que el primer amor no se olvida.

1.- Yo lo olvidé y el no me olvidó.

2.-Nos recordamos.

3.- Él me olvido y yo no lo olvidé.

Hoy no lo olvido,  pero si olvidé lo que fuimos alguna vez....

Jovencito y MariconcitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora